Cómo cortar con un amigo

Amistad detalle

Marta Cuervo

Para bien o para mal, nada es para siempre. Durante nuestro camino a la madurez vamos rodeándonos de diferentes personas que, por diversos motivos, aparecen o elegimos. Por supuesto también existen diferentes tipos de amistad: desde los amigos del alma, de la infancia, quienes han compartido nuestro crecimiento hacia la edad adulta, hasta algunos que han aparecido en los últimos años pero con quienes nos sentimos íntimamente unidos, y sin olvidar otros interesados, egoístas que, independientemente de la antigüedad y grado de amistad a nuestros ojos, roban nuestra energía y terminan por cansarnos.

La primera cuestión que explica el psicólogo Julio César Alvárez, parte del equipo de profesionales de Valenda Psicólogos, es que las relaciones humanas fluctúan. “Hay ocasiones en las que las personas 'se cansan' de determinados amigos. Esto ocurre porque nos cuesta mucho asumir la idea de que las amistades, igual que ocurre con el amor, no son eternas. Por ello, quizás el que era un excelente amigo con 15 años ya no lo es con 30, porque tus aficiones, tu forma de ver la vida, el mundo, tu forma de entender simplemente la amistad han cambiado, y eso no debe de suponer una frustración, es algo natural”, apunta elocuente el experto.

¿Existe una ley social que diga que una relación de amistad tiene que ser de determinada manera? No, no estás obligado a hacer lo que no quieres hacer

Pero, a veces, la situación se complica porque la decisión de romper esa amistad no es compartida, puede que incluso una de las dos partes no perciba la necesidad de distanciarse de su amigo. ¿Cómo afrontar esa ruptura sin hacer daño a la otra persona? “En general mi experiencia me dice que ésto, principalmente, sucede por la dificultad de decir no. Al contrario de lo que puede parecer, nos han educado tanto en 'el decir sí a todo', a una cierta sumisión permanente, que cuando nos toca decir que no, simplemente no nos sale. También hay que tener en cuenta que hay personas a las que les cuesta asumir el no, lo que hace una combinación terrible”, argumenta Julio César Álvarez.

Según el experto, Máster en Psicología Clínica y Psicopatología hay gente que vive 'el no' como una negativa a la persona que es, como una negativa a su identidad, y la idea de superar esta frustración sería tan sencilla como aprender a decir y a tolerar 'el no', de forma tan fundamental, incluso más, que 'el sí'. “Lo más relacionado con la frustración son las expectativas; si tú tienes la expectativa de que vuestra amistad es eterna y de que todo funcionará eternamente de manera perfecta, te frustrarás cuando no sea así. Hay que aceptar que una amistad, como cualquier otro tipo de relación puede fluctuar, puede cambiar”, añade.

Además, los amigos con los que crecemos, suelen ser el tipo de amistades más vulnerables a una separación, aunque sea temporal. “Es con la clase de persona con la que cuesta distanciarse. Pero, ¿por qué si no te sientes cómodo tienes que seguir con esa relación? ¿Existe una ley social que diga que una relación de amistad tiene que ser de determinada manera? No, no estás obligado a hacer lo que no quieres hacer”.

Pautas a seguir para no provocar una ruptura traumática

Julio César Álvarez asegura que si ha habido una amistad real, también ha habido cierta comunicación, y se podrá llegar a acuerdos básicos de no agredir al otro, de intentar respetar y entender cómo se puede sentir, pero aceptando también que alguien pueda tomar un camino diferente al tuyo, o no incluirte en su camino.

Es posible recuperar una amistad entre dos personas que se han distanciado. Las relaciones humanas fluctúan, y lo que igual en un momento está mal, puede volver a estar bien

Por lo tanto, lo ideal sería que las dos partes pudieran llevar de manera natural este cambio en su relación, pero no siempre es así, y a veces hay que ser más directos con una persona que no quiere ver la realidad. Entonces, ¿es mejor ser claro, o más sutil y dejar que el tiempo haga su trabajo? “Depende de la persona, y nadie como un amigo conoce cómo es el otro. Pero, en general, la comunicación siempre ayuda. Puede resultar duro pero es mas honesto”.

Nada es para siempre, y las amistades también se recuperan

“Sí es posible recuperar una amistad entre dos personas que se han distanciado. Las relaciones humanas, por definición, fluctúan, y lo que igual en un momento está mal, puede volver a estar bien, o lo que estuvo perfecto puede volver a estar mal”, comenta el experto.

Según Julio César Álvarez, la clave en el asunto es entender que las relaciones humanas cambian, evolucionan: “Tendemos a entenderlas como algo lineal o plano. No son todo o nada. La idea de exclusividad es peligrosa”.

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