Asociaciones jacobeas respaldan la recuperación del tren de la Ruta de la Plata
A juicio un hombre que atropelló a otro en La Bañeza cuando conducía bajo los efectos del alcohol

El Juzgado de lo Penal 2 de León acoge el próximo 12 de noviembre un juicio por un delito de imprudencia grave en concurso con un delito de alcoholemia del que está acusado un hombre que atropelló a otro cuando conducía su vehículo bajo los efectos del alcohol.
Según las calificaciones provisionales de la Fiscalía a las que ha tenido acceso este periódico, los hechos se remontan a julio de 2017, cuando el procesado, sin antecedentes, con sus facultades disminuidas como consecuencia de haber consumido bebidas alcoholicas y circulando a una velocidad inadecuada se salió de una glorieta en La Bañeza y arrolló a un hombre que se encontraba en la acera.
El conductor continuó su marcha e impactó contra la fachada de una vivienda causando desperfectos tasados el 570 euros. El mismo auto recoge que el acusado presentaba síntomas evidentes de embriaguez, pero se negó a realizarse las pruebas simulando su imposibilidad para hacerlo.
El peatón sufrió un traumatismo craneoencefálico, heridas contusas, fracturas, entre ellas del sacro, la rodilla y vértebras, y múltiples contusiones. Tuvo que ser operado de la rodilla y sufre importantes secuelas en el músculo esquelético y la columna vertebral.
El Ministerio Público considera estos hechos constitutivos de un delito de lesiones por imprudencia grave en relación de concurso con un delito de alcoholemia por lo que reclama para el procesado una pena de 9 meses de cárcel así como cuatro años y tres meses de privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores.
Además, una indemnización de 30.000 euros al peatón herido y de 570 a la propietaria de la vivienda dañada.
La defensa lo niega
Por su parte, la defensa del procesado ha reconocido que su patrocinado sí tuvo un accidente de tráfico, pero que su conducta no puede calificarse de dolosa o imprudente, y por tanto no fue delictiva.
Además, niega que su patrocinado se negara a someterse a la prueba de alcoholemia y que no la realizó porque le fue imposible debido a su estado anímico.