La llama romana de la capital

Efe

León reavivó ayer su llama romana con el 'Natalicio de la Águilas', una celebración que conmemora el 1.943 aniversario del nacimiento de la Legio VII Gemina, cuerpo de tropa que se asentó en la ciudad en el año 74 y que permaneció acuartelado en ella hasta los últimos días del Imperio Romano. A pesar de que la fecha de la fundación de la legión está documentada el 10 de junio del año 68 en Clunia, ciudad ubicada en el territorio de la actual provincia de Burgos, la asociación Promonumenta -organizadora de la cita- ha trasladado las actividades conmemorativas a hoy sábado.

El presidente de la asociación, Marcelino Fernández, indicó que se trata de una celebración “humilde” que se viene celebrando desde hace años con el objetivo de que no se olviden los orígenes de León y de que se mantenga viva en la ciudad “la llama” del legado romano. Esta celebración se inició a raíz de que en la década de los años 60 se encontrara en Villalís, un pueblo cercano a La Bañeza (León), un conjunto de inscripciones en una pequeña ermita en las que se hace referencia a la fecha de creación de la Legio VII.

Según la inscripción, ese día se produjo el “nacimiento del águila”, en alusión al símbolo de la legión. Entre los actos programados este año, destaca una demostración de lucha que correrá a cargo de la asociación asturicense Legio VI Victrix, cuyos miembros adoptarán la vestimenta de los soldados romanos y protagonizarán un desfile de tropas.

Además, los arqueólogos Victorino García Marcos y Emilio Campomames Alvaredo explicarán la trascendencia histórica de la muralla romana y de otros lugares emblemáticos del León de la época. Concretamente, el recorrido comenzará en la avenida de los Cubos y seguirá hacia el tramo de muralla romana recientemente rehabilitado en la calle Ruiz de Salazar antes de visitar la cripta de la calle Cascalerías.

La muralla es el vestigio más característico de la época romana en León y su perímetro constituye el corazón del posterior desarrollo urbano de la ciudad. Construida por la Legio VI Victrix antes de la llegada de la Legio VII Gemina, fue reformada y fortificada por esta última en dos ocasiones. Con una altura de diez metros y un grosor de cinco, tiene un perímetro de cerca de dos kilómetros y conserva 36 cubos, prácticamente la mitad de los que tuvo en su origen.

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