La herida autonómica inferida y las viejas vías

Alfonso Fernández Mañueco. // Miriam Chacón / ICAL.

Máximo Soto Calvo

Puede que el señor Mañueco hasta se quiera creer la boutade del “mapa cerrado”. Ésa que acaba de soltar nuevamente con motivo de la entrevista, como presidente en funciones y escasez de votos, con los representantes de partidos actuantes en la autonomía, en nuestro caso, ante la presencia de los procuradores por UPL, dentro de la ronda que se propuso.

Cuando fuimos lo leoneses incorporados a fortiori a la autonomía de diseño castellano, centralizador y absorbente de todos los bienes circundantes, se nos causó una herida, mediante el arma de la imposición anexionista, que no se ha podido cerrar. Fue un pleno bloqueo a todo nuestro derecho a elegir autonomía. Pues bien, aún permanece abierta. La sutura creativa de una identidad comunitaria, mediante el hilo de lo castellanoleonés, tan amancebador como costoso, no ha funcionado, no podrá funcionar nunca, por una razón primera básica: en democracia el pueblo debe expresar su deseo, y a los leoneses se nos ha conculcado ese derecho. Lo dijimos en las calles, y seguimos en ello. La Constitución nos avala, y la situación es plenamente reversible. ¡Ah! Que no quieren los que van a gusto en el machito.

No somos ni hemos sido nunca castellanos, ni hoy queremos ser el imposible amasijo que desde la F. (fábrica, facción o fuerza) Villalar promocionan con la inútil lazada del fiasco, fracaso y finalmente fallo, por ir contra natura. Claro, como no preguntan, tan sólo piensan e imponen, su mensaje no es otro que la mentira sostenida, que equiparan a “su verdad”, para que adobada por la ideología, sus consumidores, sus votantes, la deglutan sin paladear y los reafirmen una y otra vez mediante un verdadero ejerció de masoquismo.

¿Nada de privilegios entre provincias?

Tras la entrevista con Luis Mariano, Alicia y José Ramón, procuradores por UPL, a quienes muy buena parte del pueblo leonés mediante el voto hemos otorgado nuestra representatividad, Mañueco, en rueda de prensa, lanza una inconsecuente frase a los leoneses: “Nada de privilegios entre provincias”. No sé lo que habrá entendido él respecto a lo formulado por Santos, ¿Acaso no ha querido ver que los procuradores por UPL llevan el voto leonés triprovincial, regional por tanto, algo más que in péctore? De ahí que, una vez establecidas Junta y Cortes, me gustaría que preguntaran nuestros procuradores, a qué León se alude en el nominal de la Comunidad, ¿a la región o a la provincia? Dato éste que quienes me han venido leyendo largos años, saben que vengo pidiendo una respuesta estatutariamente escrita. Muy esclarecedora, como fundamento y base para posteriores actuaciones.

Cual si de un gran señor feudal se tratara, Mañueco, anuncia con cartelón mediático, que no va alterar la integridad territorial. Pregunta obligada, ¿Quién les mandó constituir en plan unitarista una comunidad? El pueblo Leonés, NO. La forzaron a partir de dos regiones vigentes y no abolidas, una leonesa y triprovincial, y seis provincias de Castilla la Vieja. Las “razones” de todos conocidas, está siendo notorio, se hacían acompañar de un feroz egoísmo político centralista, que pronto dejaron de ocultar. Algo patente hoy, pero de lo que muchos hacen caso omiso, a la hora de votar. Es muy difícil de comprender.

Y he señalado la Vieja, toda vez que ellos al decir simplemente Castilla, la entienden como la facedora de España, pasando incluso por encima de la historia del Reino de León. De ahí que se pregunte el ocasional presidente facedor continuista autonómico: ¿Quiénes son éstos que me piden trocear Castilla y León? Nuestra gran obra, con un ...y León cual acólito.

El poder de agrupar políticamente territorios dispares, pues lo de unir requiere predisposición y asentimiento de las partes, se lo arrogaron plenos de cinismo; el mismo que hoy rezuman al soltar: “mapa cerrado” o “trocear una comunidad”. Pero el clamor popular leonés de soltar amarras con el ejercicio de la desanexión, está ahí. Es cuestión de comprensión democrática y voluntad política. Mañueco parece sentirse orgulloso del ente que nos aniquila, ése que contra natura se hizo nacer con méritos castellanos. Por lo tanto, para él, incuestionable.

¿Qué cohesión territorial?

Sépanlo, dice, en parte de palabra y el resto mediante el gesto y la expresión: “hay cohesión territorial e igualdad entres personas”, mostrando como intocable esta autonomía. Todo un ejercicio de democracia. ¡Pasmoso! Haciendo evidente lo de dime de lo que presumes y anuncias, y seremos sabedores de lo que se nos estás escamoteando. Ni hay cohesión territorial, ni equidad distributiva, la facción castellana, o buena parte de ella, se está llevando un porcentaje de bienestar abrumador. Y por la parte sentimental está demostrado que no hay ni pizca de empatía entre ciudadanos leoneses y ciudadanos castellanos, los sentimientos, los afectos mutuos, no se crean por decreto, ni se fabrican en 'fundaciones'.

Desde que a lo leoneses se nos metió “por estatutos” en la Comunidad llamada hoy Castilla y León, en origen una forzada Castilla-León, y se centralizó todo en Valladolid, también con la malsana captación de empresas de nuestra región leonesa, entramos en una inútil espera. “Ni una ayuda ni un favor”, como en el tango, ha sido nuestro sino, y así fané y descangallados, dicho así para seguir lo del lamento musical, nos van dejando a los leoneses. Recordemos el primer amago, cuando hablábamos para León de un puerto seco del Musel, sacaron pronto, en el ente, emplazarlo en Venta de Baños. Destacar de viva voz o en letra impresa, éstas y otras maniobras, rápido lo tildan de victimismo. Nuestro declive industrial y socioeconómico, aun sin ser gran observador, se percibía, o mejor se sufría, hoy se palpa. Cual gota malaya, día a día, nos ha ido desgastando fuerzas y voluntades, eso sí, con la contribución de muchos de los políticos nuestros, en plan colaboracionista, bien regados por su insano partidismo.

Perdiendo el noroeste... ferroviario

La última noticia, ya escrita, que los leoneses parecen no querer ver, es el desplazamiento del noroeste ferroviario hacia Castilla. Abandono y hundimiento del centro logístico de Torneros en favor de Medina. Vías, trenes y mercancías, en moderna versión ferroviaria, y planteamientos europeos de conexiones, nos los han arrebatado. Quieren, y lo están logrando desde el ente autonómico, que dejemos de ser el noroeste peninsular, para serlo o mangonearlo desde Valladolid. ¡Y acoplárselo! Es otra desaprensiva jugada... maestra.

Hubo un principio para todo esto del tren y situación actual. Recordemos cuando, para modernizar e ir a mejor, según se decía desde el estado central, suprimieron lo de ser León el centro de la Séptima Zona de Renfe, acompañado de Galicia y Asturias, Fue allá por 1991. Seguiría la desaparición de oficinas, clasificación de mercancías, talleres y más. ¡Sin contrapartidas! Puede que el seguir siendo el “centro geográfico del Noroeste peninsular”, no nos dejara ver el bosque de las cantadas consecuencias futuras de los dirigentes del ente, quienes a punto de cumplir su primera década, dejaron correr el “tren leonés” por las vías del olvido, los nuevos trazados, y las instalaciones, pues tolerábamos todo.

Pido disculpas si no lo he expresado con afianzada rotundidad, no es esto mi fuerte, pero la realidad aquí está siendo más que palpable, y otros la han escrito bien. Estábamos empezando a dejar de ser y pasar a estar en un plan autonómico que ha ido absorbiendo todo lo nuestro.

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