La magia del chocolate y su legado cultural revitalizan Astorga

La alcaldesa de Astorga Victorina Fernández, a la izquierda, junto a la delegada de EFE en León, Belén Molleda.

j m lópez

La ciudad bimilenaria está más viva que nunca, con varios proyectos en marcha que ahondarán en el peregrinaje a un enclave decisivo como nudo de contacto, tanto de la Ruta Jacobea como de la Ruta de la Plata. Y en ello, y en dar a conocer los pormenores que van a redundar en la viveza que muestra la capital maragata, se ha centrado su alcaldesa Victorina Fernández, acompañada por la concejala de cultura, Mercedes González Rojo.

La regidora astorgana era la invitada este miércoles de los desayunos organizados por la agencia EFE en colaboración con la Red de Paradores, y a la que se ha vuelto a reincorporar Belén Molleda como responsable de la agencia en la provincia.

Victorina Alonso tiene motivos para estar ilusionada porque el nuevo museo del chocolate, la Casa de Leopoldo Panero y el cine Gullón son padrinos de calado para el dar un empuje más a la actividad cultural que en Astorga vibra con una intensidad que ya quisiera para sí la capital leonesa.

A la residencia de Leopoldo Panero, ya acabada, sólo resta que rehabilitar el jardín aunque debe procederse al derribo de un pequeño edificio municipal; el marido de una sobrina nieta, Javier de la Rosa, había donado a la ciudad gran parte del legado del poeta que él exhibía en Algete, Gran Canaria. Una fundación se encargará de ordenar y decidir qué material se muestra.

Paradojas de la vida, el café de redacción tenía por escenario El Hostal de San Marcos, eso sí, muy cambiado, el mismo en el que estuvo preso en octubre de 1936 Leopoldo Panero; el poeta se libro de la condena de muerte por el lejano parentesco que unía a su madre con Carmen Polo de Franco.

Un palacete

El mueso del chocolate se ha quedado pequeño y se muda a un palacete renacentista que empresarios catalanes han querido comprar y llevárselo y que Paulino Rubio legó al pueblo. No es tampoco extraño; ya en el siglo XVIII había 47 productores de chocolate, ahora quedan cinco, el oro negro que trajo al marqués de Astorga con motivo de la boda de su hija. Y el palacete aún conserva la fábrica; y funciona.

De las más de 10.000 piezas relacionadas con este arte en la actual ubicación no tenían cabida ni la mitad, y de ahí el cambio: la riqueza patrimonial maragata debe esforzarse para competir con este arte que atrae a un buen número de miles de turistas que acuden a paladear de cerca la magia del chocolate.

La tradición y el apego al teatro de la sociedad maragata volverán a cobrar protagonismo con la vuelta al mercado del tradicional edificio Gullón. Estará listo en dos años: este año cuenta con un millón de euros y en 2013 con dos millones.

La alcaldesa socialista también se siente orgullosa, ya así lo ha puesto de manifiesto, del edificio de Servicios Sociales, un inmueble cedido por un viejo republicano que en los últimos años de su vida él y su mujer fueron atendidos por los servicios sociales y como agradecimiento lo donó.

Y además la alcaldesa ha anunciado la creación del premio de periodismo Maite Almanza, dotado con dos mil euros cedidos con sumo gusto por varios restauradores de la capital maragata, un homenaje a una periodista que hizo periodismo con mayúsculas sin renunciar a vivir en Astorga. El premio contempla un detalle en el que está estampada la firma de la periodista que nos dejaba prematuramente hace ya casi un año.

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