León registra 55 productores de agricultura y ganadería ecológica

Agricultora Cebollas PORTADA

J. Benito Iglesias/ Ical

La agricultura y ganadería ecológica en Castilla y León retoma el vuelo, y poco a poco se hace un hueco en el mercado, en parte por la mejora de la rentabilidad de las explotaciones y el repunte de la demanda de estos productos. Así, en los últimos cinco años tanto las cifras de agricultores y ganaderos como las de la industria de transformación han crecido un 50 por ciento, al pasar de 488 a 721 operadores en un lustro. Son los datos del Consejo de Agricultura Ecológica de Castilla y León, que reflejan que de los 368 agricultores y ganaderos ecológicos de 2010 se ha pasado a 547 en 2014, mientras que las empresas han pasado de 120 a 174.

Mientras tanto las hectáreas productivas han mantenido una cifra estable con un ligero incremento de un 12,5 por ciento en el periodo 2010-2014, al pasar de 26.355 a las 29.647, según la información facilitada a Ical. En este capítulo la superficie incluye los cultivos de cereales, frutales, olivar, viñedo, frutos secos, plantas aromáticas y medicinales, junto a la extensión de bosque de recolección silvestre y la dedicada a barbecho, abono verde, semillas y viveros.

Además, figuran las hectáreas que ocupan las explotaciones de carne y leche y el terreno destinado a pastos comunales, praderas y forrajes para alimentar al ganado, que en este caso han descendido ya que algunas explotaciones ganaderas se cerraron en estos últimos años por la caída de las ayudas comunitarias, precios bajos como los de la leche y un fuerte incremento de los costes productivos.

Por provincias, quien más productores de agricultura y ganadería ecológica registra de forma conjunta con datos de 2014 es Zamora con 169, seguida a larga distancia de Valladolid, con 99, Burgo,s con 62, y León, con 55. En la actualidad, hay en el conjunto de la Comunidad un total 495 agricultores con cultivos ecológicos y a ellos se suman 52 ganaderos con explotaciones de este tipo. En el caso de la industrias transformadoras, la provincia que cuenta con una mayor implantación es Valladolid, con 40 empresas, junto a Burgos y Segovia, con 27, y León y Zamora, con 24.

Por hectáreas productivas, a la cabeza figura Zamora, con 9.654, y le siguen León con 4.200,9; Valladolid, con 3.618,3; y Palencia, con 2.882,5. La mayor parte de las 29.647 hectáreas de producción ecológica en la Comunidad se dedican al cultivo de cereales, leguminosas y similares con 13.387,9, junto a las que se destinan a pastos, praderas y forrajes con 10.835,4. Le siguen a considerable distancia las ocupadas por viñedo con 2.035,3 hectáreas; 959,4 de abono verde y barbecho; 193,7 de hortalizas y cultivos; y 168,5 de olivo, entre otros muchos tipos de cultivos.

Relevo generacional

La directora técnica del Consejo de Agricultura Ecológica de Castilla y León, Encarna Olmo, explica que el hecho de que no hayan crecido aún más las cifras en los últimos años se debe, en parte, a la falta de relevo generacional. “Hay gente que solo ha seguido en el campo hasta alcanzar la edad de jubilación y los jóvenes abandonan las zonas rurales y es difícil que vuelvan. En otros casos, se arriendan los terrenos y se puede continuar”.

No obstante, precisa que cuando se cierren los datos de 2015 por parte del Ministerio, se podrá constatar que hay un repunte de la agricultura y ganadería ecológica al entender que “va siendo rentable y sobre todo que se trata de una práctica sostenible para producir alimentos saludables, contando con el añadido de que cada vez existen más consumidores que los buscan en el mercado”.

Además, Olmo resalta como dato relevante el hecho de que entre elaboradores y empresas transformadoras el sector se alcanza la cifra de 721 en Castilla y León. “Lo importante no solo es producir, sino que todo se transforma aquí. Cada vez hay más industrias de este tipo que a la vez son productoras de alimentos ecológicos procedentes del campo y las explotaciones ganaderas. Ese valor añadido se queda en las propias empresas del sector agroalimentario, que cuentan con mucho peso en la Comunidad. Además se impulsa la creación de empleo local, sobre todo en zonas rurales y así se contribuye a fijar población”, señala.

En su opinión, aunque la agricultura y ganadería ecológicas “son menos cómodas y hay que estar más pendiente”, el esfuerzo se traduce en un “producto final mucho mejor y con una calidad distintiva” y eso conlleva que el coste se traduzca en un mayor precio cuando sale al mercado. “De momento hay miedo a producir más por que la demanda de estos alimentos es baja. Se trata de analizar todo y de que se consolide de forma organizada, ya que el agricultor y ganadero tiene que buscar su mercado o hacer su marketing, algo para lo que no siempre está preparado ni tiene el tiempo preciso para ello. Hay que ser muy competitivo y falta apoyo para crear redes de comercialización, transporte y logística ya que las explotaciones están muy dispersas”, concluye.

Normativa europea

Para lograr que se certifiquen con un etiquetado específico los alimentos procedentes de la producción animal y vegetal dentro del sector de alimentación ecológica, es preciso cumplir unos requisitos. Quien pide el control de un producto en el campo o de una ganadería, debe cumplir 12 meses de prácticas, en los que podrá vender los productos pero sin ninguna acreditación ecológica.

En el segundo año ya puede reseñarse que se trata de un alimento en conversión hacia la agricultura ecológica, aunque no puede figurar aún el logotipo de la Unión Europea. Cuando transcurren los tres años y se hayan cumplido los requisitos, el producto contará con el sello o etiquetado que lo distingue como ecológico. En 2013 se cambió el reglamento de producción y, junto a la autoridad de control y certificación pública del Consejo de Agricultura Ecológica, también realizan esta labor empresas privadas.

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