Los institutos Padre Isla y Claudio Sánchez Albornoz, declarados Centros de Enseñanza Históricos
El título de centro de enseñanza histórico se le da a aquellos institutos, creados en el siglo XIX o la primera mitad del XX, que por su valor histórico merecen ser destacados. Este valor se refiere tanto a la localización el la que se sitúan estos centros, algunos de ellos en edificios de gran interés, como al patrimonio educativo y cultural que atesoran entre sus paredes.
El Padre Isla se fundó el 26 de agosto de 1846 con el nombre de Instituto Provincial de León. Se convertía así en el primer centro público de enseñanza de la Provincia. Inicialmente se situó en el edificio del Seminario Conciliar de San Froilán, dos años más tarde pasó a situarse en el convento de San Marcos, cambió de nuevo al Colegio de Padres Escolapios en el año 1858 y al Instituto General y Técnico en 1917.
Finalmente, en el año 1966, se terminó de construir el edificio que lo alberga actualmente en la Avenida Facultad de Veterinaria. Desde entonces es uno de los centros de referencia de la ciudad, con una biblioteca de más de 20.000 volúmenes y aulas de laboratorio especializadas.
Por su parte el Claudio Sánchez Albornoz no se queda atrás en cuanto a lo agitado de su historia. En 1928 comienza el proyecto para la construcción de un edificio para la Escuela Normal de León, en 1931 comienza el proyecto y en el 34 termina. Con la llegada de la guerra el edificio lo ocupa el Grupo de Cazas de la Legión Cóndor y cuando esta se retira se convierte en hospital de guerra.
Entre los años 1940 y 1942 la Escuela Normal recupera dos pisos para la enseñanza, llegando a convivir en el mismo edificio estudiantes de magisterio, minas, el hospital y el Frente de Juventudes. En 1954 el edificio se dedica totalmente a educación. En 1989 la Escuela Normal se traslada al campus universitario y el edificio se dedica a enseñanza secundaria de forma exclusiva.
La concesión de este título implica que los centros deberán asegurar la conservación y difusión de estos bienes mediante el inventario y la creación de actividades culturales. Para lograr que esto se cumpla, los centros contarán con más recursos tanto económicos como humanos, si se precisase, para garantizar que esta riqueza se mantiene y crece.
