Con las maletas de León... a Ámsterdam
Bea está enamorada de su vida en Ámsterdam y, a día de hoy, no la cambiaría por nada. Esta joven leonesa, inquieta de nacimiento, siempre tuvo en mente la idea de marcharse de España, de vivir unos años en el extranjero. “La decisión la tuve que tomar de repente por la situación laboral en España. Estuve 8 meses buscando un nuevo trabajo y viendo que no me ofrecían más que prácticas por 150 euros, supe que el momento había llegado. En principio iba a venir con una ex compañera de curro de la última agencia en la que trabajé, pero al final ella decidió irse a Londres donde vivía una amiga suya. Evaluando mi nivel de inglés en aquella época y sobretodo el dinero ahorrado que tenía, decidí venirme sola”, relata Bea.
Y así, sin pensárselo dos veces, Bea hizo las maletas y comenzó su propia aventura en tierras holandesas. La primera gran diferencia que se encontró al aterrizar, el tiempo “que no es nada agradable”, explica entre risas. Otras más; “los horarios y el alto precio de las cosas”. Aún así, esta joven valiente asegura que el estilo de vida no es tan diferente al estilo de vida en León.
León y Ámsterdan, ciudades de vida social
“Ámsterdam no es una ciudad grande y aquí también se le da mucha importancia a la vida social y puedes quedar con tus amigos todos los días. Pero si comparo mi vida aquí con respecto a mi vida en Madrid, es totalmente distinto”, recuerda.
Bea estudió Publicidad en Coruña, Diseño Gráfico en Iddeco León y un Máster de Creatividad Publicitaria en Valencia. Pero a pesar de su amplia formación, encontrar trabajo no fue un juego de niños. “La mayoría de las empresas te piden saber holandés o son reticentes a contratar a una persona extranjera que nunca ha trabajado en este país”. Gracias a su determinación y tenacidad, Bea logró su objetivo.
La mayor diferencia entre haber trabajado en España y en Holanda, el idioma, por supuesto. “Es cierto que en la mayoría de las empresas se habla en inglés, pero no hay que olvidar que el idioma de este país es el holandés y que incluso algunos clientes no hablan inglés. Eso es un punto difícil de llevar al principio, pero luego ya te acostumbras a que te excluyan en algunos meetings o proyectos”, declara divertida. “También hay que destacar que el horario de trabajo es jornada continua. Terminas de trabajar a las 17.30 o 18.00 horas, dependiendo de a la hora que entres, y ya tienes toda la tarde para ti. Y con esto no quiero decir que no se hagan horas extra -sobretodo en mi tipo de trabajo- pero tampoco está bien visto hacerlas si no te las pagan... Cultura holandesa”, explica sin perder la sonrisa.
Lo que Bea echa más de menos de León es su familia, sus amigos, la comida y “poder tener al menos un par de meses de verano y no un invierno de 9 meses donde casi no ves la luz del sol”.
Por el contrario, Bea se declara una apasionada de Ámsterdam. “Es una ciudad muy bonita, me gusta poder ir en bici a todos los sitios, me gusta el estilo de vida tan social...no sé, me gusta mi vida en Ámsterdam”.
“Me gusta mucho Ámsterdam, pero España es España”
La publicista se plantea volver a su país natal, pero en un futuro bastante lejano y cuando se estabilicen las cosas. “Me gusta mucho Ámsterdam, pero España es España. Respecto a volver a León, no lo sé, no hay muchos puestos de trabajo de lo mío, así que supongo que si vuelvo a León será cuando este jubilada y gaste mi pensión en tapas y bares”, bromea.
En cuanto a su meta, Bea se muestra muy sincera: busca la felicidad, en su trabajo y en su vida personal.