La anorexia en León: El silencio frío de una realidad que grita ayuda

Apatca

Marta Cuervo

'Quiero adelgazar'. 'Me veo gorda'. 'Estoy a dieta'. Estas expresiones son muy comunes en nuestros círculos familiares, de amigos y de trabajo, y a nadie le resultan un síntoma de enfermedad. Sin embargo, el problema recae cuando la sociedad tiende a asociar como sinónimos estar delgado con éxito y productividad, limitando además unos ideales de belleza en las tallas 34, 36 y 38.

El papel de los medios de comunicación en la anorexia

El bombardeo de la publicidad al presentar la delgadez como canon estético, la imposición de la moda, la transmisión de mensajes de dietas y productos adelgazantes y las continuas conversaciones sobre las calorías y el peso influyen directamente en la adquisición cultural de los trastornos alimentarios, entre los que aparecen la anorexia y la bulimia. Se trata, por tanto, de enfermedades sociales, y así habría que tratarlas, desterrando el tabú que existe sobre las patologías que se envuelven en los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA).

Las redes sociales influyen mucho. El influencer vende un estilo de vida que no es real, es un espejo de algo falso y que puede obsesionar a una persona vulnerable

A nivel social, ya existen movimientos en pro de este cambio de mentalidad, con campañas de 'tallas reales' en las prendas, o críticas a modistos famosos que no quieren vestir a modelos que superan ciertas medidas, y que se difunden gracias a los medios de comunicación; pero por otro lado se siguen favoreciendo imágenes perfeccionadas con métodos de edición para alterar físicos, o vendiendo estilos de vida que no se corresponden con la realidad. En este sentido, las redes sociales influyen mucho. El influencer, en la mayoría de los casos, vende un estilo de vida falso, un espejo de algo que no es verdad y que puede obsesionar a una persona vulnerable.

A pesar de la culpa que se arroja a los medios de comunicación por estas prácticas, responsables en parte de dar difusión a la publicidad sobre la belleza distorsionada, son muchos los profesionales que también ven en ellos una solución para acabar con la estigmatización de estas patologías. “Se piensa que la anorexia es un capricho, porque alguien no está a gusto con su cuerpo. Pero es una enfermedad con muchas más connotaciones, no solo el aspecto visual de un físico”, explica Tamara Cabezas, trabajadora social y tesorera de la Asociación para la Prevención y Ayuda en los Trastornos del Comportamiento Alimentario APATCA.

Periódicos, radios y televisiones tienen el deber, como servicio público de comunicación entre las personas, de dar una información real de situaciones que a veces pasan desapercibidas o se esconden, normalizando enfermedades que afectan a unas 60 personas al año sólo en la provincia de León, para que llegue una ayuda efectiva.

Terceras Jornadas sobre Trastornos de la Conducta Alimentaria en León

Bajo esta intención, APATCA ha organizado las terceras jornadas gratuitas de divulgación sobre estas enfermedades, que se celebrarán el próximo viernes 29 y sábado 30 de marzo, con profesionales del nivel de la doctora Rosa Calvo, psicóloga responsable de la Unidad de TCA en el Hospital de La Paz (Madrid), la doctora Mar Faya, psiquiatra de la UTCA del Hospital Infantil Niño Jesús (Madrid), y Robin Rica, psicólogo director de la Unidad del TCA del Instituto CENTTA (Madrid).

(Los interesados pueden inscribirse a través de este link

“Lo que queremos es ofrecer medios y formación para los profesionales que están en León, para mejorar el tratamiento en la provincia”, explica Yolanda Gago, médica y presidenta de APATCA.

El silencio frío de una realidad a gritos

APATCA comenzó su andadura hace 8 años, cuando Yolanda, al ver cómo un familiar sufría una anorexia nerviosa, descubrió un vacio en el tratamiento de estas enfermedades. “Empezamos siete personas, para tratar de ayudar y ahorrar el proceso de trámite a los enfermos y sus familiares. Cuanto antes se empieza a tratar un trastorno del comportamiento alimentario, cuanto antes se diagnostica, mejor pronóstico hay”, confiesa la doctora.

Tal y como apunta Tamara, mucha población padece este tipo de trastornos, pero realmente son muy desconocidos porque no se habla de ello. “Generalmente, si preguntas por la calle, te dirán que es cuando las chicas se ven más gordas, o vomitan... sí, pero eso sólo es una pequeña parte de la enfermedad. La gente no se atreve a decir que lo sufre, y cuando alguien da el paso, salen a la luz muchos más casos”, añade.

Muchas personas lo ocultan por falta de comprensión de la enfermedad

Además, los trastornos del comportamiento alimentario provocan muchos juicios de valor en la sociedad. “Con otras enfermedades la gente se vuelca, pero ante la anorexia se escuchan comentarios como 'con lo inteligente que eres cómo has caído en eso' o 'te lo has buscado por meterte donde no debías'. Muchas personas se lo guardan porque los comentarios no ayudan. Pero también se teje una red de ayuda entre afectados y familiares”, reconoce Yolanda.

Los Trastornos del Comportamiento Alimentario provocan muchos juicios de valor en la sociedad

¿Existe solución? La anorexia y la bulimia se curan

Las personas que sufren estos trastornos suelen ser muy vulnerables y se ven afectados por la moda, por la opinión de la gente y por las redes sociales, por ejemplo. Para los miembros de la asociación es complicado el cambio de mentalidad ya que la sociedad tiende a ser cada vez más individual y más superficial, pero el germen del cambio estaría en la educación. “Desde pequeños se sobreprotege a las niñas, y es verdad que las estadísticas apuntan a que lo sufren más ellas, pero no sólo. No se educa en igualdad, y de ahí surge un caldo que provoca que luego haya un mayor porcentaje de chicas que sufran anorexia y bulimia”, declara Tamara.

Los principales factores de riesgo son ser mujer, adolescente e iniciar una dieta

“Hay muchos factores para que se lleguen a desarrollar estas enfermedades, desde genéticos y biológicos hasta ambientales. Dentro del ambiental suele afectar a personas que son perfeccionistas pero tiene una autoestima baja. Los principales factores de riesgo son ser mujer, adolescente e iniciar una dieta”, simplifica Yolanda.

Pero lo más importante es saber que un trastorno alimentario se cura. “Cada vez hay más casos y a edades más tempranas, el año pasado conocimos el caso de una niña de 9 años, pero de esto se puede salir. Es cierto que hay pacientes crónicos, y que incluso existe un índice de mortalidad del 5%, un valor muy elevado dentro de las enfermedades mentales, pero se trata de casos que no iniciaron un tratamiento efectivo. La curación es un valor muy alto”, detalla la doctora.

Desde APATCA se proporciona información y asesoramiento, no tratamiento ya que la asociación no cuenta con profesionales pagados para ello, pero Yolanda hace una valoración sobre cada caso concreto para orientar sobre la mejor solución.

Así se trata a una persona con anorexia en León

Por lo que más ha luchado APATCA ha sido por una unidad de Trastornos de la Alimentación en el Hospital de León, pero a pesar de recogida de firmas, y una reunión hace dos años con el consejero de Sanidad, se mantiene el silencio.

Desde APATCA siempre se ha luchado por una unidad de Trastornos Alimentarios en León. Siguen sin respuesta

“Nos reunimos con el consejero para exponerle que veíamos entre 30 y 40 casos anuales (más otros 30 que van directamente a la Seguridad Social, donde en León no existen profesionales en el campo) y nos trasladaron que estaban abiertos a todo, pero que no les parecían suficientes como para tener una unidad en León. Hablamos de 60 casos al año, y no son todos los que hay”, remarcan desde la asociación.

En toda Castilla y León no existe esa unidad, pero en Salamanca sí disponen de un Hospital de Día, una solución que APATCA también solicitó para León. “Lo siguen valorando”, contesta la directora.

Actualmente, en León los enfermos de anorexia y bulimia menores de 18 años son derivados al Centro de Salud de La Palomera, después de semanas de espera para que les vea el psiquiatra. “La terapia sicológica es una vez cada dos meses, pero eso no es efectivo; están retrasando el tratamiento y puede provocar que se desanimen y no quieran ir”, declara Yolanda. Además, está englobado dentro de Psiquiatría Infantil, con el resto de enfermedades. “Están sobrecargados de trabajo. En cuanto a los casos que necesitan ingreso, se trasladan a Valladolid, a la unidad de Psiquiatría, con adolescentes con otros trastornos y adicciones, lo que les puede perjudicar. Cuando físicamente están mejor les mandan a casa, y la mayoría vuelve a recaer”, añade la doctora.

Por otro lado, los mayores de 18 años se derivan a Salud Mental.

La anorexia no es una enfermedad femenina, aunque la sufren en mayor medida las mujeres

Aunque es cierto que la balanza cae del lado de las mujeres, con nueve de cada diez casos, las enfermedades de la conducta alimentaria afectan también a los hombres.

“En los chicos, los casos de anorexia suelen ser más graves porque tienden a pensar que es 'algo de mujeres', y lo esconden más”, argumenta Yolanda.

Otra de las distorsiones que afecta a la mente, normalmente masculina, es la contraria, la vigorexia. Es decir, el verse demasiado enclenque bajo un deseo de ser musculoso, lo que provoca a quienes la padecen que se sacrifiquen con dietas y ejercicio físico extremo. “La imagen corporal que ellos ven no es la real, está deteriorada”, apuntan desde la asociación.

Tanto en la vigorexia, como en la anorexia o la bulimia, desde APATCA recuerdan que los afectados sufren mucho, por lo que la primera estrategia a seguir para superarlo es no focalizar la preocupación en la comida y en el peso. “Hay que abordar el problema con temas afectivos y de estabilidad emocional señalando al enfermo que la gente se está dando cuenta de que no está bien. El primer paso para superarlo es que el paciente lo reconozca”, apuntan desde la asociación, aconsejando que se acuda lo antes posible a la ayuda profesional.

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