“La Constitución es como un río que nos permite fluir serenos”
La Diputación de León se ha vestido este 6 de diciembre de fiesta un año más para celebrar el XXXIII aniversario de la Constitución Española, un acto que ha contado con el poeta bañezano Antonio Colinas como invitado de honor.
El escenario era además simbólico para el escritor leonés, pues en el mismo edificio cuando solo tenía 22 años fue premiado con un galardón de poesía. Eran los primeros pasos del joven poeta que luego se convertiría en gran literato. “Esta fue para mí la casa de la poesía, el lugar donde comenzó mi vocación”.
A partir de ahí su trayectoria la han construido las palabras y a ellas ha querido rendir homenaje, en especial a las palabras concordes que permitieron el nacimiento de la Carta Magna. “Nada sería la Constitución sin el poder vivificador, coherente y fiel de las palabras”, ha asegurado Colinas. Unas palabras que remiten a valores: justicia, convivencia, seguridad, cultura, libertad, calidad de vida, relaciones pacíficas, cooperación... “Son valores que, en el caso concreto de aquella etapa clave de la Transición implicaban armonía social, concordia, respeto profundo hacia las ideas y las creencias de los demás, superación de las divisiones”.
El leonés ha señalado la importancia que tuvo el consenso de este texto, que se convirtió en “ejemplar” y que supuso la reconciliación de un pueblo “que daba un paso adelante” y tras la que no “debían tener cabida viejos demonios seculares” y tampoco “las tres erres, es decir: rencor, revancha, resentimiento”.
Sin abandonar las palabras, Colinas ha destacado también la importancia “en este tiempo nuestro” de los silencios, de la mirada interior “para comprender las situaciones y los problemas sociales, las tensiones diarias que impilca el convivir” porque ha asegurado que en ocasiones hacemos un “uso abrumador” de las palabras, que “a veces no se cumplen o no se respetan, de palabras en ocasiones viscerales que en ocasiones han taído consigo totalitarismos y terror”.
El artículo de León
Durante su discurso, el poeta ha rescatado un artículo, el 130, porque considera que es muy imporatnte para León: “Los sectores públicos atenderán a la modernización y desarrollo de todos los sectores económicos y, en particular, de la agricultura, de la ganadería de la pesca y de la artesanía, a fin de equiparar el nivel de vida de todos los españoles. Con este punto ha querido recordar las ”riquísimas raíces etnográficas de nuestra cultura y los tres tesoros de nuestra tierra: la lengua española, el patrimonio histórico-artístico y los espacios naturales“. Colinas ha advertido: ”El medio rural de León: nuestras mejores y más profundas raíces, siempre esprando nuestra miradas de atención“.
No ha querido finalizar su intervención sin un recuerdo para un hecho histórico, que en León se constituyeron las primeras Cortes europeas en 1188, así como para la Carta Magna Leoensa, en la que se recogía una expresión que ha asegurado que siempre le conmovió, la de los hombres buenos. “Esta figura de los hombres buenos debiera actuar en el día a día de todos, en el entendimiento y en la convivencia pacíficos que miran al futuro”.
Por eso, Colinas ha esgrimido la necesidad de abandonar las palabras “que enferman y nos pierden” y decantarnos por las que “sanan y nos salvan”. “Estas últimas son las que brillan y deben seguir brillando en los artículos de nuestra Constitución, pero sobre todo en el espíritu del texto”.
Para finalizar, ha vuelto a sus años de joven poeta, el que se paseaba a la ribera de los ríos de León que nunca olvida y que fueron marcando su personalidad. “El río nunca vuelve atrás en su curso, avanza siempre fencundando. La Constitución es, pues, como ese río que fluye y que nos permite fluir serenos a nosotros, que nos obliga a seguir su curso en respeto y en transparencia”.