Fin al encierro de los trabajadores forestales en Valladolid
Medio centenar de integrantes de la Asociación de Trabajadores de las Brigadas de Refuerzo contra Incendios Forestales (Atbrif) concluyeron a primera hora de hoy el encierro que han protagonizado desde mediodía de ayer en la sede de la empresa pública Tragsa en Valladolid, situada en la calle Cobalto, en el Polígono de San Cristóbal.
Fuentes de los empleados recordaron que “así estaba planeado”, puesto que es un centro de trabajo y prefirieron respetar a otros compañeros. Tras el primer encierro, el 28 de agosto, y el segundo ayer, los empleados prefieren esperar para conocer “cómo respira la empresa y seguir el calendario de movilizaciones previsto”.
Durante la noche, los trabajadores forestales durmiendo todos en el suelo, “algo incómodos”, tras celebrar por la noche una asamblea y estar tres horas reunidos. Durante la mañana, los integrantes de las tres bases que dependen del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Lubia (Soria), Tabuyo del Monte (León) y Puerto el Pico (Ávila), se dirigieron hacia sus lugares de origen.
Con esta acción, han reflejado su disconformidad con Tragsa, a la que reclaman un salario “digno acorde al riesgo de la profesión”, que no alcanza los “mil euros”, así como una mejora de la categoría profesional.
Según explicaron a Ical fuentes de la Asociación, concretamente piden ser bomberos forestales, una opción que ya existe y “que recoge una serie de beneficios”. Estas son algunas de las demandas que exigen estos trabajadores desde hace días y que intensifican ahora por el miedo a que, pasada la época de alto riesgo de incendios, sus peticiones queden en el olvido.