De graffitis en la calle a tatuajes en la piel

Los chicos del nuevo estudio de tatuajes y barbería All Street.

Marta Cuervo

El sol se escondía, y llegaba la hora. Con la emoción contenida durante todo el día, Víctor se preparaba, cogía todos los botes a su alcance y salía con sus amigos a pintar, a donde en esa ocasión les deparase el destino. Desde que recuerda, Víctor siempre se ha sentido muy atraído por el mundo del graffiti, y aunque es modesto, de la misma manera sus dotes artísticas han destacado también desde siempre. “Muchas noches con mis amigos salíamos a pintar graffitis. Me he ido a Francia, a Alemania, a Portugal y a Italia, y sólo para pintar”.

Al cumplir los 18, a pesar de que muchos profesores le animaban a que hiciera el bachiller artístico, el leonés decidió entrar en el Ejército, aunque sin una vocación real. Así, entró a formar parte de la UME en León, donde los primeros años se sentía realizado, compaginando su trabajo con la pasión de seguir dibujando en las calles.

Pero en 2016 su cuartel se enteró de que le gustaba mucho el muralismo y lejos de realizar una crítica negativa sobre su forma de expresarse a través de la pintura, tras enseñarles a sus superiores algunos de sus trabajos terminados, éstos le propusieron pintar para el Ejército una pancarta. “Estuve medio año dedicándome a pintar pancartas; estaba encantado. También pinté un cuadro para el despacho de un capitán. En este periodo, después de ocho años en el Ejército, mi entusiasmo por el arte terminó de despertarse totalmente. No valía para ser militar”, reconoce el joven de 27 años.

Fue justo por aquel entonces cuando una máquina de tatuaje cayó en sus manos, y la magia le conquistó por completo. “Un amigo me dejó un kit que le habían regalado a la novia. Empecé como los americanos, en el Ejército estando de guardia y en los retenes tatuando a mis compañeros, y a mí mismo. En ese periodo también acabé de pintar el cuadro que me habían encargado, por lo que mi rutina volvería a ser la de antes, algo por lo que no estaba dispuesto a seguir”, confiesa Víctor.

El adiós al Ejército para dar la bienvenida a un sueño: 'All Street'

Los primeros tatuajes de Víctor eran muy básicos, sus compañeros le pedían el nombre de sus madres, de sus novias, o pequeños símbolos y dibujos. “El diseño sabía que no me iba a quedar mal, pero la perfección en la ejecución se va tomando con la práctica”, declara el tatuador, que es muy exigente.

Y, finalmente, tras darse cuenta de que no podía seguir con su carrera militar, Víctor dejó el Ejército para dedicarse de lleno al tatuaje. “Nunca acabas de aprender, pero ahora, después de dos años, considero que sé tatuar. En esto hay que ser muy puntilloso, hay que tener en cuenta que un tatuaje es para toda la vida”, sentencia.

Comenzó tatuando a sus amigos, pero pronto hasta cuatro estudios le abrieron sus puertas para que trabajase con ellos. “Yo quería mi propio estudio. Conocí a Sergio Abril y al 'ruso', cada uno con su estilo, y decidimos juntarnos con Iván, que es barbero. Sergio Abril tatua realismo, texturiza muy bien las imágenes; y 'el ruso' tatua realismo con un toque más oscuro, con más sombreados. Además contamos con un recepcionista experto en piercing y láser”, aclara Víctor, explicando los pilares que componen su nuevo salón de tatuajes más barbería: 'All Street', en la calle Caño Badillo, número 19.

El estilo de de Víctor, por otro lado es muy particular y destaca mucho el color, que es muy sólido. “Cada tatuador está influenciado por un estilo o por alguna persona. Yo, viniendo del arte urbano, me gusta hacer tatuajes con mucho color y con muchas técnicas del graffiti, y eso lo voy combinando con otros estilos que me van gustando de diferentes artistas”, comenta el tatuador. Algunos de los ejemplos de los que más orgulloso se siente el leonés, es de su influencia de Felipe Pantone, o de Okuda. “Un chico me pidió un tatuaje que consistiera en el rostro de una persona, pero con un punto psicodélico. Y se me ocurrió inspirarme en Felipe Pantone. La gran sorpresa que me llevé fue cuando viendo su Instagram vi que había compartido mi tatuaje. Para mí fue un honor”, declara.

Otras ideas, Víctor las toma de la calle, “de tantas noches pasando frío”. “Me gusta el rollo vandal, que son tatuajes oscuros, negros, con cadena de espinos, por ejemplo. Dedicados a gente de la calle”, añade el artista que reconoce que le gusta diseñar sus propios tatuajes.

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