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Aumenta un 5% las personas con trastornos mentales que piden ayuda al Teléfono de la Esperanza
Las estadísticas que manejamos en el Teléfono de la Esperanza ponen de manifiesto que cada vez es mayor el número de personas que sufren una enfermedad mental que recurren al Teléfono de la Esperanza en demanda de ayuda. En 2012, los orientadores de nuestros Centros en España atendieron 40.416 llamadas realizadas por personas que sufrían algún tipo de trastorno psicológico o patología psiquiátrica. Esta cifra supone un incremento de un 4,91% respecto al número de llamadas efectuadas en 2011 por llamantes con enfermedad mental (38.524).
De modo paralelo a este hecho, también venimos observando que cada día es más frecuente que algunas personas se comuniquen con nosotros para buscar ayuda porque se reconocen impotentes en su labor de contención de un familiar aquejado de una enfermedad mental como la esquizofrenia, la bipolaridad, el trastorno depresivo mayor o el Alzheimer.
La crisis económica y las políticas de recortes en salud mental están causando una disminución drástica de los recursos sociales públicos a los que recurrían estas familias, de manera que algunos de sus miembros se sienten especialmente sobrecargados y dan claras muestras de sufrir estrés y ansiedad.
Con motivo del Día Mundial de la Salud Mental, establecido el 10 de octubre por la OMS con el propósito de sensibilizar a la opinión pública sobre los problemas de salud mental, el Teléfono de la Esperanza quiere manifestar que la enfermedad mental no es sólo un problema de unos pocos. Se estima que alrededor de un 12% de la población mundial padece algún tipo de trastorno psicológico o psiquiátrico. Asimismo, es necesario que seamos conscientes de que ninguna persona es inmune a la enfermedad mental. Nadie está protegido por vivir en un determinado país o por ser rico o pobre. Nos afecta a todos.
En este sentido, es de suma importancia mejorar la calidad de vida de las personas que padecen una psicopatología, así como ayudar con recursos a sus familiares para descargarles en su función de apoyo del enfermo.
Los datos de la OMS ponen de manifiesto que los trastornos mentales son los causantes del 17% de los casos de discapacidad en el mundo, de manera que la enfermedad mental supone una carga enorme tanto para las personas como para la sociedad. Sin embargo, también la OMS constata que “existe una muy deficiente atención sanitaria de los trastornos mentales en todos los países, no solo en los subdesarrollados”.
Según la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés (SEAS), dos de cada tres personas que sufren algún tipo de trastorno mental en España son atendidos por médicos de Atención Primaria, de manera que en la práctica sólo reciben un tratamiento farmacológico. Como es lógico, los psicofármacos son una parte importante del tratamiento, especialmente en las fases agudas de la patología, pero resulta perjudicial que la escasez de tiempo y los menores recursos con los que cuentan los facultativos den lugar a que se desatienda el cuidado de la salud emocional de los pacientes. De este modo, patologías cada vez más frecuentes en la población como el estrés, la depresión y la ansiedad se tratan básicamente con “parches farmacológicos”.
Se ha constatado que los estados emocionales negativos provocan y agravan determinadas dolencias como la hipertensión, las arritmias, los infartos, las úlceras, los problemas digestivos, el colon irritable, los dolores de cabeza, las lumbalgias, el dolor crónico, el asma, las disfunciones del sueño y muchas otras más. Por tanto, se hace también necesario desarrollar políticas sanitarias que tengan en cuenta la promoción de la salud emocional de la población para prevenir las enfermedades mentales y físicas.