Los desprendimientos del terreno, un ejemplo de las secuelas de los fuegos en verano

Corte carretera Valseco y Salientes

Incendios más tormentas: una fórmula que muy probablemente puede desembocar en el derrumbamiento de un terreno o ladera. Las fuertes tormentas de lluvia y granizo caídas en las últimas semanas, en especial sobre la comarca del Bierzo, han provocado una multitud de desprendimientos en las carreteras que unen municipios principales con otras localidades más pequeñas. Esto mismo es lo que ha ocurrido hace escasos días en el núcleo del municipio de Palacios del Sil con las localidades de Valseco y Salientes, que debido a una avalancha de tierra y piedras de las laderas que bordean la carretera, provocó que ambas poblaciones quedasen aisladas durante horas, obligando a operarios municipales y técnicos de la Diputación de León a trabajar hasta la madrugada para habilitar un desvío provisional por el monte, sólo transitable para vehículos todoterreno.

Gracias a ese vial de emergencia, los vecinos que lo solicitaron pudieron ser evacuados en vehículos municipales o en los coches de sus propios familiares hasta el núcleo del municipio. La fuerte tormenta, “se llevó por delante la carretera hasta el embalse de Matalavilla”, explicó el alcalde, Roberto Fernández en declaraciones a ileon.com, que aseguró que el tramo afectado tenía una longitud cercana a los dos kilómetros.

En este vídeo se puede visionar el estado de la carretera tras el accidente natural, en el que las raíces de grandes árboles aparecen arrancadas a los lados de la carretera, cubierta en la mayor parte de su superficie por rocas y piedras de gran tamaño:

Derrumbamientos del terreno, secuelas indirectas de los campos que han sufrido incendios

Además de las hectáreas calcinadas, los graves daños en el patrimonio natural y la biodiversidad, y las consecuencias negativas que generan en el impacto económico de la zona, las consecuencias indirectas de los incendios forestales van mucho más allá. Y es que, los terrenos calcinados, al perder la vegetación, la flora autóctona que suponen los árboles y arbustos que crecen y expanden sus raíces en el subsuelo, pierden a la vez la consistencia de su masa. Un sistema que se va tejiendo bajo la tierra, y que es el encargado de dar firmeza a la superficie.

Los últimos derrumbamientos ocurridos en Vega de Espinareda, Peñalba, Valseco y Salientes son algunos ejemplos de terrenos que han perdido el 'agarre' que supone la espesura calcinada meses atrás. Por este motivo, además de ocasionar problemas para la reproducción de especies y para los ecosistemas, son un grave peligro cuando se producen en zonas montañosas, laderas o pendientes próximas a carreteras.

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