100 árboles más en la Montaña de León que siembran la semilla de nuevos valores sociales

'Si supiera que mañana se acababa el mundo, yo hoy todavía plantaría un árbol', Martin Luther King. No sabemos si Alberto comparte la misma idea que el defensor de los derechos civiles de los afroamericanos, aunque probablemente sí, él hiciera lo mismo, ya que desde hace 26 años ha contribuido a que la montaña leonesa esté más arbolada gracias a una plantación anual.

Cada otoño, en Viñayo, Alberto junto a su mujer, niños, amigos y quien quiera compartir este momento con él, planta más de 100 arbolitos que previamente ha cultivado para su germinación. Este año la acción tendrá lugar este domingo, 13 de noviembre, y ya tiene listos para trasplantar al monte unos 70 robles (Quercus Pyrenaica) y otros 70 castaños (Castanea Sativa), en total unos 140 nuevos árboles, que si las condiciones climatológicas lo permiten, crecerán en un paseo muy bonito que Alberto ya ha elegido para la ocasión. “Un trabajillo para el bien de todos y futuras generaciones”, asegura el leonés.

Alberto recolectando semillas de haya, espino albar y endrinas.
Los motivos que mueven a Alberto, que planta desde que tenía 18 años junto a su hermano, son además de transmitir el amor que siente por la naturaleza, fortalecer los derechos de respeto al medio ambiente y concienciar a la gente, especialmente a los niños y nuevas generaciones “con esta particular siembra de valores”, como él mismo reconoce.
El año pasado, consiguió plantar 225 hayas y aunque desde que comenzó ha pasado mucho tiempo, el leonés recuerda sin dudar la zona de cada plantación. “Hay que realizar un seguimiento y visitar el lugar de la siembra porque, lamentablemente, hay muchas bajas. Este verano, por ejemplo, fue demasiado seco para los nuevos árboles”, explica.
Y, es que, esta pasión no consiste sólo en el día de la plantación, detrás hay muchas horas de trabajo y estrategia para que los árboles salgan adelante. “Hay que recolectar, escarificar y estratificar las semillas, que pasen un invierno para que germinen y al año siguiente se puedan plantar en suelo.”, apunta Alberto, que siempre está pendiente del camino por el que pisa. “Si me encuentro una semilla germinada en el bosque, de roble por ejemplo, hago un agujero en el suelo y la hundo dentro”, comenta, lo que le ha llevado a recibir gratas sorpresas, como ver crecer un árbol de una de estas semillas halladas por casualidad, entre los que recuerda un castaño en concreto, plantado en 2011.
Trucos y detalles a tener en cuenta para que un árbol salga adelante
Además de controlar la zona de la plantación, que un árbol salga adelante depende de otros muchos factores como son “la genética de la semilla” y “el lugar, por su altitud y coordenadas”. “En el proceso de selección yo elijo las mejores semillas, y siempre recolecto las de la zona, por la genética que traen asociada, y así evitar transmitir enfermedades”, explica Alberto. De todas formas, cada año sólo consigue sacar adelante el 40% de todos los árboles trasplantados, ya que tiene que hacer frente a condiciones meteorológicas, y a 'depredadores' como corzos y otros animales que se alimentan con los primeros brotes, entre otros factores. Para ello, el agricultor cuenta con trucos como las bombas de escaramujo, que prepara pacientemente y que cuando germinan despistan a los animales a favor de los árboles.

Para terminar la jornada, este domingo tras la plantación, Alberto preparará una comida a escote, a petición de la mayoría: parrillada, patatas con costillas, alubiada...
Un día diferente, dedicado al medio ambiente, a los árboles, y a la vida. Y, sobre todo, a una siembra de valores para las generaciones venideras.