El restaurante Desván de Posada de Valdeón, ganador del Certamen Gastronómico de la Trucha
Miles de personas vencieron al frío para vibrar con El Encuentro, 'corazón' de la Semana Santa de León

A las diez en punto de esta mañana se produjo en la Plaza Mayor de León el momento más emotivo de la Procesión de los Pasos; El Encuentro entre San Juan y la Dolorosa, con la inclinación de aquel -rodilla en tierra de los papones- ante La Virgen y el aplauso emocionado del público asistente. Los 'bailes' del resto de pasos acompañaron el acto que mereció una mención especial en la declaración de la Semana de Pasión de León como de Interés Turístico Internacional.
El paso del Nazareno.
El fervor de muchos de los presentes y la curiosidad o la admiración del resto vencieron al frío reinante en una jornada que comenzó a cero grados y con el cielo casi despejado, para experimentar una rápida llegada de las nubes que precedieron a la lluvia horas después. A pesar de todo, en las zonas 'de pago' instaladas por la Cofradía organizadora, la del Dulce Nombre de Jesús Nazareno, se pudieron observar no pocos asientos vacíos.
Entre las curiosidades, la presencia junto al alcalde de León del polémico periodista y exportavoz del primer Gobierno de José María Aznar, Miguel Ángel Rodríguez, la cara famosa del 'postureo' de la mañana.
Desde la capilla de Santa Nonia, pasadas las siete de la mañana, comenzó el cortejo procesional amenizado por las bandas de música de las cofradías y acompañado por numeroso público en el trayecto que recorre el casco antiguo de la ciudad hasta llegar a la plaza Mayor, donde pasos y papones se congregan a la espera de recibir a la Dolorosa y a San Juan.
Tanto las gradas, como las sillas habilitadas en el recinto y de acceso restringido, además de los espacios vallados de acceso libre y los balcones de todo el perímetro de la plaza, presentaron un buen ambiente, aunque algo resentido por las bajas temperaturas, combatidas por muchos gorros, bufandas y guantes mientras otros, como algunos cofrades que desfilaron descalzos, contaron exclusivamente con su devoción para afrontar una mañana fría en lo meteorológico pero cálida en lo afectivo.
El Viernes Santo de León cumplió un año más con su cita más relevante, organizada por la Cofradía del Dulce Nombre de Jesús Nazareno y que moviliza a unos 1.200 braceros, que no quisieron perderse muchos vecinos y un gran número de turistas.
Los asistentes más madrugadores se cruzaron con quienes se retiraban a esa hora a descansar después de la cita pagana de la noche anterior, con el entierro del Genarín como protagonista; una celebración que transcurrió sin incidentes.