Asaja lamenta la reducción de la rentabilidad en el campo, un sector “refugio” en la crisis
El secretario general de Asaja en Castilla y León, José Antonio Turrado, lamentó este miércoles que el sector del campo sea cada vez menos rentable. Aunque la incorporación a esta actividad resulta en principio positiva, dijo, la realidad es que “para vivir hay que producir cada vez más pero las explotaciones no crecen en tamaño y la gente que se incorpora al sector va a tener serias dificultades para encontrar tierra suficiente para desarrollar la actividad de forma que obtenga una renta razonable”.
La agricultura, argumentó en la presentación del balance del año acompañado del presidente provincial Arsenio García, es “un sector refugio al que se incorpora gente y del que no se va nadie y cada vez hay más agricultor a tiempo parcial y como complemento de otras actividades que van a menos, por lo que el negocio es cada vez menor”.
Después de definir 2013 como un año “razonablemente bueno” para el campo, Turrado comentó que las ayudas que reciben los agricultores son ahora la mitad que antes de iniciarse la crisis. Las únicas partidas que tienen garantizadas, subrayó, son las de la PAC, procedentes de Europa porque tanto la Junta como el Ministerio han reducido sus presupuestos, como el resto de administraciones, y con ellos las cantidades que antes repercutían en el campo. También hay, dijo, compromisos de pagos que nunca se cumplen.
En el repaso por las cuestiones que afectarán a los agricultores en el presente año como el Programa de Deesarrollo Rural o la Ley Agraria que prepara la Junta también destacó la incertidumbre que existe sobre el sector remolachero-azucarero. Si no se potencia, afirmó, llegará a desaparecer en la provincia. A su juicio deben aumentar la siembra, la producción y las ayudas en un cultivo que requiere un consenso entre empresas comercializadoras, instituciones y agricultores que -dijo- cree que se alcanzará.
La financiación fue otro de los temas abordados. A pesar de lo que se diga, incidió, no se concede crédito al campo y si se hace es en unas condiciones que disuaden a los agricultores que optan por no invertir o por hacerlo exclusivamente con la liquidez que obtienen de su trabajo. “No nos dejan endeudarnos”, comentó.
