El cura exorcista defiende los 13 rituales con la menor burgalesa porque “estaba poseída por el diablo”

Ical

El presbítero exorcista de las diócesis de Castilla y León, Jesús Hernández, defiende los 13 rituales ejercidos con la menor burgalesa que había intentado suicidarse y asegura que “estaba poseída por el diablo”. El sacerdote vallisoletano no entiende el “revuelo” levantado con este caso por considerar que los “exorcismos son el pan nuestro de cada día” y lo justifica con los 200 rituales realizados en los últimos cuatro años y medio. “Era un caso de posesión y mi trabajo ya acabó, más no puedo comentar sin quebrar el secreto de mi ministerio”, asegura en una conversación mantenida con El Mundo-El Diario de Valladolid.

Hernández explica que “ante la angustia de unos padres que ven cómo su hija padece anorexia o intenta suicidarse, sin que ningún tratamiento parezca hacerle efecto no es extraño ni anómalo que acudan a la Iglesia”. Además, considera que tras recopilar los antecedentes del caso de la joven burgalesa, con testimonios de los padres y de la propia menor, encontró pertinente llevar a cabo los exorcismos. “Hay muchos otros casos en los que, con claridad, se ve que la intervención corresponde a los psicólogos”, manifiesta.

El exorcista defiende sus prácticas al apuntar que “esto no es brujería, ni superchería, sino algo muy sagrado” al ser una oración liberadora que debe repetirse cuando es necesario porque “el diablo tiene fuerza y persiste”. Además, se siente autorizado y respaldado por la Iglesia y por el nuevo Papa.

Investigación judicial

El Juzgado de Instrucción 2 de Burgos investiga desde el pasado 26 de agosto el intento de suicidio de una joven burgalesa, menor de edad cuando sucedieron los hechos y que acaba de alcanzar la mayoría de edad, que fue sometida a trece exorcismos. Los progenitores de la víctima se encuentran imputados, después de que la joven declarase que su madre y el grupo religioso de la 'Milicia de Santa María' la animaran a realizarse actos de flagelación como cortes en las muñecas.

Parte de la familia de la víctima denunció el 13 de agosto ante el Servicio de Atención a la Familia (SAF) de la Comisaría estos hechos, que podrían ser presuntamente constitutivos de delitos de lesiones graves, trato degradante, coacciones, inducción al suicidio y violencia física y psíquica habitual.

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