Con las maletas de León... a Bogotá
Italia, Inglaterra, Brasil, México, Estados Unidos... y Colombia. La curiosidad de Ángel por viajar y conocer nuevas culturas, su hambre insaciable de crecer profesionalmente y la capacidad de aprovechar las diferentes oportunidades que la vida y la constancia en su trabajo le han ido presentando, han hecho que este joven leonés, inquieto por naturaleza, haya descubierto y disfrutado de la vida en diferentes continentes, casi una decena de países, y los que le quedan.
“Estudie Ingeniería Informática en la Universidad de León, realizando un Erasmus en la Universidad de Bologna y un Máster en Consultoría de Negocio en la Universidad de ICADE como complemento formativo en mi empresa. Como formación laboral, mientras estudiaba trabaja un poco en lo que podía para ganarme algún dinero, y una vez que terminé la carrera, empecé a trabajar como consultor financiero pasando por distintos clientes, como Banco Santander, Banco Sabadell, Banca de Inversion de Espiritu Santo Brasil, Afore Banorte XXI y Davivienda”, explica Ángel.
Su llegada a Bogotá, Colombia, surgió tras finalizar un proyecto en México. Ángel se tomó unas vacaciones de 20 días y, durante ese tiempo, ante la búsqueda de distintas alternativas para ubicar su puesto, la empresa en la que trabajaba le sugirió Colombia. “Un reto personal y profesional que no podía dejar escapar”, confiesa.
Ángel recuerda una adaptación a su nueva ciudad cómoda, y muy sencilla. “Los colombianos facilitan muchísimo la adaptación de cualquiera, son gente extremadamente amable y preocupada por los extranjeros que llegamos a su país. Te ayudan a buscar piso, te recomiendan restaurantes, platos de comida típicos, te dan tips sobre que puedes o no puedes hacer en la ciudad, viajes que tienes que realizar... En general intentan que veas todo lo bueno que tiene su país, y tengo que reconocer que es mucho”, explica el leonés que además contaba con varios amigos mexicanos que ya estaban viviendo en Bogotá, lo que simplificó aún más su llegada.
Entre las anécdotas más divertidas, el leonés rememora una en especial. “Llegué muy cerca de Navidad, que les encanta a los colombianos. Recuerdo en los primeros días subirme en un taxi que tenía montado un belén, ¡dentro del taxi!, y luces de navidad decorando todo el coche por fuera, cosa que me resulto bastante graciosa”.
Y, a pesar de que no todo han sido risas y buenos momentos, Ángel ha ido superando los más duros. “Llevo algo más de un año, llegue el 20 de Noviembre de 2013. Durante este tiempo he tenido momentos de mucho estrés pero nunca me he planteado seriamente volver a España”, reconoce.
Bogotá, con una superficie de 1.587 km², es 40 veces más grande que León pero, ¿cuál es la mayor diferencia que encuentra Ángel entre la vida en ambas ciudades? “En León estaba acostumbrado a caminar a todas partes, en Bogotá la tarea es casi imposible, es una ciudad que ha crecido más en extensión que en altura y por lo tanto todo queda bastante lejos”.
“Mis días de semana son bastante parecidos en cuanto a rutina aunque no en las actividades del trabajo. Me levanto a las 6, desayuno, me preparo y estoy llegando al trabajo sobre las 7.40 u 8 después de unos 40 minutos de transporte -tengo bastante suerte, algunos compañeros/as de trabajo tardan dos horas en cada trayecto-, y ahí empieza el baile de reuniones, conferencias, incidencias, gestiones... Salgo a comer con mis compañeros de trabajo a algún restaurante cercano si vamos bien de tiempo, y sino en el restaurante del edificio. La tarde normalmente es un poco más tranquila y sobre las 7 estoy saliendo de camino a casa; cena, peli (algo de ejercicio espero en este 2015) y a dormir”.
En cuanto a los fines de semana o puentes, el ingeniero informático intenta viajar todo lo que puede, tanto dentro de Colombia como visitando el resto de países de Latino América. “Y los fines de semana que necesito un descanso me quedo en Bogotá, voy al cine, preparo cenas y comidas con los amigos y aprovecho para hacer las tareas de la casa”.
Las diferencias a nivel laboral, Ángel las clasifica en dos tipos: personales y laborales puras.
“Las relaciones a nivel personal en el trabajo son complicadas ya que los colombianos en general suelen ser más sentimentales y cualquier diferencia de pensamiento hay que gestionarla con mucho cuidado para que no genere un problema mayor. Hay cosas que cuesta entender pero te terminas adaptando. Por ejemplo, un colombiano no te dirá un no aunque lo esté pensando, nunca te dirá que te entrega algo más tarde porque no le da tiempo, ellos siempre dicen que lo entregan 'ahorita'. A nivel de trabajo en sí, el mercado colombiano está en plena expansión aunque todavía es pequeño y no se adapta a los estándares internacionales, por lo que es un esfuerzo enorme entender el porqué de las cosas y tratar de cambiar la mentalidad para avanzar hacia un mercado más adaptado a lo que ocurre en el resto del mundo”, analiza.
Al tratarse de una ciudad de habla hispano, esta condición facilita su día a día. “Existen infinidad de expresiones que no existen en España pero es algo que se soluciona con una explicación muy rápida. A pesar de la raíz común entre ambos países las tradiciones no son muy similares, aunque prácticamente todo colombiano siente devoción por todo lo español (deportes, música, gastronomía, ropa...). Siempre se refieren a España bromeando como la madre patria”.
Ángel echa muchas cosas de menos de León, que siempre giran alrededor de sus seres queridos: “El 'terraceo' con los amigos, la paella o el cocido de mamá los domingos con toda la familia, y las tardes entrenando con el Club Deportivo Ejido”. Por otro lado, los principales atractivos de su nueva ciudad son la gente, la gastronomía y la fiesta. “Existen muchos buenos restaurantes y muy variados que son asequibles. Respecto a la fiesta (o rumba como lo llaman aquí), todo el mundo está bailando en pareja o solos, son unos bailarines espectaculares, y se están relacionando con gente de otros grupos, cosa que en España es más difícil. Recuerdo que en verano estuve con un amigo Colombiano en España y se sorprendía de lo poco que bailaba la gente”, apunta.
A pesar de que reconoce que nunca se sabe qué te puede deparar la vida dentro de un tiempo, Ángel no tiene en mente en el corto o medio plazo regresar a España. “León me parece una estupenda ciudad para cuando dentro de muchos años me jubile, es una ciudad tranquila, bonita, todo queda relativamente cerca y no creo que haya un lugar del mundo donde se coma mejor”, confiesa.
Este joven leonés ha vivido en otros países extranjeros, de los que establece una serie de comentarios en cuanto a las diferencias más destacables.
· Italia (Bologna): “Compartimos muchas cosas en común con la cultura italiana aunque me parece que la organización de transportes, universidades y organismos públicos es más caótica que en España”.
· Inglaterra: (Oxford): “Paisajes muy verdes difíciles de encontrar por debajo de la Cordillera Cantábrica y una pasión masificada por la cultura y el conocimiento que hasta ahora no he encontrado en otro lugar. Respecto a la gastronomía, no llegue a comer nada que me sorprendiese”.
· Brasil (Sao Paulo): “La gente es muy abierta y es espectacular a nivel de paisajes, lo más sorprendente para mí es la organización o desorganización de las ciudades; puedes encontrarte una favela al lado de una comisaría de policía o de un rascacielos lleno de oficinas”.
· México (DF): “Normalmente las avenidas principales están llenas de puestecillos de comida ambulante donde venden fruta con picante, gominolas picantes, tamales picantes... Si quieres comer bien necesitas comer tacos, gorditas o quesadillas en la calle. El tráfico es una locura, puedes pasarte una hora en un atasco y moverte escasamente 100 metros. Es un país que conserva gran cantidad de información sobre la rica cultura pre-hispánica”.
· Estados Unidos (New York): “El individualismo de las personas y el querer demostrar a través del tener”.
Acerca de la meta de Ángel... “Creo que la de cualquier persona es ser feliz. En este momento me encuentro en un muy buen momento de mi vida, tanto a nivel personal como profesional, así que espero poder seguir creciendo en ambos sin olvidarme nunca de mis raíces ni de mi cultura. Muchas veces no es fácil seguir el contacto del día a día de lo que está ocurriendo en España o León, intento leer todas las noticias que puedo y hablar con mi familia y amigos, pero aun así siempre hay ”bromas“ del día a día que ya no eres capaz de entender”.