De León a Guinea Bissau para salvar la vida de un niño
Hay quien lo hace por la satisfacción de una sonrisa desinteresada, por la promesa a uno mismo de mejorar la vida de un niño, por el futuro de una familia, de un pueblo. Otros quizás por alimentar un sentimiento de utilidad en sí mismos con acciones al alcance de nuestra mano, que para quienes no tienen nada lo son todo, son un mundo, tan grande como la distancia social que desgraciadamente a la vez separa los nuestros.
José María Pradillos Serna, cirujano pediátrico; Carlos Ocaña Alcober, residente de último año en pediatría; Gloria López Blanco, intensivista pediátrica; Inmaculada Pérez García, enfermera especialista en pediatría; Trini Arce Canseco, enfermera especialista en pediatría; y Mercedes Martínez Castro, enfermera quirúrgica y pediátrica, son un grupo de amigos y compañeros de León, que guiados bajo la experiencia del cirujano pediátrico Domingo Cortón Lamelas, se embarcarán en un largo viaje al continente africano para participar en el proyecto de cooperación 'Un equipo quirúrgico en Guinea Bissau 2019', cuya acción principal se centra en el ámbito de la salud, tanto en la asistencia sanitaria como en la educación.
Voluntariamente han decidido enriquecer sus vidas con esta decisión personal, que afrontarán de manera particular en cada caso. “El gusanillo nos lo metió el doctor Pradillos, porque iba todos los años y nos ponía la miel en la boca. Nosotras también queríamos cooperar. Así fue como nos unimos al proyecto”, explican las enfermeras.
'De León a Guinea Bissau'
El proyecto, que este año cumplirá su tercer año, saldrá desde León para llegar a Guinea Bissau, al Hospital de Borh, donde les esperan una lista de niños que necesitan ser intervenidos. “Los recursos que conseguimos aquí los trasladamos allí para intentar intervenir a todos los niños que podamos de las patologías que pueden ser operadas allí”, explica el doctor Pradillos. Pero la idea es traspasar el nivel quirúrgico tratando de formar a la gente local para que haya una continuidad en los tratamientos con algunos de los recursos enviados, para que aprenden y puedan ser más autosuficientes.
El doctor Cortón gestionó con la embajada española los controles en África para que nos dejen introducir los recursos que llevamos al hospital
Aunque ya tienen todo preparado para llegar y ponerse a trabajar, la organización es complicada. En este punto todos agradecen la implicación y gestión de Cortón, el alma creador del proyecto. “Somos un grupo diverso, sin afinidad o afiliación a ninguna ONG, pero allí nos facilitan las cosas AIDA y Furgoneta Solidaria, ya que si fuésemos a África sin ningún apoyo posiblemente no podríamos hacer nada. Cortón está en contacto con la embajada española y con las autoridades del país para que nos ayuden con el tema de las maletas; disponemos de autorización por parte del hospital al que vamos para poder pasar las aduanas y de una relación de lo que solemos llevar. Tampoco somos una agrupación religiosa, pero allí la iglesia sí que nos da apoyo, el obispo de Guinea nos proporciona una serie de estancias”, apunta el cirujano pediátrico.
El transporte de los recursos, en sus maletas personales
Uno de los mayores problemas es el transporte de los recursos. “Lo ideal sería nutrir a esos niños, que están desnutridos, operarles y después mantener una alimentación con proteínas para que se recuperen bien. Pero, ¿cómo vamos a llevar todo eso? Con el billete hemos comprado la facturación de dos maletas además de la de mano, que llenaremos hasta el máximo de kilos con antibióticos, pomadas, proteínas... allí no hay nada”, reconocen los profesionales, que se han autofinanciado todo el viaje, usando además los días de sus vacaciones en el trabajo, y que están tratando de conseguir mandar más materiales a través de una naviera.
El viaje está previsto del 6 al 20 de abril, 15 días para intentar trabajar a destajo. “Intentaremos operar a los máximos niños posibles, pero con la máxima seguridad posible. En primer lugar intervendremos a los más graves, para poder contar con más tiempo de evolución y seguimiento”, declara Pradillos. Las patologías mas comunes son fisuras, quemaduras, deficiencias óseas, malformaciones ano-rectales, hipospadias y apendicitis, entre otras. “No hay cirujano pediátrico allí, entonces muchas veces los que operan son cirujanos generales, que tampoco tienen recursos. Por ejemplo las suturas las llevamos nosotros”, comenta el grupo.
El hospital al que irá el equipo leonés cuenta con un programa de estancia organizado durante todo el año. “Es la única forma de que estos pequeños puedan ser operados, los podríamos traer aquí pero económicamente no se puede sustentar, por parte de la familia sería imposible, el grado de pobreza es muy alto, y el venir a través de una ONG también es complicado”, aseguran.
¿Por qué dejarlo todo para ir a ayudar a África?
Para Trini, Mercedes y Carlos, formar parte de este equipo es un reto. “Siempre hemos tenido muchas ganas de cooperar, lo que pasa es que la vida te va llevando a otros sitios. Cuando ves que te sobran cinco minutos te das cuenta de que sí se puede, y queremos echar una mano a este hombre que siempre va un poco sólo y en silencio”, explica Mercedes, refiriéndose a Pradillos“. ”Nunca ha dicho nada. Ha viajado a Liberia, Guinea, Uganda... y nos damos cuenta porque desparece gordito y aparece muy delgado“, comenta Trini sonriente.
No vamos a solucionar la mortalidad de un país subdesarrollado, pero con intervenciones básicas salvamos la vida de muchos niños
“Haremos lo que podamos. Ir con alguien que ha estado allí te da confianza”, confiesa Carlos. “También le hemos preguntado si vamos a ser útiles o no, es nuestra mayor preocupación porque no es lo mismo trabajar aquí que lo tienes todo, a allí que tendrás que improvisar”, añaden las enfermeras.
Pero sin duda, todos coinciden en lo mucho que ganan a nivel de enriquecimiento personal. “Aunque todo sale de nuestro bolsillo, no perdemos nada, lo económico pasa a un segundo plano. A nivel profesional hay mucha deficiencia, soy más válido allí que aquí, que hay otros compañeros. Allí si no estamos nosotros no hay nadie y los niños se mueren, y simplemente con cosas básicas, muchos pueden salvarse. No vamos a solucionar la mortalidad de un país subdesarrollado, pero aportamos nuestro granito de arena para mejorar su calidad de vida, y eso nos enriquece”, se sincera el cirujano pediátrico.
23 de febrero: la cita de una fiesta solidaria en la que todos podemos cooperar
Este equipo sanitario insiste en que todos son iguales y de igual forma útiles, y extienden esta idea a la sociedad. Para visibilizar el proyecto y conseguir el mayor número de apoyos posibles, el próximo sábado 23 de febrero organizarán una fiesta solidaria en el Centro Cívico León Oeste, en el barrio de El Crucero. “Nuestro fin es recaudar dinero que nos ayude a comprar más material”.
En la jornada, además de presentar la misión a Guinea Bissau de forma directa, se sucederán actuaciones de teatro, de circo, de baile y cuenta-cuentos, entre otras muchas actividades que animarán a la sociedad a cooperar. “El acceso es libre, pero la persona puede aportar libremente su donación. Hemos preparado una 'fila cero' para la gente que quiera colaborar. También habrá un intercambio de fotografías, libros y otras obras por un donativo”, asevera Trini, la organizadora del evento.
Este equipo de profesionales, con los que el material llegará de manera directa a los más necesitados, se llevan consigo lo más importante además de su trabajo y su formación: las ganas y el entusiasmo de cambiar una situación por la que siguen muriendo niños en el mundo. Van dispuestos a entregar lo mejor de sus conocimientos sanitarios y de sí mismos, y han prometido relatar a la vuelta sus sensaciones, su valía, y lo que han sido en África.