El Ayuntamiento de León investiga si el pozo donde se ahogó un hombre estaba protegido o no

Un momento de la intervención de los Bomberos para rescatar el cadáver de la persona fallecida al precipitarse en el pozo del Seminario de León. / Foto Bomberos Ayuntamiento de León

Es muy pronto para sacar conclusiones, pero el Ayuntamiento de León ha certificado hoy que ha iniciado la revisión de las condiciones en las que se encontraba el pozo situado en las inmediaciones del Seminario de León, propiedad del Obispado leonés, en el que ayer falleció un vecino de León de 77 años de edad al precipitarse en su interior durante un paseo por la zona.

El portavoz del equipo de Gobierno en el Consistorio y concejal de Seguridad y Movilidad, Fernando Salguero, se mostró muy cauto hoy respecto a si el sondeo podría haber cumplido, o no, las condiciones de seguridad exigidas en estas situaciones. Por eso, se limitó a confirmar que “el Ayuntamiento revisará ese pozo”.

Cabe recordar que, según fuentes de la propia Policía Local leonesa, este espacio carecía de brocal o protección en forma de muro exterior, y en el momento de los hechos permanecía tapado sólo aproximadamente por la mitad de su área por una plancha de hormigón, mientras el resto apenas estaba tapado por unas ramas y algo de vegetación.

Salguero insistió en que el Consistorio realiza esta valoración “sin prejuzgar absolutamente nada” respecto a la propiedad del pozo y a las responsabilidades que podría conllevar el siniestro mortal ocurrido, aunque si finalmente se concluye que no contaba con las medidas de seguridad necesarias “se tomarán las medidas oportunas”. Al mismo tiempo, recordó que el caso de la muerte de este hombre de 77 años está “en manos de la Policía Judicial de la Policía Nacional, que estará elaborando el expediente correspondiente, y habrá que esperar”, entre otras cosas, al resultado de la autopsia.

El trágico suceso ocurrió en la tarde del pasado jueves a escasos metros del muro exterior del Seminario Menor que el Obispado tiene en las inmediaciones de la Carretera Asturias (N-630), cuando la víctima paseaba, como hacía habitualmente, en compañía de un pastor, que fue quien le echó en falta y sospecho inicialmente que podría haberse precipitado al pozo al encontrar flotando sobre el agua su bastón y algunos otros objetos personales. Fueron los Bomberos de León los que en una complicada operación rescataron su cuerpo sin vida.

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