Cinco “mineros experimentados” muertos y cinco familias rotas por el último accidente grave de la minería

La mina se ha cobrado este lunes sus últimas cinco víctimas mortales en España. El grave accidente minero de Cerredo, en Degaña, Asturias, deja cinco mineros fallecidos, todos ellos leoneses, cuatro de la comarca de Laciana y uno de El Bierzo. Jorge Carro, David Álvarez, Amadeo Bernabé, Rubén Souto e Ibán Radio, tenían entre 32 y 54 años. Su trágica muerte en el tajo deja cinco familias rotas, padres, abuelos, parejas, hijos e incluso nietos. Todos ellos eran “mineros experimentados” de las cuencas leonesas, mal llamados 'excedentes de la minería' tras el cierre del sector.
David Álvarez era natural de Torre del Bierzo, el único berciano de los fallecidos. Minero como su padre, de 33 años. Había trabajado en el berciano Pozo Salgueiro hasta que cerró en 2018 y había vuelto al tajo, en Cerredo, en enero. Sus padres, su hermano y su pareja se despiden de él en un funeral que tendrá lugar este martes en la iglesia parroquial de su pueblo.
Las otras cuatro víctimas eran de Laciana, por ello comparten velatorio improvisado en el polideportivo de Villablino este martes, antes de la misa funeral también conjunta prevista para el miércoles.
Jorge Carro, de 32 años, vivía en Sosas. Era el más joven de los fallecidos. Actualmente dedicado a la ganadería, volvió a la mina cuando se restablecieron los trabajos en Cerredo. Junto a su pareja, tenía un bebé de dos años. Se despiden de él sus padres, hermano, una abuela y demás familiares y seres queridos.
Amadeo Bernabé, de 48 años y natural de Villaseca de Laciana, trabajó en el cielo abierto de Cerredo y también en Tormaleo. Lloran su pérdida su esposa, sus padres y su hermano.
Rubén Souto, de 49 años, vivía en Caboalles de Abajo. Deja a su esposa, un hijo, un nieto y otro en camino. Trabajó en la mina de Tormaleo (Ibias) y también en La Escondida, antes de llegar a Cerredo.
Ibán Radio, de Orallo, 54 años, era el mayor de los fallecidos. Minero de toda la vida, lo despiden su esposa y sus dos hijas.
Familiares, conocidos y compañeros no entienden cómo ha podido suceder el trágico suceso del que, denuncian, se enteraron por la prensa, ante el silencio de la empresa.