Tras la huella de Vela Zanetti

Peio García / Ical. Un grupo de visitantes observa las obras de Vela Zanetti en el consistorio de León.

S.Gallo/ Ical

Acaba de celebrarse el centenario del nacimiento de Vela Zanetti, pintor burgalés que desarrolló gran parte de su obra, no sólo en el exilio, sino también en la ciudad de León, donde se encuentra parte de su legado. A pesar de la importancia de este artista, y al margen de las obras pertenecientes a colecciones privadas, parte de la obra de Vela Zanetti se encuentra accesible a los ciudadanos de León, en lugares públicos donde en la mayoría de las ocasiones pasa desapercibida para los cientos de ciudadanos que pasean cada día delante de estas obras.

El enorme mural que preside el altar en la iglesia de Jesús Divino Obrero de León, los que dan la bienvenida a los muchos ciudadanos que cada día acceden al interior del Consistorio de San Marcelo o el mural que recibe a los visitantes que se alojan en el Hotel Conde Luna de la capital son algunas de las muestras.

Otros lugares donde pueden encontrarse grandes obras del pintor burgalés en la ciudad de León son la antigua Escuela de Comercio, que actualmente es el Centro de Idiomas, el Instituto Leonés de Cultura (ILC), el edificio Fierro, el Colegio Leonés, que dispone de un par de obras de gran relevancia, y el colegio de los Maristas, a lo que hay que sumar las obras que se encuentran dentro de colecciones privadas y de la propia Fundación 'Vela Zanetti'. Éste es el legado conocido en la ciudad de León y que se encuentra perfectamente autentificado, ya que los expertos estiman que hay también muchas copias de la obra del artista burgalés.

Precisamente para dar a conocer la abundante obra de Vela Zanetti en la ciudad de León, y coincidiendo con la celebración de los 100 años de su nacimiento, se han organizado visitas guiadas a algunos de los lugares en los que puede conocerse su obra, como la iglesia de Jesús Divino Obrero, el Hotel Conde Luna o el Ayuntamiento de San Marcelo, y que han contado con una muy buena aceptación y la presencia de cientos de personas en los últimos meses.

Esta iniciativa de la Sociedad para el Fomento de la Cultura, que se ha “complementado muy bien” con el Ayuntamiento de León, ha abierto también las puertas de estos lugares a ocho grupos de escolares, dejando un balance muy positivo de visitantes. Tal ha sido la aceptación y el interés despertado por estas visitas, que se está planteando la posibilidad de convertir las visitas en una ruta estable por la obra de Vela Zanetti.

Desde la Sociedad para el Fomento de la Cultura se resalta la importancia del pintor burgalés que, sin embargo es “muy desconocido en general”, lamenta Yolanda Gutiérrez. De ahí que se quiera “reavivarlo” para que la gente conozca “esta parte del patrimonio de León” y no sólo los principales atractivos turísticos como son la catedral, San Marcos o San Isidoro.

El gran desconocido

Parte de la obra de Vela Zanetti se presenta como la reflexión de un exiliado con los dramáticos recuerdos de la guerra, un hecho que marcó su vida y también su pintura. De hecho, fue al final de la Guerra Civil Española cuando se exilió a Francia, desde donde viajó a la República Dominicana, Nueva York y Méjico, éste último un país que le permitió conocer el arte de los muralistas mejicanos, algo que se posteriormente se pudo apreciar en su obra.

Fue en 1960 cuando regresó a España, momento en el que inició una intensa producción artística, parte de ella en León, donde destacan los murales que realizó y a los que ya se ha hecho alusión. En Madrid trabajó en el vestíbulo del número 32 de la calle Doctor Fleming y en el Banco Central de la calle Barquillo, mientras que en Burgos dejó su testimonio en la Diputación y en la torre del Arco de Santa María. Ya en la década de los 70 pintó los murales para Plaza y Janés de Barcelona y Valladolid, y para la parroquia de San Juan el Real de Oviedo.

Alusiones a la historia

La pintura de Vela Zanetti suele reflejar siempre un territorio y unos personajes incluidos en su recuerdo. Así, sus obras tenían un gran contenido dramático y reflejaban historias cotidianas de hombres que emergen petrificados como si fueran esculturas. Es el caso de uno de los murales que puede visitarse la subir la escalera del Consistorio de San Marcelo. A uno de los lados se contempla un mural dividido casi perfectamente en dos partes por un hombre desnudo que parece emerger de una hoguera y en el que, por un lado se sitúa el mural en la ciudad de León, con alusiones a la muralla, la catedral, San Isidoro o al símbolo de la ciudad, que era un león sedento; al otro lado del mural se aprecia una escena de guerreros, en una obra de mayor colorido con una clara influencia de su pasado en Méjico.

El otro mural de San Marcelo, en este caso con colores más terrosos que caracterizan la obra de Vela Zanetti, alude a diferentes momentos históricos de los que el pintor burgalés se documentó de manera muy exhaustiva antes de dar forma a sus obras, ya que se incluyen varios reyes de León, en un 'guiño' a lo que fue la historia del Reino de León.

También en el mural que se aprecia en la parte superior de la recepción del hotel Conde Luna de León se hace una clara alusión a un momento de gran relevancia histórica para la provincia. Sus signos son constantes, con una escena de guerreros y muestras del lugar en el que se desarrolla la batalla, que refleja el momento de las Justas del Paso Honroso en Hospital de Órbigo.

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