El bar que salió de un ERE
Chisco se encontró, de un día para el otro, con que él y varios de sus compañeros integraban el ERE que lo dejó sin su puesto laboral de diseñador gráfico. Buscando un nuevo rumbo laboral, se decidió a montar Santo Martino, un pequeño bar-restaurante con mucho encanto, ubicado en la plaza del mismo nombre y que conforma lo que para muchos está comenzando a convertirse en un “circuito alternativo”.
Fusión retro y moderno para la ambientación.
Todo en ese pequeño reducto rezuma una estética especial. La fusión de retro y moderno cristaliza en un punto justo de colores y texturas.La ambientación al completo es obra del propio Chisco, que desde siempre memorizaba ideas de cosas que le gustaban, que ha visto en sus viajes. Incluido el original suelo del local, de baldosas hidráulicas con diseño personalizado.
“Todas son ideas mías, las mesas son las típicas mesas de formica de las abuelas, las sillas también son de las antiguas de cocina. Fue también una cuestión monetaria, porque haciendo reciclaje puedes conseguir cosas únicas. Y tengo más ideas, sobre las que quiero ir avanzando de a poco”, anticipa.
“Ya que voy a hacer muchas horas aquí, quiero que sea un sitio bonito, alegre. No me gustan esos bares que son todo blanco y aluminio”, aclara.
Exposiciones
Otro detalle del bar-restaurante son las exposiciones que cada tres meses renuevan parte de la decoración de uno de los laterales del bar. Para contactar con los artistas, Chisco reconoce la fuerza del “boca a boca”.
Diseño personalizado en las baldosas hidráulicas del suelo.
“Funcionan muy bien, tengo ya cubierto más de un año de exposiciones”, comenta. De momento, los artistas que han pasado por allí tienen una vinculación con León, pero “eso no necesariamente tiene que ser así”. El entusiasmo es compartido entre Chisco y los artistas, ya que algunos incluso han llegado a vender algunas de sus obras a partir de la exposición en Santo Martino.
El toque original también se deja ver en la carta. “Chiscolabis se llaman mis platos, y son de tres tipos diferentes. Se trata de bechameles que van acompañados de pan y ensaladas. Hay uno de puerro y salmón, otro de cardo y gambas y el tercero de quesos y mermeladas”.