Los escritores leoneses transmiten un abrazo solidario a las familias de las víctimas de una tragedia “terrible”, que “parece pertenecer al pasado”

Ical

Con una mezcla de incredulidad, amargura y conmoción, los escritores leoneses recibieron hoy la noticia del fallecimiento de seis mineros en el Pozo Emilio del Valle (antiguo Pozo Tabliza) en La Pola de Gordón. La Agencia Ical conversó con cuatro de ellos (Julio Llamazares, Andrés Trapiello, Raúl Guerra Garrido y Luis Mateo Díaz), que compartieron su pesar y trasladaron su más sentido pésame y un “abrazo” cargado de cariño para los familiares de las víctimas y para los heridos.

Como ellos mismos reconocieron, la trágica noticia empujó a un viaje a su infancia a Luis Mateo Díez (Villablino, 1942) y a Julio Llamazares (Vegamián, 1955), nacidos ambos en núcleos mineros muy cercanos a donde hoy se registró el mortal escape de gas grisú. Profundamente “conmovido” y “conmocionado” se confesó Luis Mateo Díez tras conocer la noticia, y calificó como “algo terrible” que “tanto tiempo después sigan sucediendo cosas así”. “A mí esto me retrotrae a mi memoria personal, del mundo del trabajo y del esfuerzo, tan duro y tan tremendo. Son de esos mazazos que piensas que no pertenecen a la actualidad en que vives, aunque las tragedias son siempre así”, aseguró.

Julio Llamazares, por su parte, subrayó la “enorme pena” que sintió al conocer el suceso, ya que, “por desgracia”, accidentes similares los vivió “cuando era pequeño y vivía en un pueblo minero”. “Lo único que espero es que esta vez el ministro de Energía vaya al entierro”, manifestó sin poder decir mucho más por el pesar.

Esa misma sensación de impotencia quedaba clara tras conversar con Raúl Guerra Garrido (Madrid, 1935, criado en Cacabelos), que explicó que, “aunque parezca mentira que lo diga un escritor, ante situaciones así es casi imposible encontrar qué palabras tienes que decir”. “Simplemente me gustaría abrazarles, tocarles el brazo y transmitirles toda mi solidaridad y lealtad”, añadió.

Tras “acompañarles en el dolor y en el sentimiento”, afirmó que “si pudiese ayudar en algo por supuesto que lo haría”. “Esto es un dramón. Verdaderamente es algo increíble. Después de lo mal que va todo, encima esto... Son los golpes de la vida. Parece que todas las cosas se ponen en contra pero bueno, siempre hay que tener esperanza aunque a veces no sepamos muy bien en qué”, remató.

También lamentó la tragedia de forma especialmente sentida Andrés Trapiello (Manzaneda de Torío, 1953), que explicó que “estas noticias son como una especie de regreso al siglo XIX”. “Que hoy en el siglo XXI sucedan estas cosas es como volver al siglo XIX, a los tiempos de inseguridad laboral, de explotación y de irracionalidad”, añadió antes de calificar como “inexplicable” la tragedia. “Pensar en cómo se han encontrado con la muerte esas familias, tan de sopetón, cuando por la mañana despedían a sus personas queridas, a las que no volverán a ver... realmente te deja anonadado”, concluye.

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