La minera Alto Bierzo, cara y cruz en sus explotaciones

V. Silván/Ical

La empresa Alto Bierzo retomó este martes la actividad en el pozo Casares, en Tremor de Arriba, con la incorporación de los primeros cinco trabajadores, mientras que otros 30 del cielo abierto vuelven al Expediente de Regulación de Empleo (ERE) por los problemas que la compañía del grupo Viloria esta teniendo por cuestiones de facturación y calidad del mineral con Endesa. Así lo trasladó el delegado de CCOO, Rubén Fernández, a los trabajadores en la asamblea celebrada esta mañana en Bembibre.

El responsable sindical tuvo contactos en la jornada de hoy con la dirección de la empresa que les trasladó la difícil situación por la que está atravesando Alto Bierzo por el tema de facturación de la compañía eléctrica que gestiona la central térmica de Compostilla (Cubillos del Sil), dados los contenidos de azufre, cenizas y humedad de los carbones suministrados y que están siendo extraídos íntegramente en la explotación a cielo abierto.

Así, explicó Fernández, la normalización de la actividad en la empresa depende ahora de las negociaciones con Endesa y confía en que el funcionamiento del pozo Casares contribuya a resolver ese problema, tanto para meter carbón en térmica como para poder realizar las mezclas con el mineral extraído en cielo abierto que permita cumplir con los parámetros de calidad exigidos.

Los primeros cinco trabajadores que se incorporan al pozo Casares se encargarán de la puesta a punto de cintas, cepillos y otros elementos de la explotación de interior para que se vayan incorporando de forma paulatina el resto de operarios, mientras que la reincorporación de los trabajadores de cielo abierto queda ahora a expensas de que fructifiquen las negociaciones con Endesa. El próximo miércoles tendrán una nueva asamblea para info

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