El obispo de León cumple la edad de jubilación presentando su renuncia al cargo
El obispo de León, Julián López, cumplirá este martes día 21 de abril 75 años de edad, 18 como máximo responsable de la Diócesis de León, ha informado la entidad religiosa en un comunicado.
De acuerdo al Derecho Canónico (art 401.1), tal y como recuerda el propio obispo en una nota pastoral, “Al obispo diocesano que haya cumplido setenta y cinco años de edad se le ruega que presente la renuncia de su oficio al Sumo Pontífice, el cual proveerá teniendo en cuenta todas las circunstancias”. Esto supone que, por tradición, se entrega la renuncia al Papa manteniéndose en el cargo hasta que haya un nombramiento de sustituto. Y eso es lo que asegura haber realizado 'Don Julián' “lo he cumplido permaneciendo, con absoluta paz, a la espera de la respuesta de Su Santidad el Papa a través del medio queestime oportuno”.
Pero en su carta pastoral reconoce el morbo que despierta el asunto más allá de los muros de la sede episcopal, “Ante esta circunstancia es explicable la curiosidad y un cierto morbo en ambientesclericales e incluso laicos, quizás porque se ha considerado el ministerio episcopal como unaforma de poder, de influencia o de prestigio no solo en el ámbito estrictamente eclesial”. Por ello defiende que “en realidad, es y ha de manifestarse como un verdadero servicio pastoral a pesar del peso de una imagen que tiene que ver con modos de pensar y de actuar más propios del pasado que del presente, tanto en el ámbito estrictamente eclesiástico como en el civil y social”.
Con la renuncia del obispo de León los dos sillones episcopales de la provincia entra en vacante ya que el de Astorga está pendiente de nombramiento tras el fallecimiento por un infarto en mayo del 2019 del obispo Juan Antonio Menéndez.
Uno de los hitos pendientes del obispo dimisionario Julián López es la inauguración del polémico Museo Diocesano y de la Semana Santa de León, en obras desde hace años en el antiguo Seminario Mayor. Un museo que ha contado hasta el momento con una financiación pública mayor que la privada que hace la propia Iglesia Católica u otros benefactores.
