Aislados y hastiados por la nieve: “aquí no viene ni Cristo”

Nieve en Poladura de la Tercia. La nieve llega al tejado de la casa. Foto: Fernando Ruiz

Antonio Vega

Aunque acostumbrados a la presencia de la nieve todos los inviernos, la 'nevadona' caída esta semana pasada y que hasta este mismo sábado ha dejado caer copos, numerosas localidades de la provincia comienzan a manifestar su hartazgo tras cinco días completamente aislados. La virulencia de la nevada ha hecho que una decena de localidades del municipio de Villamanín hayan estado incomunicadas y se sigue luchando para despejar la nieve de las carreteras y que la normalidad vuelva en la medida de lo posible a los pueblos.

Un ejemplo es Poladura de la Tercia, sepultada bajo toneladas de nieve que alcanzan los dos metros en varias zonas del pueblo y que en la carretera general superan con bastante el metro de nieve. El pasado martes se pudo abrir la carretera temporalmente pero la virulencia de la nevada la volvió a dejar bloqueada. Y así siguen cinco días después, completamente aislados. Y no es falta de costumbre el estar alguna jornada bloquedados por la nieve pero tras casi una semana las quejas empiezan a aflorar por la falta de respuesta de las administraciones. La cuña municipal no es suficiente para desbloquear la nieve y se hace necesaria una fresa (quitanieves dinámica que expulsa la nieve en vez de apartarla). De éstas hay apenas 3 para toda la red de carreteras provincial y no han llegado a numerosas localidades que las necesitan para salir del aislamiento.

Calle principal de Poladura de la Tercia. Foto: Fernando Ruiz

En Poladura la 'nevadona' ha 'pillado' a 35 vecinos, 9 de ellos niños. Y las quejas sobre el bloqueo comienzan a hacerse notar por los problemas que se empiezan a acumular. “Aquí no viene ni Cristo” se queja Fernando, que explica que varios vecinos de la localidad necesitan desplazarse a León este domingo por cuestiones médicas, uno incluso con cita para una operación, y no saben si podrá hacerlo. Lo malo es que si no se presenta tendrá que esperar meses para ser operado. Los escolares de la localidad llevan ocho días sin poder acudir a clase y se pide que las administraciones sean más ágiles para gestionar estas situaciones. En el pueblo ya se han registrado, además, caídas de tejados debido a la acumulación excesiva de nieve, lo nunca visto en años.

Cubillas de Arbas

Un poco más arriba, en Cubillas de Arbas, hay 22 vecinos (3 niños) aislados. Más acostumbrados a la nevada, Ana Cañón -propietaria del Hotel Rural Río Viejo- explica que la situación desde el mediodía de este sábado se lleva mejor al salir el sol. Todo lo bien que se puede llevar estar sepultados con hasta 3 metros de nieve, y una media de 2. Ella, nos cuenta como anécdota, ha tenido que salir de su vivienda desde la primera planta por una ventana, y es imposible andar sin unas raquetas. La localidad también lleva aislada desde el martes.

Pero la intensa nevada y aislamiento deja problemas de carácter económico, por ejemplo que Ana no puede abrir su hotel y restaurante para ofrecer comidas aunque reconoce que sabe que es un problema que viviendo en Cubillas de Arbas se sufre. Pero sí explica que no recuerda un temporal de nieve tan fuerte y, sobre todo, tantos días seguidos. Ni ella ni su madre de 80 años a la que tuvieron que abrir hueco entre la nieve para que pudiera tener claridad en su vivienda.

Comenta Ana que para llevar bien una situación como está es imprescindible varios factores, “que no se vaya la luz, ni el teléfono, ni la televisión, ni que nadie se ponga enfermo”. Vivir en la Montaña ya hace que las despensas estén llenas en previsión de nevadas pero lo esencial es que aunque aislados no se esté incomunicados, teniendo al menos el teléfono para dar avisos y coordinarse por lo que pudiera suceder.

El que se ha encontrado con otro grave problema es un ganadero de la localidad. Las vacas más bravas de su cabaña, alrededor de 40, se encuentran al aire libre y para poder darlas de comer ha necesitado de la ayuda de sus vecinos, que le han echado una mano para que sus animales no se pierdan. De hecho siete vecinos, este mismo sábado, han espalado un camino para poder estabular una vaca que está a punto de parir, en todo un ejemplo de solidaridad. La situación de este ganadero ha venido agravada porque no ha podido realizar este año la trashumancia, ya que al tener un positivo en una sola vaca de su cabaña por tuberculosis la Junta le negó la autorización para bajar hasta Extremadura en invierno, tal y como suele hacer. Pese a su petición de que las nevadas en la zona ponían en peligro al ganado fue denegada al estar en cuarentena la cabaña y ha tenido que realizar toda una odisea para no tener pérdida de animales y económicas por la 'nevadona'.

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