Manuel Mayo (UGT): “Los sindicatos son más que nunca necesarios para no volver al pasado, sin derechos laborales”

Manuel Mayo UGT

j m lópez

Manuel Mayo Fernández (Boeza, Folgoso de la Ribera, 1968) está a punto de concluir, con buena nota, el graduado en Relaciones Laborales y Recursos Humanos que inició como diplomatura hace años. Es hijo y nieto de mineros, aunque sus padres tuvieron que emigrar a Suiza y durante ese tiempo vivió en un internado de monjas en Villafranca. En 1996 se afilió a la UGT y en la primera intentona fue elegido como presidente de Comité de Empresa, entonces del Servicio Municipalizado de Aguas. Su ascenso a la secretaria provincial coincide con dos hechos relevantes. El último, aún muy reciente, la muerte de Fermín Carnero, todo un referente en la lucha sindical desde los tiempos de la Transición. El otro es la situación convulsa de una provincia con casi 50.000 parados y con cientos de familias al completo que no perciben ni salario ni ayuda de ningún tipo. La solución, entiende, pasa por una unión de criterio y una afiliación masiva a los sindicatos, sobre los que pesa, explica, una leyenda negra interesada porque, el divide y vencerás resulta muy eficaz para romper la unidad de la clase trabajadora. En caso de duda apela a un clásico que explica con crudeza cómo se gestó la revolución sindical de finales del XIX, “Germinal” de Zola, la novela que en 1993 el director Claude Berri trasladó al celuloide.

Llega a la secretaria general de la UGT de León en un momento convulso, muy complicado. ¿Qué le animó a dar el paso?

Sí, la verdad es que es un momento muy complicado. Fue un poco por trayectoria personal, aunque nunca había tenido un cargo orgánico. Me lo plantearon porque querían darle una imagen distinta al sindicato, con una persona joven y a la vez con madurez y experiencia en el tema sindical, porque yo llevaba años como presidente de Comité de Empresa en el Servicio de Aguas. Siempre me he caracterizado porque soy una persona que pelea mucho por las cosas. Hubo una gente aquí en el sindicato que consideró que yo era la persona idónea, por edad, y me propusieron si quería encabezar a candidatura. En principio lo veía como algo con mucha responsabilidad, estuve dos o tres días dándole vueltas...y como parece que estamos en un momento en el que no hay mucha gente dispuesta tirar del carro y pelear.... De cara a tu imagen, y en un momento tan complicado, no es lo mejor para ti, pero no estoy aquí para dar una imagen. Vengo para pelear, no para dar una imagen concreta de continuidad ni para quedarme muchos años.

Vengo para pelear, no para dar una imagen concreta de continuidad ni para quedarme muchos años

Llega en un momento en que, después de décadas, se ha puesto fecha tope a los mandatos de los secretarios.

Creo que ocho años son suficientes para ejercer el cargo. Por los pocos días que llevo, desde que me hice cargo de la secretaría provincial el 17 de mayo, me he dado cuenta que te desborda todo, porque son muchos frentes a la vez. Primero para ponerte al día de todo seguro que me lleva unos cuantos meses, y después para aplicar un proyecto propio y empezar a desarrollarlo, e implantarlo, seguro que otros dos o tres años y un segundo mandato para completar el ciclo; creo que ocho años son suficientes.

¿Cómo encuentras la UGT?

La verdad es que en la provincia las cifras nos dicen que estamos sobre los 16.000 afiliados, aunque ha cambiado un poco el modelo. Muchos entienden que el nuevo modelo resta potestad a la Unión Provincial, pero no creo que sea el caso. Tengo un equipo de seis siete personas, incluso pueden ser más, y nos hemos dividido por áreas como estábamos; comunicación, formación, organización, salud y prevención laboral. Cambian acaso los nombres, pero la forma de ejecutar el trabajo sigue siendo la misma. También se baraja que el secretario provincial tiene menos potestad. Yo tampoco lo veo así. Siempre ha habido unos escalafones, desde la federal hasta la provincial y esta estructura te fuerza a mantener lazos estrechos con todos los secretarios de las federaciones. Creo que la nueva organización será positiva para el funcionamiento de la estructura del sindicato.

A pesar de cierto alivio con los datos del paro de mayo llega en un momento muy convulso en la calle. ¿Hacia dónde quiere dirigir los esfuerzos de la UGT en este sentido?

En estos momentos quiero hacer una especial mención a la gente que lo está pasando ciertamente mal con los problemas del desempleo, cientos de hogares en los que no entra ni un solo euro. Quiero hacer un llamamiento a todos los poderes políticos en un momento como este en el que estamos desregulando el mercado laboral, cuando, yo creo, que el objetivo es todo lo contrario; hay que regular mucho más el mercado laboral y sobre todo el panorama fiscal y financiero, que es el origen del desbarajuste que nos ha llevado a esta situación.

¿Cómo se puede hacer?

Yo creo que desde las políticas del gobierno se ha hecho hincapié en reformas laborales, recortes brutales. Yo me considero razonable y una cosa es optimizar recursos de las administraciones públicas y racionalizar el gasto, pero de ahí a estos recortes tan brutales. La política que se debe hacer es la de fomentar la subida, justo todo lo contrario de lo que se está haciendo, del nivel de renta de las personas y de los salarios y la explicación es bien sencilla. Si la gente tiene un nivel de renta aceptable puede consumir bienes y servicios, eso sí, siempre de una manera moderada y razonable. Eso produce un efecto positivo porque las empresas aumentan la producción y necesitan, por tanto, más mano de obra, crean empleo. Es un hecho que se explica por si solo, porque estimula la economía; es la teoría keynesiana pura y dura. No es el único economista, Keynes, que pensaba así, Hay otro, Paul Krugman, el último premio Nobel de Economía, que piensa lo mismo; dos más dos son cuatro. Si no se consume se atasca la cadena y si las empresas se estancan, se traduce en despidos. Es lo que se ha hecho hasta ahora y el resultado de esta reforma, que empezó con Zapatero, es que hemos llegado a cifras de paro insostenibles.

En León 48.000 parados es una cifra alarmante. ¿Qué piensa hacer desde UGT?

Habrá que exigir a nuestras administraciones que demanden a los organismos correspondientes todas las necesidades que tiene esta provincia, que se hagan las inversiones necesarias. No hay una política clara en materia industrial, no se sabe si apostamos por las eólicas, las térmicas o por qué. Ahora mismo es potpurrí de proyecto energético que no se sabe a dónde se quiere llegar y en este sentido habría que apostar por un sector en concreto.

La minería, por ejemplo.

La señora Merkel lo que quiere es que los países del sur de Europa, e incluso Irlanda, con este modelo de trabajar de sol a sol por una insignificancia, seamos su esclavos, otro sentido no tiene

Yo creo que en la minería se ha hecho una inversión considerable en todos estos años en subvenciones. Se ha hecho otro tanto en Ponferrada con el CIUDEN para investigar captura de CO2 con tecnología punta, con bastante acierto. Yo creo que podemos apostar por las térmicas porque es un recurso propio de nuestra provincia y del país y además nos garantiza el suministro en todo momento. Si tenemos que depender del petróleo o el gas en un momento determinado podemos tener problemas de suministro, como ya ha sucedido. Si vamos a abandonar todo y algún día hay que volver a retomar la extracción nos resultará muy difícil y mucho más caro que mantener las explotaciones. Yo tengo una teoría. Si hace años con la tecnología que había era rentable, no entiendo ahora por qué no es productivo. Sólo nos puede llevar a pensar que hay otros intereses mucho más fuertes, como los gasísticos, e incluso cabe pensar que algunas empresas tienen acciones en estas corporaciones tan potentes.

Además si hablamos de carbón de importación hablamos de una extracción con condiciones laborales muy precarias.

A mi moralmente me produce escalofrío, ya que incluso se está intentando aquí, en nuestro país. Una profesión como la minería que es tan dura y que hasta cierto punto las últimas décadas tenía una remuneración un poco más elevada que otros sectores, pero claro tenía que ver con las condiciones de trabajo. Ahora se está aprovechando la crisis para aplicar ese sistema de recortes en la minería, bajando los salarios a niveles ínfimos. Es como decir que estamos volviendo a la época de la revolución industrial cuando los trabajadores no tenían ningún derecho y trabajaban de sol a sol por cuatro perras. Moralmente y éticamente la clase política debería tomar nota de esto, porque me parece una auténtica aberración. Es muy bonito importar carbón de otros países en los cuales se está viendo que hay explotación, incluso en muchos de los casos explotación infantil; es un carbón manchado de negro, valga la redundancia, hasta la saciedad.

Pero esta es la política del 'minijob' que nos ha impuesto la canciller Ángela Merkel; O esto o nada.

Parece evidente. Parece que la señora Merkel lo que quiere es que los países del sur de Europa, e incluso Irlanda, con este modelo de trabajar de sol a sol por una insignificancia, seamos su esclavos, otro sentido no tiene. Y cuando oímos al gobernador del Banco de España que hay que sustituir, rebajar, el salario mínimo uno se plantea si estamos viviendo en un país de avariciosos, donde no hay ética y sólo manda el dinero. Si tenemos en cuenta que en España el SMI es el más bajo de toda Europa, que nos lo duplican, plantear que se suprima el salario mínimo interprofesional me parece una auténtica aberración. ¿Nos plantea trabajar por 200 euros doce horas al día? Supongo que no querría para su hijo eso, y lo que no quieras para ti, tampoco para los demás.

Cambiamos de tercio. Vienes de una administración gigantesca y en la calle se estima que en la época de bonanza se han creado, con la ayuda de sindicatos, verdaderas castas con salarios que nada tienen que ver con lo que pasa en la calle...

Eso de castas es una imagen que la ciudadanía tiene y es falsa. Esa claro que en el caso del 80% de la plantilla estamos hablando del escalafón más bajo de la administración es decir, del grupo C. Es decir que un peón o un auxiliar de administración no ganan más de 1.100 euros.

No pongo en duda que siempre hay alguien que quiera utilizar el sindicato para escaquearse, pero en un 95% de los casos la gente que está aquí se está dejando el pellejo para conseguir mejores condiciones

Ya pero eso nos lleva a preguntarnos por qué un peón o un auxiliar administrativo en la empresa privada gana 500 o 600 euros por el mismo trabajo.

Yo creo que la diferencia no es esa, pero no podemos olvidar que todos estos años un peón en la construcción ganaba un sueldo contundente. La imagen que tiene el ciudadano del trabajador público está estereotipada. En épocas de bonanza se ganaba mucho más en la empresa privada.

Entonces abordemos el asunto desde otro punto de vista. ¿Por qué en épocas de vacas flacas siempre paga el pato el mismo?

Si te fijas, en este momento que vivimos, donde se ha empezado a recortar es en la administración. Llevan unos cuantos años sin subida salarial y se les ha rebajado mucho el sueldo. Otra cosa curiosa es que cuando se toman estas medidas, que son muy populares, muchos incluso se alegran porque es que...los funcionarios tienen su estatus y son intocables. No nos damos cuenta que si a todos estos trabajadores les recortan, los siguientes son ellos. Y al final laminan a todos. No podemos actuar con ese pensamiento, como este tiene mejores condiciones hay que recortarle. Lo que el trabajador debe aspirar es a que los más débiles suban en su capacidad. Hay esferas de grupos en la administración que sí, pero eso pasa también en las esferas del mundo privado, en la banca, en las grandes compañías, etcétera. Y si hablamos de reparto de beneficios, eso sí que es estratosférico. Yo creo que lo que debemos es aunar esfuerzos para conseguir mejoras para todos.

Pero con la que está cayendo parece que los sindicatos no son capaces de aunar una respuesta unánime.

Hay muchos grupos de interés en la sociedad que quieren que los sindicatos se debiliten, porque si separamos esfuerzos y debilito a los que pueden pelar por conseguir mejoras sociales y laborales, obviamente lo que consigo es debilitar a la masa global de todos los trabajadores y por eso se está dando una imagen de los sindicatos que nada tiene que ver con realidad. No pongo en duda que siempre hay alguien que quiera utilizar el sindicato para escaquearse, pero en un 95% de los casos la gente que está aquí se está dejando el pellejo para conseguir mejores condiciones. Es muy fácil criticar a los sindicalistas, pero cuando llega la hora de hacer una denuncia contra una empresa, y a mí me ha pasado, el que pones la cara y te la juegas eres tú. Tradicionalmente a muchos les recomendaría que vieran la película “Germinal” (basada en la novela de Zola y llevada al cine en 1993 por Claude Berri) para que vieran la magnitud de a dónde estamos regresando y lo que hubo que hacer en su época como refleja la película, en la revolución industrial, a finales del XIX para conseguir derechos que no había, como la sanidad, ni condiciones laborales. El empresario ordenaba las condiciones laborales y hacía lo que le venía en gana. Alguien puede pensar que un trabajador en solitario puede ponerse enfrente de un empresario para decirle, mira es que estoy trabajando 14 horas y me pagas 400 euros y si esto no cambia me voy; eso es impensable. Una de dos, o nos unimos y para ello es necesario que nos afiliemos en masa a los sindicatos o no tenemos nada que hacer. Tenemos que recordar qué hicieron nuestros padres y nuestros abuelos, que emigraron y volvieron para empezar de nuevo.

A todo esto hay que añadir la nueva regulación laboral que pone en un aprieto el futuro del sindicalismo.

Yo creo que la famosa ultra actividad, la desaparición de los convenios si no se lograba un acuerdo, podía dar paso a una conflictividad enorme y eso se ha intentado evitar. Y por eso hemos llegado a un acuerdo estatal para que se prologuen los convenios un año más, hasta que se llega a un acuerdo. Aquí en la provincia tenemos un borrador de preacuerdo y pensamos que podemos llegar a un acuerdo en breve.

Ha dejado claro que no comulga con el leonesismo tal y como se ha desarrollado en esta provincia.

Está claro que podemos reivindicar todo lo que consideremos necesario sin tener un posicionamiento radical desde una perspectiva nacionalista o leonesista. Me considero leonesista de León, pero creo que se puede luchar sin radicalismos, que sólo llevan a la confrontación.

Ya por último justo cuando hilamos esta entrevista hemos lamentado la pérdida de un referente del sindicalismo como es la muerte de Fermín Carnero.

Sin duda hemos perdido no sólo a un compañero. Fermín ha sido y será siempre un referente en el capítulo de derechos laborales y fue junto a Nicolás Redondo uno de los principales actores en el proceso de transición de una dictadura a una democracia. Le tocó vivir y pelear en una situación muy complicada y nos ha dejado un legado que ahora no podemos echar a perder.

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