Cuando la magia se convierte en terapia

Peio García / Ical. Escuela de magia ‘Abracadabra’, en la que reciben clases alrededor de medio centenar de personas.

S.Gallo/ Ical

En las próximas semanas, coincidiendo con las fechas navideña, la magia se convierte en una de las actividades ofertadas en diferentes ciudades, dirigida ya no sólo a los más pequeños, sino también a los adultos, que ven en este arte un regreso a su infancia en muchas ocasiones, lo que provoca la magia, no sólo del propio truco, sino también de la transformación del espectador. Pero hasta la puesta en escena, el proceso es muy largo y costoso que, como todo, tiene unos orígenes.

Los magos de renombre y conocidos internacionalmente lo son, en la inmensa mayoría “de vocación y de infancia”, y disponen del conocimiento de múltiples aspectos que se hace necesario controlar. Sin embargo, la magia como profesión la viven únicamente “una minoría”, reconoce el mago Juan Mayoral, que aclara que a nivel mundial hay alrededor de 300 magos “de primera línea”, y unas diez magas. Pero como hobby, la magia cuenta con miles de aficionados en todo el mundo, con especial incidencia en países como Estados Unidos, donde es posible afirmar que “es la afición más practicada después de la filatelia”.

Aunque en España quizá no existe esa afición, los seguidores de este arte han descubierto en su práctica beneficios más allá de pasar un rato divertido. Así se observa en la academia 'Abracadabra', que desde hace algo más de un año tiene sus puertas abiertas en León, algo “insólito”, teniendo en cuenta que formación de este tipo sólo es posible recibir en grandes ciudades del país como Madrid, Barcelona, Valencia o Bilbao.

A día de hoy cuenta con aproximadamente medio centenar de alumnos de edades muy variadas. Alrededor de la mitad de ellos son niños, a muchos de los cuales les gustaría dedicar su vida profesional a este mundo. Isabel, la mamá de Santi, que tiene ocho años, todavía se muestra sorprendida al reconocer que su hijo tiene como ídolo a Juan Tamariz, al que está ansiando ver estos próximos días en León con motivo de la celebración del Festival Internacional de Magia, y que le gustaría dedicarse a la magia como profesión.

Los primeros pasos de Santi en esta ciencia tuvieron lugar cuando se encontraba hospitalizado hace un año y recibió la visita de un mago. “Le gustó tanto que cuando salió del hospital fuimos a las carpas del festival y buscamos la academia de magia. Empezó y es truco tras truco”, dice. Pero si algo resalta Isabel es cómo su hijo ha vencido la timidez que tenía. “El niño ha salido adelante, y ahora sale a un escenario y actúa delante de 200 personas y le encanta”, reconoce.

En un debate antes de una clase de magia para adultos, todos resaltan los beneficios que tiene su práctica. “Al pensar en la magia te quitas de pensar en otras cosas, estás pensando en la magia, en cómo dar una idea a cada juego... y te abstraes, te olvidas del resto”, dice Quino. A Carlos, el mayor del grupo, abogado de profesión y amante de la magia desde niño, no sólo le permite dejar a un lado el estrés de la rutina diaria, sino que además insiste en que permite estimular la inteligencia y la imaginación. “Hay trucos en los que hay que ser muy inteligente para poder desarrollarlos. Hay cosas que las vemos como si fueran milagros, pero no lo son, todo tiene su causa y su porqué, pero hasta llegar a descubrir cómo, hay que tener mucha inteligencia”.

Fernando también reconoce que hacer trucos delante de otras personas permite vencer la timidez, mientras que el más joven de esta clase, César, que acaba de cumplir 14 años, explica cómo él realizó a través de la magia, en concreto con los juegos de cartas, la rehabilitación después de haberse roto un dedo de la mano. Joel es profesor en la academia 'Abracadabra' y no duda en afirmar que es “un hobby muy bueno para la gente mayor”, ya que facilita el ejercitar la cabeza y el cuerpo, ya que se requiere “habilidad, práctica y pensar constantemente”. Incluso recuerda cómo le recomendó a un amigo practicar la magia en un caso de rehabilitación de nervios tras un accidente.

El origen está en la ilusión

El espíritu optimista que transmiten los alumnos de esta academia de magia “es real” dentro de este mundo. Así lo reconoce su creadora, Huang Zheng, una de las pocas mujeres de reconocido prestigio a nivel internacional en el mundo de la magia, y profesora de 'Abracadabra', que explica que el único secreto para ser un buen mago es “disfrutar de lo que haces y hacer las cosas desde dentro”.

Sólo las grandes ciudades españolas cuentan con academia de magia, pero la ilusión por enseñar a la gente hizo que se abriera también en León, donde ha sido necesario “trabajo y mucho esfuerzo” para combinar el trabajo por todo el mundo con lo que es “una actividad recreativa y cultural”. Casi año y medio después de abrir sus puertas, 'Abracadabra' cuenta con casi medio centenar de alumnos, la mitad de ellos niños, aunque durante el curso escolar los adultos son mayoría. Aunque los más pequeños sueñan con llegar a ser magos, en general los alumnos acuden para “cumplir unos objetivos”.

En principio un hobby

La gran mayoría de los alumnos se inician en el mundo de la magia atraída por este arte, y en general el hobby es el único motivo que lleva a su práctica. Eso le ocurre a Carlos, que recuerda que ya le gustaba la magia desde niño, aunque no había tenido ocasión de practicarla hasta la apertura de 'Abradacabra', algo que agradece porque aporta “alegría, relax contra el estrés y también amigos”.

También para Fernando es un hobby, en este caso movido por conocer “el porqué de las cosas y saber cómo se puede llegar a ello”. En su caso, los juegos de cartas son sus preferidos porque “es muy llevadero y un juego de cartas gusta a todo el mundo”. Para César, lo mejor de la magia es “ver a la gente reírse e ilusionarse con lo que hacemos”. Más profesional es para Quino, que mezcla magia y teatro para conseguir un resultado “muy potente” que puede verse en el espectáculo 'La cabeza parlante' en el que está trabajando por toda España.

Sentando las bases

En la academia “no se profundiza mucho” en el mundo de la magia, porque el conocer también aspectos más complicados, como la psicología de los espectadores es “para gente que lleva muchos años en este mundo”, dice Huang Zheng. El objetivo de esta academia es “que haya un resultado práctico” y el alumno pueda aprender unos juegos, muchos de ellos creados por los “maestros” de la magia a finales del siglo XIX.

Una vez conseguido ese fin, se tiene un trampolín para “poder pasar a otra fase” y una “puerta de acceso” para poder continuar “por sí solo” mediante documentación bibliográfica y, sobre todo, “buscando su propio camino”, para encontrar “una forma única” de hacer llegar la magia al espectador, mediante trucos nuevos y que resulten diferentes a los del resto, lo que va modelando a los grandes magos.

Magia para todos

Aunque tradicionalmente se ha relacionado la magia con el mundo infantil, en realidad es posible decir que “el mayor disfruta más que el niño”, porque para los adultos supone el regreso a la infancia y la recuperación de “el poder jugar”. Y es que las personas mayores admiran el ingenio del secreto de cada truco en lo que se convierte en “una obra de ingeniería perfecta”. Huang Zheng se felicita por cómo se consigue sorprender a la mente humana con un truco que se presenta como “un reto a la imaginación y a la formación del espectador”.

El hecho de que el ojo humano y la percepción visual no sean perfectas hacen que la magia funcione especialmente. “La imperfección de nuestro sentido de la vista nos ayuda mucho a los magos”, pero también contribuyen los mecanismos psicológicos de la mente humana que “normalmente busca el camino más complicado”, aunque en ocasiones los trucos son tan sencillos que “el espectador no piensa que puede ser así”.

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