Belal Dardiry: “Mi trabajo respondía al compromiso de conectar a Egipto con el mundo”

Belal Dardiry, el fotoperiodista egipcio refugiado político en España.

Marta Cuervo

Mucha gente le preguntaba qué estaba pasando en su país, y como no tenía respuestas, Belal Dardiry regresó a Egipto tras estudiar un año en EE. UU. para encontrarlas. Así se involucró mucho más en la situación política tras el golpe de Estado urdido por el Ejército contra Mohamed Mursi. “Compré una cámara y comencé a trabajar haciendo fotos de las protestas de las calles y vendiéndolas a agencias de noticias. También empecé a escribir artículos sobre la situación en Egipto, sobre los derechos de las mujeres, la religión... informaciones que fusionaba con mis fotografías”, explica el joven fotoperiodista de 23 años.





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Cuando la libertad de prensa encarcela la vida de quien la defiende

Pero en junio de 2016 recibió la 'bofetada' del precio de la libertad que estaba ejerciendo en un país donde la comunicación está al servicio de la propaganda política del gobierno: un abogado le comunicó por teléfono que estaba condenado a 15 años de prisión por sus textos y fotografías, por ejercer su derecho a la expresión libre. “Es la manera que el Gobierno usa para atacar a activistas, periodistas, escritores...”, apunta decepcionado Dardiry, que conoce bien las leyes egipcias, las cuales establecen que para comenzar un proceso de apelación el primer paso es presentarse a las autoridades egipcias, que automáticamente detienen y encarcelan al acusado ya que existe condena. “Para probar tu inocencia, según el derecho egipcio, vas a la cárcel en un proceso que se puede alargar hasta tres años antes de celebrarse un juicio. Yo decidí no pasar por ello”, confiesa el joven, licenciado en Literatura Francesa. Tras la notificación, aprovechando la tregua de 5 a 7 días que la policía de Egipto emplea en pasar el aviso de 'búsqueda y captura', Dardiry se escapó a Hong Kong, país donde no le solicitaban visado para entrar. De ahí huyó a Malasia, Indonesia y Camboya, y buscó programas internacionales de ayuda. “Estaba solo, no podía continuar viajando de un sitio a otro durante toda mi vida”, sentencia Dardiry.

Con la ayuda de Amnistía Internacional, Dardiry solicitó programas en Suiza, Australia, EE. UU. y España. “Fui aceptado en Australia y en España la primera semana de diciembre de 2016. Elegí España”, continúa.

De esta forma, con tres palabras en español –buenos días, hola y gracias-, Dardiry se instaló en el madrileño barrio de Tetuán. “Solicité asilo en España en abril, gracias al Cear -Comité Español de Ayuda al Refugiado-, y mi solicitud fue aceptada en mayo. Ahora tengo la tarjeta roja”, comenta el egipcio.





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Sentir la responsabilidad de contar al mundo lo que pasa en Egipto

Tras la vuelta de EE. UU., Dardiry no se imaginaba una situación tan dura en Egipto. “Sentía que necesitaba contar mi trabajo. Al saber francés e inglés para mí era muy fácil conectar con la prensa de otros países. Sentía ese compromiso”, exterioriza el fotoperiodista.

Dardiry, muy pesimista, no sabe responder al motivo de que en un mundo tan globalizado se siga atacando de manera tan feroz a la libertad de prensa. “Hice muchos esfuerzos, también tengo amigos activistas y periodistas que trabajaron mucho y nada ha cambiado. El precio es muy alto. Según un informe reciente, en Egipto hay 35 periodistas en la cárcel por razones derivadas de su trabajo”, apunta.

Y algo que todavía entristece más al egipcio es que “la gente joven en Egipto no puede continuar”. “Los jóvenes llevan 5 años protestando en las calles, luchando contra la policía y el gobierno, y es muy duro. Algunos están en la cárcel -tenemos 50.000 presos políticos- otros han escapado del país, otros han muerto y muchos simplemente ya no tienen energía para seguir”.

Una utopía hacia el cambio democrático

Aunque Dardiry advierte de que el cambio de Egipto hacia una democracia es “casi imposible”, ve una pequeña puerta abierta a la esperanza en la oposición política. “El Gobierno en Egipto ahora es un gobierno militar. El presidente de Egipto es un general del Ejército apoyado por Emiratos Árabes y Arabia Saudí con dinero, incluso por Trump. Los diferentes grupos de oposición al Gobierno deberían disolver sus diferencias para unirse y ser más fuertes”.

Ahora, Belal Dardiry ofrece charlas en todo el país, -organizadas por Amnistía Internacional- para que la sociedad española sepa de primera mano qué es lo que ocurre en Egipto. “Hablo en primera persona sobre una experiencia muy dura, y el efecto de mis palabras es muy fuerte, crea más conciencia entre la sociedad”.

En cuanto a su futuro, el refugiado político en España mantiene dos vías abiertas: “Mi primer plan, será encontrar un trabajo como fotógrafo o traductor en octubre, cuando podré trabajar de forma legal aquí. Como todavía no puedo viajar, cuando ya me esté permitido, mi segundo plan será regresar a África o a Oriente Medio para trabajar como fotoperiodista”.

Mientras, Belal Dardiry sigue haciendo fotografía, fotografía de calle, de Madrid, de las protestas de su nueva ciudad de acogida, de sus viajes alrededor de España y del mundo, porque como él mismo dice, la fotografía le ayuda comprender mejor sus experiencias y lo que ocurre en el mundo.





I shot this picture exactly a year ago‚ It shows a young student waving with a red flare in a protest organized by SAC “Students against Coup" calling for the elimination of what they called the military regime ruling in Egypt. Ain Shams university‚ Cairo‚ Egypt. (12-10-2014) #Egypt #everydayegypt #protest #flare #brotherhood #student #turmoil #archive #photojournalism #documentary #belaldarder



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It is all about finding something interesting in an ordinary place .. Al Darb al Ahmer, Cairo, Egypt. #egypt #cairo #everydayegypt #everydaycairo #streetphotography #streetlife #instadaily #belaldarder



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