Madrid enciende la mecha de la #resistenciaminera

Foto: CCOO Madrid

Antonio Vega

En la manifestación de Madrid los sindicatos lograron una doble victoria, por un lado logrando una importante participación en la manifestación minera pese a ser en un día laborable y lejos de las comarcas mineras, y por otro debido a la importante difusión nacional que del conflicto han realizado los medios de comunicación, con lo dificil que esta eso debido a la prima de riesgo y al “caso Bankia”.

Según la Policía Local de Madrid, que cifró la asistencia en unas 5.000 personas frente a los 12.000 de los sindicatos, fue una de las manifestaciones más ruidosas que se recuerdan en la capital, a raíz de los petardos de diferentes tamaños que fueron lanzados en todo el recorrido y contra la sede del Ministerio de Industria también. De hecho el lanzamiento de un cohete, de los que se usan en las fiestas de los pueblos, contra las ventanas de uno de los edificios ministeriales provocando la rotura de una de ellas inició el procedimiento de armarse con escudos y material antidisturbios a la policia que custodiaba el reciento gubernamental.

Tras la llegada de la cabecera y las alocuciones sindicales los manifestantes continuaron increpando la sede de Industria y lanzando contra ella, y a los policias que desde dentro la custodiaban, los famosos petardos mineros, algunos de gran potencia explosiva. Durante el fin de la concentración, y ante el lanzamiento de objetos a la policía además de los petardos, se produjo una carga policial durante la que se usaron presuntamente pelotas de goma, aunque la Delegada del Gobierno en Madrid Cristina Cifuentes lo ha desmentido. Eso sí en la red hay miles de imágenes que demuestran un uso de la violencia contra los manifestantes y heridas provocadas por objetos contundentes. De ahí que en solidaridad con los mineros surgiera el hastag #resistenciaminera con críticas al exceso de violencia ejercida por la Policía contra la manifestación. De momento hay dos detenidos y 13 heridos, de los cuáles ocho son policias además de algunos periodistas.

La manifestación

La protesta minera en Madrid logró una teórica unidad de acción política al poder ver defendiendo el mismo sector a alcaldes del PP del PSOE o políticos nacionales como Álvarez Cascos, de Foro Asturias, o Gaspar Llamazares, de IU. La presencia de políticos leoneses fue abrumadora aunque las caras eran un poco diferentes si eran de PSOE, IU y UPL o del Partido Popular. Mientras los partidos de la oposición “tiraban con posta” contra el PP y el gobierno de Rajoy los populares contestaban con cara de circunstancias, apoyando eso sí la supervivencia del sector. Especialmente crítico con el ministro Soria se mostró el alcalde Toreno, Pedro Muñoz (PP).

Otra de las imágenes de la manifestación (vía twitter de @RadioLeonSER) fue ver al empresario minero, y presunto millonario, cantando con el puño derecho en alto el “Santa Bárbara Bendita” con el que los sindicatos cerraron el acto frente al ministerio que dirige José Manuel Soria. Es la segunda vez que el hombre del que depende más del 70% del sector acude a una manifestación sindical, un índice quizás de cómo están las cosas.

Entre las referencias más escuchas estaba la comparación con los recursos para Bankia y lo poco, que según empresas y sindicatos, necesita el sector para sobrevivir; “Nos estamos jugando el 2012, no el 2018” indicaba Manuel López de UGT.

De momento el conflicto parece que se enquista pese a que el ministro Soria mantiene abierta la negociación con una próxima reunión de la Mesa del Carbón el día 6 de junio. Los sindicatos anuncian que acudirán a todo lo que se les convoque, pero no quieren más reuniones baldías. Las movilizaciones continuarán con cortes de paso a las centrales térmica para impedir que llegue carbón a las mismas.

La situación que se vive en este momento es un nudo gordiano, que por más que se logre deshacer un nudo más se aprietan los otros que hay debajo, y nadie es optimista con el final del conflicto. ¿Quién resistirá más, el gobierno o los mineros? nos preguntaba Sarah Morris, corresponsal de Reuters, a los periodistas locales. Nadie se atrevió a responder.

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