El difícil arte de ser madre cuestionado con arte

Maternidad es abnegación, entrega absoluta, amor sin fisuras, sacrificio autocompensado. Ser madre es la tarea que no admite titubeos, límites, horarios ni vacaciones, y en cuyo ejercicio cualquier mujer queda totalmente cumplida. Es posible que devore el tiempo para otras actividades, que altere por completo los horarios, las rutinas laborales y de ocio y en general toda posibilidad de acción; pero la capacidad de traer otro ser al mundo y de sacarlo adelante como solo una madre sabe y puede hacerlo es por sí mismo el más elevado, hermoso y gratificante de los cometidos. Y esa verdad, por formar parte esencial de la naturaleza femenina, es tal que cualquiera, hombre o mujer, en cualquier tiempo o cultura la da por sentada. Ser madre lo es todo. ¿No es así?

Pues no. No lo es, como poco, para la infinidad de madres que declaradamente o no experimentan su maternidad con lo que la poeta Adrienne Rich llamó “el sufrimiento de la ambivalencia”: la “alternancia mortal entre el resentimiento amargo y los nervios crecientes y salvajes, y la gratificación y la ternura más felices”. Aunque no siempre lo sepan, su caso no es excepcional; es el habitual en una parte de la humanidad de la que, a su vez, se sienten parte Susana Carro Fernández, Elena de la Puente, Natalia Pastor, Roxana Popelka, Blanca Prendes, Gema Ramos y Eugenia Tejón, creadoras e investigadoras asturianas de distintas disciplinas que son además madres y que han decidido convertir esa condición y todas sus contradicciones en el eje de una experiencia inédita. Bajo el nombre de guerra de Offmothers --que sugiere una posición lateral, marginal o distanciada respecto a su propia maternidad-- han formado un colectivo que empezó a fraguarse en 2014 y que esta semana, la del Día Internacional de las Mujeres que hoy se celebra, dará a conocer en la Ciudad de la Cultura el primer resultado de su labor: el proyecto y exposiciónPájaros en la cabeza, que se inaugura el viernes, día 12, en las antiguas Lavanderías de la Universidad Laboral.

'Espacio libre de hijos'

La cita de Adrienne Rich forma parte de la batería de materiales que Offmothers han ido reuniendo en un trabajo que se ha desarrollado en residencia en LABoral a lo largo de seis sesiones de cuatro horas. Una parte del Centro de Arte y Creación Industrial se ha transformado durante ese tiempo, el de un día completo, en una suerte de espacio libre de hijos, pero a la vez centrado en la maternidad. Partiendo de sí mismas y abriendo el círculo a todo tipo de referencias culturales y artísticas, han conversado, trabajado, dibujado, grabado, filmado, leído y actuado en torno a lo que perciben como una “contradicción” en el núcleo mismo de la maternidad. Esa “ambivalencia” de Rich, o lo que la matriarca feminista Simone de Beauvoir diagnosticó como “un extraño compromiso entre narcisimo, altruismo, sueños, sinceridad, mala fe, devoción y cinismo”.

Así, mientras los niños estaban muy cerca, en la misma LABoral. disfrutando de actividades junto a la especialista en educación artística Ruth González, sus madres aprendían a su vez a poner en común una experiencia que pasaba de ser personal a ser colectiva. A constituirse, en definitiva, en “un problema político”, según el planteamiento de Offmothers cuya formulación concreta han enfocado en sus propios conflictos personales y profesionales: el “problema de la incompatibilidad entre proyecto artístico y maternidad”. Casi todas ellas habían hablado ya de un modo u otro sobre ello a lo largo de colaboraciones anteriores y, sobre todo, en el curso de una residencia artística, el verano de 2014, en ParaiSurural, el centro de arte de Myrem González en Vallinaoscura.

Myrem se había puesto en contacto con Susana Carro, profesora de Filosofía, estudiosa del arte desde perspectivas de género y colaboradora habitual de ASTURIAS24, para localizar a un grupo de artistas asturianas dispuestas a participar en un encuentro y ahí se planteó frontalmente el asunto: “De acuerdo”, le respondió la invitada: “Puedes contar al menos con cinco artistas, siempre y cuando alguien cuide de nuestros hijos”. La tregua de 48 horas que Myrem garantizó para aquel encuentro tuvo prolongación unos meses después, cuando LABoral concedió un espacio en residencia en el que Offmothers pusieron en marcha una auténtica máquina de resistencia. Un dispositivo de contraproducción de símbolos para empezar a dar réplica a la aplastante producción relacionada, desde siempre, con el concepto clásico del “amor de madre”. Del taller de Offmothers empezaron a salir, además de ideas, objetos cargados de biografía, grabaciones en vídeo, audio y cinematográficas, textos poéticos y ensayísticos, documentos sonoros, acciones performativas, fotografía...

Maternidad y creación

“El tema de la maternidad no se había visibilizado lo suficiente, y menos aún la relación entre maternidad y creación. Lo que dominaba -y domina- es una representación de la maternidad que favorece única y exclusivamente la imagen de la madre abnegada y sumisa que abandona sus proyectos creativos y los ralentiza”, explica Roxana Popelka, justificando en sus palabras el punto de arranque de este proyecto.

La perspectiva no es en absoluto teórica para ninguna de las Offmothers. Gema Ramos recuerda el momento en que se dio cuenta de que todos sus “proyectos y decisiones giraban en dos direcciones opuestas: por una parte crecer como artista y ser libre; por otra parte, tener un proyecto de futuro y poder ser madre”. Y secuerda el “desbordamiento” y la “frustración” que se abatieron sobre ella al cabo de tres años de maternidad, cuando se dio cuenta de que las ideas volaban sin tiempo para coger cuerpo. Para Natalia Pastor, “la experiencia de la maternidad condiciona radicalmente nuestro proceso creativo”, por ello le parecía “imprescindible una reflexión al respecto”. De modo análogo, Eugenia Fernández Tejón explica que, una vez se es madre, “los proyectos siempre han tenido que desarrolalrse al ritmo que marcaba la crianza de nuestros hijos, lo que casi siempre significa ir más lento y asumir el agotamiento como forma de vida”.

El encuentro en Vallinaoscura en el origen remoto de Offmothers fue peculiar. “Fue una experiencia extraña, unas cuantas mujeres con sus hijos e hijas que sienten más o menos lo mismo pero que no tienen excesiva confianza entre ellas conviven durante un par de días en una aldea”, resume Blanca Prendes. Pero en ParaiSurural se pusieron cimientos sólidos que la hospitalidad de LABoral permitió aprovechar. Del “hablamos, hablamos, hablamos” que recuerda inicialmente Elena de la Puente, se pasó a la colaboración con los recursos del Centro de Arete, que “empezó a conformar un reparto de tareas que hacen que empiece a arrancar la máquina de crear”.

Fue un reparto muy abierto y a la vez muy orientado por la especialidad de cada una de las integrantes de Offmothers. No siempre fue un proceso claro y sencillo lo que Elena de la Puente describe como “poner forma plástica a todas esas ideas”, pero funcionó. “Por un lado, proceder de distintas disciplinas ns ha aportado una visión mucho más amplia tanto a nivel conceptual como estético, y facilitado el reparto de tareas y el uso de distintas herramientas y enfoques, enriqueciendo considerablemente el proyecto”, señala Natalia Pastor.

Por ejemplo, la poeta Roxana Popelka ha aportado sobre todo referencias ensayísticas y poéticas, textos de mujeres que se han transformado en piezas sonoras o poéticas. Eugenia Fernández Tejón, del grupo Mind Revolution, ha trabajado en la parte musical, “piezas sonoras a partir de poemas y testimonios en torno al tema del amor-odio y la contradicción que supone que nuestros hijos sean al mismo tiempo lo que más queremos y lo que más dificulta nuestro desarrollo como mujeres creadoras”.

24 horas de offmothering

La producción de las 24 productivas horas de offmothering en LABoral tuvieron unos destinatarios excepcionales, íntimamente relacionados con ellas aunque hubiesen permanecido muy significativamente al margen de su creación: los hijos e hijas de las integrantes del colectivo. “Me parece fundamental la parte del trabajo que ha realizado Ruth González con nuestros hijos, la idea de que ella mostrara nuestras obras a los niños, el hecho de dárselas a conocer y de que trabajaran sobre ellas”, dice Gema Ramos, para quien ha sido una experiencia “muy especial y enriquecedora” porque, asegura, “en muchos casos, los niños no sabían que sus madres éramos artistas y que esos trabajos eran nuestros”.

Al margen de eso, el adjetivo “enriquecedor” ese repite en la valoración de las Offmothers sobre lo que han desarrollado en LABoral. El trabajo en grupo ha aportado, según todas ellas, perspectivas que no tenían individualmente y ha abierto vías nuevas en su obra. Pero, antes que nada, ha tenido un efecto estrictamente personal, clarificador, casi terapeútico. Porque la impronta de la culpa y el mito de la madre desnaturalizada muerde hondo.

“Offmothers me ha dado la oportunidad de saber que hay más mujeres que piensan que la maternidad no es tan idílica como la pintan y poder hablar abiertamente sobre ello sin miedo y sin remordimientos”, explica Eugenia. A Blanca Prendes este tiempo la “ha cambiado”: “He encontrado respuesta a muchas dudas, a conflictos. Me ha llevado a asimilar que quiero tiempo para mí sin sentirme culpable por ello”. Para Gema Ramos ha sido “un revulsivo”, una ocasión para formarse en cuestiones de género y “para sentirme orgullosa de lo que soy”.

Pájaros en la cabeza es, con todo, una primera entrega pública de la producción de Offmothers. El colectivo se concibe como un proyecto de largo recorrido, un proceso en el horizonte que dibuja, por ejemplo, otra de las citas recuperadas para la exposición, esta de la filósofa Julia Kristeva: “Mientras cierto tipo de feminismo identifica el aislamiento y las rabietas con la protesta e incluso con la disidencia, la innovación femenina genuina (...) no será posible hasta que hayamos esclarecido el tema de la maternidad, la creación femenina y la relación entre una y otra”.

Más información: http://www.asturias24.es/secciones/cultura/noticias/el-dificil-arte-de-ser-madre-y-cuestionarselo-desde-el-arte/1457379501