Aora, la cerveza que mejora con el tiempo

Mosto antes de la cocción de la cerveza Aora.

Isabel Rodríguez

Se han propuesto reconciliar dos mundos históricamente reñidos. Los cuatro fundadores de la cerveza leonesa Aora pretenden que las buenas comidas dejen de ser coto exclusivo del vino y la cerveza se pueda subir a las mesas de los restaurantes con la misma dignidad. “Hay comidas con las que el vino no se puede combinar, como la alcachofa o algunas con mucho vinagre como la perdiz escabechada, porque destruye el sabor del vino. Lo mismo ocurre con las comidas exóticas agridulces o muy picantes, para esos casos está la cerveza”, asegura Mario Rico, el director comercial de cerveza Aora.

El proyecto comenzó entre un cervecero y otras tres personas procedentes del mundo del vino –todos ellos de León, que decidieron experimentar un terreno nuevo pero con la misma maestría del enólogo: cuidando cada paso, seleccionando cada ingrediente y con un meticuloso proceso de elaboración. Esta cerveza, igual que el vino, precisa de tiempo en la botella para afinarse. El gas carbónico que tiene la espuma es natural, producto de una segunda fermentación dentro de la botella, igual que se hace con el champán o el cava.

Esto requiere tiempo, pues una vez que se ha obtenido la cerveza base, se mete en botella, se le vuelve a añadir levaduras, se tapona y se introduce en una cámara a temperatura controlada (25ª) en la que se mantiene otros 25 días para la segunda fermentación. Una vez finalizado este proceso se mantiene otros tres o cuatro meses en cámara para que la cerveza se afine. “Es una cerveza que, con dos años en la botella, está mucho mejor”, asegura Rico.

Con todo esto, lo que quieren es cambiar también la mentalidad del propio consumidor. “Antes la gente entraba en los bares y decía 'póngame un vino', sin especificar, ahora se elige la bodega. La cerveza está ahora en España como estaba el vino hace 35 años: se llega a un bar y se pide 'una caña'”. Ellos, los padres de Ahora, esperan ser elegidos, erigirse por encima de las cervezas industriales y posicionarse en el mercado como la bebida de calidad que puede sustituir a un buen vino.

Y ahora, una cerveza

“Y ahora, una cerveza” era la frase que siempre pronunciaban después de participar en las catas de vino, así que pensaron que si en algún momento fabricaban una cerveza, tenían que llamarle Ahora, palabra a la que robaron la h para que fuera registrable. Nació en noviembre con unas previsiones para los siguientes cinco meses que desaparecieron en tan solo un mes y medio y les dejaron sin producto hasta la primera quincena de enero.

El buen funcionamiento les pilló por sorpresa y a día de hoy todavía no saben cómo evolucionará el consumo. “Estamos creciendo muy rápido y hay gente que todavía no nos conoce, además ahora llega el calor...”, explica Rico. Además de para no volver a quedarse sin cerveza, Rico y sus socios trabajan en realizar una previsión aproximada de lo que les espera porque en dos meses quieren estar instalados en León –ahora la producen en Bélgica- y necesitan saber las dimensiones que necesitan para su tecnología.

Una vez que empiecen a producirla en León tienen en mente sacar al mercado una cerveza de 4º -la actual en sus dos modalidades, Milcien y Tostada- tiene 9º, sobre todo porque la gente no está acostumbrada a esta bebida tan densa. “El objetivo es que el 100% de las materias primas llegue a ser de León”, explica Rico, aunque reconoce que también su idea era solo venderla en León, pero algunos distribuidores de vino se interesaron pro el proyecto y ahora están también en Barcelona, Sevilla o Jaen.

Vino

Siempre vinculados a ese mundo del vino al que pretenden hacer más próxima su cerveza, en un mes presentarán una nueva bodega, Valdecarreño, que se situará en el castillo de Corullón, un histórico edificio propiedad de Alonso Halffter, hijo del director de música, que acogerá una nueva apuesta por la calidad.

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