El asesinato de la peregrina Denise Thiem marca la crónica negra de este año

Peregrina desaparecida, Denise Thiem. Imagen de lallavedelcamino.es

Ical

El asesinato de una peregrina norteamericana que se encontraba haciendo el Camino de Santiago marcó la crónica negra de este 2015 en Castilla y León. Fue necesario que pasaran cinco meses para que las investigaciones de la Policía Nacional dieran sus frutos y para que se resolviera un caso que para muchos se estaba convirtiendo una desaparición más sin resolver.

Desde que el 4 de abril Denise Pikka Thiem, de origen chino-americano y de 41 años, enviara un correo electrónico a familia en el que relataba su intención de acudir a misa en Astorga antes de reanudar su ruta hacia El Ganso un día más tarde, nadie volvió a saber nada de ella.

Denise estaba en paro y decidió emplear sus ahorros para viajar por medio mundo. A mediados de diciembre dejó su casa de Phoenix (Arizona) y comenzó un largo periplo. Visitó diferentes lugares como Manila, Camboya, Singapur y Francia. París fue su último destino antes de viajar a España con la única idea de hacer el Camino de Santiago, que inició sola en Pamplona el 6 de marzo, hasta que tuvo la mala fortuna de cruzarse en el camino con Miguel Ángel Muñoz, un conocido de la Policía fichado por hostigar a las peregrinas y por robar mochilas al descuido

Finalmente, el día 11 de septiembre, y tras un despliegue policial sin precedentes en la zona de Castrillo de los Polvazares, la Policía Nacional detuvo a Miguel Ángel Muñoz, que en principio fue descartado por los investigadores por no encajar con el perfil de un posible asesino. Sin embargo, la Policía fue reuniendo pruebas concluyentes, especialmente las aportadas por las cámaras de seguridad de una entidad bancaria en la que el asesino intentó cambiar mil dólares a los pocos meses días de la desaparición de la peregrina.

Además, con la intención de despistar a la Policía, Miguel Ángel había abandonado su vivienda, una cabaña prefabricada de madera en pleno monte. Había sido cuidadoso, se movía sin móvil, pero el día de su detención cometió un error. Intentó sacar dinero de un cajero en Grandas de Salime (Asturias) y la Policía, que tenía sus tarjetas intervenidas, fue a por él. Tanto a los agentes como ante el juez, el detenido confesó su crimen.

Por otra parte, la lucha contra el terrorismo yihadista también vivió sus episodios en Castilla y León. El primero tuvo lugar en marzo en Cebreros (Ávila), donde se detuvo a uno de los ocho miembros de una célula de propaganda yihadista desarticulada por la Policía Nacional y que actuaba siguiendo los dictados de la organización terrorista Estado Islámico (Daesh).

Abdul, conocido en el municipio como 'Tatá', está casado y tiene dos hijos pequeños. Llevaba residiendo en Cebreros hacía más de seis años, pero pasó parte de su infancia en la vecina localidad madrileña de Navas del Rey. Aunque ahora se encontraba en paro, había tenido varios empleos, algunos relacionados con la construcción, e incluso trabajó como barrendero municipal al ser incluido en un plan municipal de empleo.

Meses después, los vecinos de Santa Cruz de Pinares, localidad cercana a Cebreros, se quedaban estupefactos al conocer que en una operación policial contra una célula yihadista, la Policía registró una vivienda de esta localidad cercana a Cebreros, donde se sospechaba que este grupo entrenaba a sus miembros para después enviarlos a Siria e Irak.

El tercera operación policial, ya después de los salvajes atentados de París del 13 de noviembre, tuvo lugar en la cárcel de Segovia, donde fue detenido un recluso que, desde la cárcel, trataba de captar y adoctrinar internos para el Estado Islámico con la intención de formarles en los ideales de la organización terrorista. Asimismo, se le acusa de un delito de amenazas, que hacía en nombre de Abu Bakr al-Baghdadi, máximo dirigente de este grupo criminal. El detenido, originario de Marruecos, y de 42 años de edad, cumplía condena por violencia de género y estaba considerado como una persona totalmente radicalizada.

Tráfico

Mientras tanto, después de años de descensos consecutivos, 2015 volvió a ser un año negro para el tráfico. A falta de los datos definitivos, el número de fallecidos en accidentes de tráfico en las carreteras de Castilla y León se ha incrementado en lo que va de año un 25 por ciento, subida que contrasta con el ligero descenso registrado en el conjunto de España.

Temporal de nieve

La nieve también visitó este 2015 Castilla y León con intensidad. A primeros de febrero, unas copiosas nevadas que ni los más viejos del norte de Palencia y León recordaban complicaron la vida a muchas personas. Además de cortarse al tráfico la A-67, la autovía que une Palencia con Cantabria, así como varias nacionales, también en León y Burgos, las nevadas obligaron a la movilización de la Unidad Militar de Emergencias en la zona Boca de Huérgano (León) y en la comarca de Aguilar de Campoo-Cervera de Pisuerga (Palencia). Además, la Guardia Civil tuvo que repartir alimentos desde el aire en la localidad palentina de Celada de Roblecedo, y con la ayuda de helicópteros también llevaron comida para animales en las localidades de Perazancas, San Juan de Redondo y Tremaya.

Pornografía infantil

En el capítulo de operaciones policiales, una de las más destacada se dio a conocer en junio después de una larga investigación iniciada en octubre de 2014 contra la pornografía infantil. En la misma, además de intervenirse miles de archivos de contenido sexual, algunos de una extrema dureza en los que aparecían bebés atados y amordazados, fueron detenidas nueve personas en Valladolid, Burgos (tres), Segovia, Ávila, y Salamanca (uno).

Entre los ocho detenidos se encontraba un vecino de Segovia, de unos 50 años de edad, que además de intercambiar y descargar pornografía infantil, tomó fotografías a cuatro de sus sobrinos desnudos, todos menores de diez años, mientras dormían.

Drogas

Mientras tanto, en León, la Policía Nacional daba por desarticulada a principios de este mes de diciembre la mayor red de tráfico de cocaína después de la detención de 35 personas como resultado de tres años de investigación. En esta operación fueron incautados 35 kilos de esta droga y más de 100.000 euros en efectivo. La organización utilizaba a marineros y supuestos turistas en cruceros como “correos” para transportar la droga desde Sudamérica y disponían de varios inmuebles y vehículos en ciudades costeras españolas como Valencia, Barcelona o Málaga para la recogida y posterior transporte de la sustancia estupefaciente.

La organización estaba formada fundamentalmente por ciudadanos colombianos afincados en León, donde contaban con una vivienda en el barrio del Crucero y un trastero en el barrio de Eras de Renueva, transformados en sendos laboratorios con diferentes sustancias químicas y el material necesario para la adulteración de la droga. Además de en León, los investigadores también practicaron registros en dos barcos y en la provincia de Valencia.

Otro duro golpe al tráfico de drogas en la Comunidad tuvo lugar en junio, cuando el CNP desmanteló el laboratorio más importante hasta ahora de elaboración, venta y tráfico de drogas en Castilla y León, con la detención de 28 personas en las provincias de Burgos, León, Palencia y Valladolid.

El principal laboratorio se encontraba en la localidad burgalesa de Roa, desde donde partía la droga a dos almacenes de Aranda de Duero (Burgos) y Valladolid, que suministraban en León, Palencia, Medina del Campo (Valladolid), Sahagún (León), Pedrajas y Mojados (Valladolid) y Villamuriel (Palencia), entre otros municipios. En total se incautaron 24 kilos de speed, 170 de hachís, dos de ketamina y diversas cantidades de MDMA, heroína y LSD.

Luto

Por otra parte, 2015 será recordado con pesar por la Policía Nacional. Si a primeros de año despedía en localidad abulense de Navarredondilla a Francisco Javier Ortega, el agente que falleció en el metro de Madrid tras ser arrollado por un tren en Madrid al ser empujado a las vías por una persona a la que estaba identificando, hace unos días el luto teñía de negro La Bañeza, localidad donde fue enterrado Isidro Gabino San Martín, el agente que fallecido en un atentado en Kabul (Afganistán).

Por último, el mundo del deporte regional quedó conmocionado con la muerte de Lalo García, el eterno capitán del Fórum. Días después de que se denunciara su desaparición, los peores presagios se cumplieron y su cadáver apareció flotando en el río Pisuerga, junto al embarcadero que hay detrás del pabellón del mismo nombre y donde este internacional fraguó su leyenda.

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