Científicos de la Universidad de Salamanca descubren como evitar transaminasas altas en el hígado

El grupo de investigación Hepatología Experimental y Vectorización de Fármacos de la Usal.

Agencia ICAL

El grupo de investigación Hepatología Experimental y Vectorización de Fármacos de la Universidad de Salamanca (Usal), liderado por el catedrático José Juan García Marín y adscrito al Ciberehd y al Ibsal, identificó nuevas causas congénitas de daño hepático vinculadas a la deficiencia funcional de una enzima.

En concreto la enzima es la 'acil-CoA oxidasa 2' debido a mutaciones del gen 'ACOX2'. El estudio, publicado por la revista especializada Hepatology, fue desarrollado en colaboración con nueve hospitales españoles, de Barcelona, Madrid, Málaga, Pamplona, Salamanca, San Sebastián, Santander, Segovia y Valencia y el de Homburg (Alemania).

Según informó la Usal, las consultas médicas por elevación de transaminasas debido a un daño celular hepático son “muy frecuentes”. Las causas “más habituales” son infecciones víricas, la acumulación de grasa en el hígado, la toma de fármacos o la ingestión de tóxicos como el alcohol.

Otras causas, mucho menos usuales, pueden estar relacionadas con la enfermedad hepática autoinmune, la enfermedad celíaca, la sobrecarga de hierro y la enfermedad de Wilson, ha apuntado con motivo del nuevo estudio.

Sin embargo, según los científicos hasta en un 15% de los pacientes en los que se detecta daño hepático “se desconoce el origen”. En algunos casos, pero “no en todos”, una biopsia del hígado permite realizar el diagnóstico. En niños o adolescentes muchos de estos casos pasan desapercibidos “por falta de clínica acompañante o por presentar síntomas muy inespecíficos como cansancio, falta de apetito o febrícula”. Así, hasta en un 13% de los casos de daño hepático detectado en niños, las causas son desconocidas, según la Usal.

Elevación anormal de transaminasas

En este contexto, el grupo de investigación de García Marín identificó esas nuevas causas congénitas de daño hepático vinculadas a la deficiencia funcional de la enzima 'acil-CoA oxidasa 2' que “pueden pasar desapercibidas” y que son fruto de mutaciones en el gen ACOX2, según explicó el doctor. Así, el trabajo investigó 33 pacientes con elevación “anormal” de los niveles plasmáticos de transaminasas “sin origen conocido”, a pesar de haber sido sometidos a un estudio “exhaustivo” de las posibles causas del daño hepático.

En concreto, el estudio identificó entre estos pacientes y 13 de sus parientes analizados un grupo de siete individuos portadores de mutaciones inactivantes en el gen 'ACOX2' que codifica para la enzima 'acil-CoA oxidasa 2'. “Esta enzima peroxisomal está implicada en el acortamiento de la cadena lateral del colesterol durante la biosíntesis de los ácidos biliares, por lo que su déficit funcional causa una disminución de las concentraciones plasmáticas de ácidos biliares normales con cadena lateral corta y un aumento de ácidos biliares inmaduros con cadena lateral no acortada. La acumulación de estos metabolitos intermediarios causa estrés oxidativo y estrés de retículo endoplásmico”, según manifestó García Marín.

Vulnerabilidad hepática

Esta situación, mantenida en el tiempo, aumenta la “vulnerabilidad hepática” frente a otros agentes “potencialmente agresivos”, lo que favorece el daño hepático y lo que puede acarrear “graves consecuencias a medio y largo plazo”, explicó. De hecho, “algunos de los pacientes identificados ahora, la mayoría menores de 18 años, presentaban ya afectación hepática grave”. De este modo, los resultados de este estudio retrospectivo sugirieron que “el número de casos de hipertransaminasemia asociada a deficiencia de 'ACOX2' que pueden pasar desapercibidos puede ser significativo”.

Por otra parte, un hallazgo “clínicamente muy relevante” del estudio liderado por el Hevepharm es que estos pacientes “mejoran hasta normalizar los niveles de transaminasas tras la administración de ácido ursodesoxicólico”. Este compuesto es un ácido biliar natural que se encuentra en pequeñas cantidades en bilis humana, aunque es “muy abundante” en la bilis de otras especies, como en osos, y que, por su “efecto colerético y hepatoprotector”, se utiliza habitualmente en el tratamiento de ciertas enfermedades hepáticas.

Etiquetas
stats