Isabel Carrasco, un asesinato entre el odio y la alegría

Foto: Miriam Chacón/Ical. Isabel Carrasco (c), junto a Mariano Rajoy (i) y María Dolores de Cospedal (d) en una convención del PP en Valladolid en febrero de 2014

Antonio Vega García

¿Cuál es el/la protagonista leonés del año? Esa pregunta realizada en la redacción deja una respuesta sin lugar a dudas: Isabel Carrasco. La fallecida presidenta de la Diputación y del PP leonés ha generado miles de noticias con su asesinato, con la investigación policial y judicial del mismo y de todo tipo porque su figura pública, aunque baja en estatura, ha dejado un hueco tan grande que todavía no sido cubierto del todo. Aunque también es cierto que sólo es cuestión de tiempo que se haga y ella pase a ser una destacada nota en la historia política y, sobre todo, negra de la provincia de León.

La fecha clave es el pasado 12 de mayo. Isabel Carrasco moría de tres disparos en una pasarela sobre el río Bernesga. La presunta autora de los disparos es Montserrat González, madre de una excolaboradora de Carrasco, Triana Martínez. Ambas militantes del Partido Popular y esposa e hija del comisario de la Policía Nacional de Astorga. Detenidas muy poco después del asesinato, comenzó entonces una espiral informativa que no ha dejado de sorprender incluso siete meses después del crimen. Y lo habrían realizado, según la jueza, con la ayuda de una policía local de León, Raquel Gago. Y ahora, con un supuesto acoso sexual como móvil indirecto de su fallecimiento. De trasfondo, el despido de la Diputación de Triana Martínez y una vengaza personal de Carrasco contra ella para impedirla salir a flote. Eso generó un odio que acabó con el asesinato de la mujer más poderosa de León (quizás de toda su historia). Material de sobra para un libro, o dos. Y lo que queda.

Newcastle (Reino Unido). 20:00 horas inglesa (una menos que en León). Un expatriado leonés mira el informativo de la BBC que acaba de comenzar y atónito observa cómo el serio telediario de la cadena pública inglesa abre con un suceso de su provincia natal, con la historia de la política tiroteada cruzando el río Bernesga. Si hubiera tenido batería y wifi para su móvil español se hubiera enterado en el mismo momento del asesinato de lo sucedido, con un whatsapp saturado de cientos de mensajes, como le pasó prácticamente a todos los leoneses. La noticia del asesinato de Carrasco provocó un tsunami informativo que logró tirar webs y un subidón de las audiencias sociales y mediáticas. La presidenta de la Diputación se convirtió en un rentable suceso que se prolongará a buen seguro en 2015. Porque su juicio promete audiencias millonarias.

Foto: Miriam Chacón/Ical. Carrasco dando vueltas a un tambor de castañas en Intur 2013 (Valladolid, noviembre). Los que observan, todos cargos públicos del PP.

Carrasco comenzó el 2014 con mal pie. La publicación a finales del 2013 de su imputación el llamado 'caso de los kilometrajes' generó una importante tensión, que ella intentó dar la vuelta con inauditas acciones judiciales. Este caso investigaba el presunto cobro por parte de Isabel Carrasco de dietas de Caja España y de la empresa Tinsa por acudir a las reuniones de sus consejos de administración usando a la vez el coche oficial de la Diputación a su disposición. Para intentar, por enésima vez, retrasar su comparecencia en los juzgados como imputada denunció a sus denunciantes por una presunta revelación de secretos. Ellos sí tuvieron que declarar en unos días mientra ella llevaba 2 años retrasandolo gracias a una cuestionable instrucción judicial de Blanca Esther Díez, que incluso recibió el reproche de la Audiencia Provincial y de uno de sus propios compañeros en un durísimo auto descartando la denuncia de Carrasco. ¿Influyó en el asesinato que a Carrasco se la investigara y nunca le pasara nada? Una opción que varios psicólogos no descartan pesara en cierta medida sobre el estado anímico de sus presuntas asesinas.

En una de las últimas rueda de prensa públicas de Carrasco, acompañada del subdelegado del Gobierno Juan Carlos Suárez Quiñones, ileon.com le preguntó por estas denuncias. Ella, en esta ocasión de una forma amable no demasiado habitual en ella, declinó responder a las dos cuestiones planteadas alegando que era un asunto judicial. Era su estrategia habitual, de los temas de corrupción que la podían afectar evitaba responder y si eso, los manejaba por la puerta de atrás.

Días después Carrasco moría en el 'puente de Triana', la malévola fórmula con que los leoneses han rebautizado la pasarela en que falleció la presidenta de la Diputación. Y un nuevo, y cruel, punto turístico de la ciudad de León. No hay trabajador de un hotel en León que no haya tenido que indicar a algún cliente o grupo dónde está situado el punto exacto donde la política más poderosa de León dejó de serlo. El morbo vende, y mucho. Confesaba un directivo de una cadena nacional de televisión que era decir 'Carrasco' en antena los días siguientes al 12 de mayo y los audímetros se disparaban. De ahí el interés, que no ha decaído, de las televisiones en sacar jugo a todo lo relacionado con la presidenta del PP leonés. Un ejemplo fue la duración del suceso mediáticamente. Habitualmente suele decaer la información con el entierro del fallecido pero con Carrasco esa situación se prolongó prácticamente hasta quince días, en concreto hasta que Marcos Martínez tomó posesión como su sucesor. De ahí el hartazgo mostrado en ocasiones por los ciudadanos, pero lo que vende es lo que reclaman los consumidores de los medios. Y Carrasco ha sido uno de los 'hit' del año sin discusión hasta ser (su asesinato) la segunda noticia más leída del año en ElPaís.com

Otro 'mérito' de la fallecida presidenta ha sido el de abrir el debate de la regulación de las redes sociales. Lo sucedido tras su muerte en Twitter o Facebook, con centenares de mensajes de alegría por su asesinato provocaron una honda preocupación en la clase política y el Gobierno, que llegó a sugerir por boca del ministro del Interior que era necesario un cambio legislativo para evitar hechos similares. Finalmente la cosa se ha quedado en una operación policial por delitos de enaltecimiento del terrorismo que en algunos casos ya han sido sobreseídas las acusaciones. De lo propuesto tras la muerte de Carrasco, nada más se ha sabido.

El asesinato de Isabel Carrasco 'acojonó' por unas horas a la clase política española

Lo cierto es que el asesinato de Isabel Carrasco 'acojonó' por unas horas a la clase política española. Hasta que se supo que las presuntas asesinas eran dos militantes del PP -una de ellas muy cercana a Carrasco- y tomó cuerpo la versión de la vengaza personal (rodeada de una alta dosis política), la clase política nacional estaba muy preocupada por lo sucedido. Por si un afectado por la crisis y los recortes se había tomado la venganza por su cuenta -tal y como se difundió en forma de rumor inicialmente- y estaban todos en riesgo. Aunque lo básico del asesinato (presuntas autoras y posible móviles) se publicó en horas las dudas sobre lo sucedido permanecieron varios días. En las redacciones de los principales periódicos del país se instaló una en concreto: '¿Qué empresario pagó el asesinato de Carrasco?'. Una duda subida a la ola de los rumores que contagiaban casi cualquier intento de conocer la verdad. Algo que, no obstante, hacía 'justicia' a Carrasco, siempre fruto de rumores y conjeturas sobre su sexualidad, sus juegos de poder y supuestas venganzas de cierre de tiendas. Nunca demostradas casi ninguna de ellas, por cierto.

Funeral por Isabel Carrasco en la Catedral de León. Peio García/Ical.

El fallecimieto de Carrasco ha dejado, políticamente hablando, un cráter enorme en la provincia y en particular en su partido. Era una política nata, de raza, dotada de un gran instituto de supervivencia aunque para ello tuviera que cargarse, políticamente hablando también, a quien se pusiera en su camino. En sus casi siete años como presidenta de la Diputación y sus casi diez como presidenta del PP de León realizó una 'limpieza' de todos sus enemigos políticos, particularmente con saña contra los de su mismo partido. Ejemplos a decenas, aunque ahora todos declinen hablar mal de ella. Al menos públicamente.

En la Diputación se quedó su mano derecha y el hombre que la aupó a una lista electoral para asaltar el Palacio de los Guzmanes. Pero Marcos Martínez fue detenido sin haber cumplido seis meses en el cargo en el marco de la operación 'Púnica'. Un mazazo para la institución y para el partido ya que Martínez intentaba emular el poder de Carrasco en todos los ámbitos. Poseerlo y ejercerlo de una manera personalista al estilo 'ordeno y mando'. Los cargos sobre Marcos Martínez, al que el juez atribuye hasta seis presuntos delitos, y el trasfondo de su encarcelamiento por más de 40 días elevan las dudas sobre si en esta operación no hubiera caído Isabel Carrasco. El propio Marcos Martínez ha revelado que su relación con Alejandro de Pedro, uno de los cabecillas de 'Púnica', se debe a Carrasco y estando ella en la presidencia de la Diputación comenzó el pago a la sociedad Madiva de más de 3.000 euros al mes por algo que todavía no está claro, aparte de una promoción personal pagada con fondos públicos. Hasta el mes de octubre cobró De Pedro más de 105.000 euros en apenas dos años y medio por publicar en medios digitales 'zombies' lo bien que gestionaban Carrasco y Martínez la Diputación de León. Imposible encontrar críticas.

El PP leonés nunca estuvo demasiado unido bajo la presidencia de Carrasco. Otra cosa es que alguien se moviera demasiado.

Lo cierto es que el uso discrecional de los dineros destinados a los medios de comunicación de la Diputación lo reconoció Carrasco en una entrevista, '¿cómo le voy a dar dinero a alguien que me ataca?'. Se le olvidaba reconocer que ese dinero eran fondos públicos y que ella su mera administradora. Reconoce el jefe de comunicación de una institución leonesa que Carrasco “tenía comprados a algunos medios”. Comprados hasta rozar el ridículo, evitando informar sobre la evolución de su caso de corrupción -un asunto que le preocupaba según reconoció al periodista Fernando Jaúregui en la comida previa a su asesinato- e incluso atacando a sus enemigos políticos, sobre todo los internos. Contra ellos se ensañaba particularmente. Algún alcalde de la provincia puede dar fe de ello por los ataques que recibió en los primeros meses del año. Todos de un medio afín hasta la extenuación a Carrasco.

El PP leonés nunca estuvo demasiado unido bajo la presidencia de Carrasco. Otra cosa es que alguien se moviera demasiado. Siempre hubo reticencias a que ella asumiera ser la número uno pero nadie tuvo valentía para plantarla cara. Carrasco se hizo con el control del PP en 2004 después de un 'tour' por los municipios y con el apoyo de los principales caciques locales, en pleno auge del 'zapaterismo' y del socialismo. Sufrió en sus carnes la peor derrota del PP en la conservadora provincia de León, en 2007, y disfrutó enormemente con la mayor victoria jamás lograda también por su partido, en 2011. La victoria fue tan sobrada que sobre haber ganado en León capital desplazado al PSOE aseguró que si hubiera puesto “el palo de una escoba” también hubiera barrido, tal y como sucedió. Todo un mensaje para el regidor capitalino.

Recuerda algún político rival estos días comentando el fin de la temporada y del año lo dura e ingrata que puede ser la vida de los representantes políticos, siempre sometidos a un celoso escrutinio público. Y repasando a Carrasco señalaba la ausencia de fotos de grandes multitudes en su funeral pese a su dedicación pública durante muchos años y su terrible final. Es cierto, son unas fotos que no existen simplemente porque no hubo miles de personas en su apurada despedida -pese a que oficialmente se señalara lo contrario-, a lo sumo unos centenares, muchos de ellos curiosos mezclados con las decenas de periodistas que sí había. Y muchos de los otros fueron llamados desde el PP leonés para que acudieran a su funeral, por temor a que la Catedral tuviera 'media entrada'.

Carrasco sufrió en sus carnes la peor derrota del PP en la provincia de León, en 2007, y disfrutó con la mayor victoria jamás lograda también por su partido, en 2011

Pero su fallecimiento sumió al partido en dos. Llamativo fue que de su funeral en la Catedral los críticos salieran juntos por la puerta de la derecha, bastante alejados de los 'carrasquistas' que seguían al cortejo fúnebre. Ese día ya los bares del Húmedo y el Cid fueron testigos de las primeras reuniones para conspirar por el poder. Los inciales tejemanejes en el PP leonés llegaron incluso a oídos de Génova enfadando (y mucho) a la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, que pusó 'firme' a más de uno tras el mitín posterior al asesinato de Carrasco. La distancia entre la facción crítica y los 'carrasquistas' fue tan grande que el PP leonés estuvo sin presidente hasta que cayó Marcos Martínez, momento aprovechado por Eduardo Fernández -número dos del PP provincial- para hacerse con el poder pero cambiando de bando y pactando con el nuevo dúo de poder popular -Antonio Silván (consejero de Fomento de la Junta) y Emilio Gutiérrez (alcalde de León)- en detrimento de los barones comarcales aupados a diputados por Carrasco. Pero esta refriega no ha finalizado y es de prever nuevas disputas en las candidaturas y listas para las elecciones del nuevo año.

Pero este artículo resumen del personaje del año se titula 'entre el odio y la alegría'. Porque pese a ser un asesinato hay también quien se ha alegrado de la desaparición de la política leonesa más poderosa de, al menos, la democracia. Casi todos reconocen que su personalidad, su forma de ejercer el poder y sus 'vendettas' no son causa justificada de su asesinato, pero eso no exime de cierto alivio y hasta alegría por su desaparición de una enemiga política que no solía tener piedad. Y no hablamos de los que al cruzarte con ellos el 12 de mayo sonreían y no se creían las lágrimas de algunos en la ribera del Bernesga. Ni de esas leyendas urbanas, hasta que se demuestre lo contrario, sobre cenas con descorche de champán por el asesinato de Carrasco el mismo. Hablamos del hueco, sobre todo político, que Carrasco ha dejado en la escena provincial. Un hueco sin cubrir por el que varios políticos conservadores han visto la luz a sus aspiraciones personales de poder. La cuestión es si no teniendo en vida de ella agallas para afrontar sus deseos las tendrán ahora. Veremos si las tienen en 2015.

Isabel Carrasco, el personaje del 2014 que ha escrito una página política y de crónica negra en la historia de León y que, seguro, la escribirá en 2015.

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