El conseguidor de 'Púnica' defiende que la Diputación de León acudió a “la mejor compañía de España” pero que él era “un correveidile”

Alejandro de Pedro, delante, y Marcos Martínez Barazón, detrás, emocionados entre lágrimas en la Audiencia Nacional.

Carlos J. Domínguez

“Éramos la mejor compañía que había en España”. “Trabajábamos con prácticamente todas las empresas del Ibex, incluso para el Centro Nacional de Inteligencia”. “Llegábamos (con los diarios digitales) a prácticamente todos los ciudadanos de España”, con un “impacto de más de 100 millones de personas”. Incluso mediaron para “limpiar” en internet la crisis generada con las fotografías de las hijas 'góticas' del presidente del Gobierno Rodríguez Zapatero en una visita a Barak Obama en estados Unidos.

Estas frases son un resumen muy gráfico del valor empresarial, reputacional y personal que ha defendido tener el conseguidor de la trama Púnica con sus empresas Eico y Madiva en el tramo final del juicio que se sigue por varios delitos de presunta corrupción en la Audiencia Nacional, al ser hoy interrogado sólo por su abogado defensor y negándose a someterse a las de la Fiscalía y la acusación del caso.

Y sin embargo, pese a sus muchos datos y valoraciones de alto valor empresarial, De Pedro se presentó a sí mismo en relación con la Diputación de León, con sus presidentes Isabel Carrasco y Marcos Martínez Barazón y con la estación de esquí de San Isidro como un mero “aglutinador”, un “intermediario”, un “correveidile”, llegó a expresarse literalmente.

Lágrimas e indisposición en la sala

Visiblemente muy afectado, el empresario imputado al que la acusación pública pide 8 años de prisión, llegó incluso a tener que abandonar la sala por sentirse muy indispuesto, como lo estuviera en la víspera. Y antes de eso, a irrumpir en lágrimas varias veces, incluso al unísono en una ocasión con el propio Martínez Barazón cuando le mencionó para exculparle de todo y admitir que “me sabe muy mal lo que le habrá pasado a él”.

En su declaración, admitida por el Tribunal de manera excepcional ya al final del proceso, el guión de presuntas y respuestas se encaminó a rechazar la totalidad de los detalles inculpadores en su contra en esta pieza separada referida exclusivamente a la Diputación de León y sus servicios prestados para Carrasco y Martínez. Por ejemplo, para aseverar que “no hacíamos” lo que denominó “limpieza de su imagen” en internet, preguntándose si lo necesitaría alguien como la presidenta, que “tenía 13 cargos y 8 gabinetes de comunicación” a su servicio. También negó haber sido “asesor político” de su sucesor, ni haber cobrado por ello, tan sólo facturando por inserción de banners publicitarios cuya veracidad quiso asegurar.

Se limitó a certificar que igualmente sus empresas facturaron a la Diputación desde 2012 al estallido del caso Púnica en noviembre de 2014, por publicación de noticias en su red de medios digitales, que ensalzó en todo momento con cifras estratosféricas y “seguidores reales”, y su dinamización, pero negando que fuera para beneficiar personalmente a los presidentes, cargos que “no se podían disociar” de sus propios nombre a efectos de búsquedas en internet.

Y en cuanto a los pliegos 'retocados' fuera de la Diputación para las cafeterías de la estación de esquí de San Isidro, Alejandro de Pedro sólo admitió su intermediación, sin cobro alguno, y sin participar en ese retoque en rojo que Anticorrupción consideró ayer ilegal, aunque sí transmitiéndolo a través de su correo electrónico.

Conesa, exculpación masiva... pero señalando a las empresas de esquí

Tan sólo dio tiempo a que compareciera otro imputado más hoy, el exalcalde de Cartajena y vinculado con De Pedro y sus empresas, José Antonio Alonso Conesa, quien igualmente respondió sólo y en exclusiva a su abogado y que también dirigió palabras para exculpar a Martínez Barazón, asegurando que cuando hablaba en los pinchazos telefónicos de “chanchullo” se refería a los precedentes de “gestión deficiente e irregular” de San Isidro o que al manifestar frases como “tenemos que meter a Marcos” no hablaba de incluirlo en empresas que licitaran en la estación de esquí, como sostienen las acusaciones, sino en futuras gestiones “público-privadas”.

Aunque consten grabaciones telefónicas cruzadas para intentar consolidar a Marcos Martínez en la Presidencia de la institución o auparle para 'heredar' de Carrasco también la Presidencia del PP leonés, en el sentido de intermediar con altos políticos de la formación como De Cospedal, Conesa negó ese tipo de amistades para influencias políticas ni hacer labores de “estrategia política”, justificando la falta de cobros.

Sin embargo, al final sí disparo contra las compañías y empresarios del sector de la nieve que se presentaron a las licitaciones fallidas de la estación invernal, animadas por De Pedro pero al margen de él, insistieron ambos, para censurar por ejemplo que Manuel Sallés “presentara una propuesta de cobrar 40.000 euros al mes en once meses” por asesoramiento para dinamizar San Isidro. “Sin embargo, ellos no están imputados, aún habiéndose presentado a la licitación, y nosotros sí”, se lamentó.

¿Visto para sentencia el 9 de febrero?

Se acabó por hoy el tiempo y se ha citado a los últimos cuatro imputados, entre ellos los tres leoneses, para el 9 de febrero, en la esperanza de que si también responden sólo a sus letrados pueda darse por concluida la vista casi tres meses después de arrancar y quedar visto para sentencia el Caso Púnica en el que a Marcos Martínez le piden 10 años y 6 meses de cárcel e inhabilitación para cargos públicos durante 23 años; al exdiputado y alcalde de Lillo Pedro Vicente Sánchez le reclama la acusación 9 años y 6 meses de prisión; al entonces interventor de la Diputación, Jesús 'Suso' López 7 años de cárcel en inhabilitación máxima de 18 años.

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