Agustín Prieto: “Acabar con las minas es dejar a la cuencas sin alternativas industriales”

Agustín Prieto abandona la Secretaría General de UGT de Castilla y León tras diez años y medio en el cargo y el aval de una dedicación plena al sindicalismo “realizada muy a gusto”, concreta, y con un saldo que considera positivo en muchos aspectos, pese a una situación nada fácil de afrontar y con la que ha convivido buena parte de su mandato. “El recorte de derechos sociales, laborales, democráticos y de libertades ha sido brutal”, sostiene. Se jubila, “aunque nunca como ugetista militante dispuesto a ayudar en lo que sea”, dice, aunque reconoce que a los 64 años -que su físico no delata- le toca ya dedicarse más a aficiones como salir a correr, la lectura y la pesca. “Mi último vehículo suma en cuatro años y medio 500.000 kilómetros entre idas y venidas diarias a Valladolid y Salamanca, donde resido, junto a los recorridos por una Comunidad que es muy extensa”, indica para dar a entender que toca ya iniciar el 'reposo del guerrero' fuera de la primera línea sindical.
Después de diez años, ¿qué ha cambiado en UGT con el impulso de Agustín Prieto?
Sobre todo el hecho de que la acción sindical se basa en nuestras resoluciones ya que aquí no hay personalismos si no equipos de trabajo en una Ejecutiva colegiada que ejerce como tal. En estos casi once años de mandato se ha consolidado la organización con la premisa de dar un buen servicio a los trabajadores, además de hacer frente durante mucho tiempo con duras negociaciones a todos los recortes que se han vivido. También como activo importante destaca la consolidación del diálogo social que nació hace 15 años.
¿Y qué ha cambiado en Agustín Prieto?
En mi caso considero que he adquirido una mayor capacidad de saber escuchar a la gente ante los graves problemas que hay. A muchos de ellos no se les puede dar una solución ya que los sindicatos no crean empleo ni dictan las leyes que han sido tan lesivas para los trabajadores, pero hemos intentado al menos combatirlos con nuestras armas. En suma, se ha tratado de ayudar a paliar en la manera de lo posible la situación de pobreza y de desigualdad que se vive.
¿Es hoy UGT una organización menos convulsa y con un mayor carácter autonómico?
Yo creo que sí ya que desde que se constituyó el sindicato en Castilla y León una Ejecutiva detrás de otra han ido consolidado un modelo de total independencia de los partidos y de los gobiernos, actuando en favor de los intereses que nosotros representamos. En es sentido se puede decir con claridad que nuestro sindicato ha salido fortalecido en estos tiempos difíciles.
¿Cuál es y cual debe ser el papel de un sindicato en el actual sistema económico?
El papel de siempre que no es otro que el de que nos debemos a los trabajadores y trabajadoras y, como sindicato de clase, nos basamos en la continua reivindicación para tratar de que no empeoren las condiciones en los centros laborales. También como ciudadanos debemos de seguir intentando que no se pierdan las condiciones del Estado de Bienestar por las que ha habido que luchar durante tanto tiempo.
Hay voces, desde la misma izquierda, que entienden que el sindicalismo ha perdido las esencias de la lucha obrera y de clase. ¿Se han ampliado las clases, se ha reducido la lucha obrera o se practica la misma lucha por otros medios?
Yo creo que en los 128 años de historia la UGT se ha sabido adaptar al contexto económico y social de cada momento y por eso ha sobrevivido tanto tiempo. La situación ha sido muy cambiante y no es lo mismo actuar en una dictadura que en una época de bonanza o en otra de profunda crisis económica. Una de las señas que nos ha caracterizado, y que es una de mis premisas, es ofrecer diálogo y más diálogo y, cuando esto falla, volver a hablar. Cuando no hay más armas se recurre a las que las propia Constitución nos da que son la manifestación y la huelga. Ser reivindicativos es una actitud que avalan los trabajadores al seguir confiando año a año en nosotros. Eso se ve cuando hay elecciones sindicales y las dos organizaciones mayoritarias de clase seguimos representando al 70 por ciento de la población laboral a tenor de los delegados que se eligen.
¿Qué tienen que decir a quienes consideran que el sindicalismo ha perdido peso y credibilidad entre los trabajadores con una progresiva caída de la afiliación, especialmente a nivel nacional? ¿Cree que los sindicatos han perdido parte de la calle?
Discrepo de esta opinión y parece que esas teorías parten de algunos poderes económicos a los que seguramente les gustaría que desapareciéramos y de ahí esos ataques viscerales. Lo importante es que cuando había que estar en la calle se ha actuado y ahí están las hemerotecas para comprobar que han existido grandes manifestaciones que han llenado las plazas y las calles de esta Comunidad. A la hora de la verdad, cuando los trabajadores han sido requeridos han apoyado y las urnas son soberanas para ratificarlo al renovar constantemente nuestra representación, otorgando una confianza mayor que la prestada a otro tipo de sindicatos. Es verdad que se pueden haber cometido errores y que hay una campaña de desprestigio, pero el sindicalismo de clase tiene mucho presente y futuro y la sociedad no sería la misma sin su existencia.
Usted ha vivido su primera etapa en época de 'boom' económico pero luego ha tenido que lidiar con la peor crisis que se recuerda con un altísimo nivel de paro y con una fuerte precarización laboral.¿Qué enseñanzas ha recibido de ambas etapas?
En la etapa de bonanza es verdad que en el reparto de riqueza que se tenía que hacer hubo una repercusión en los convenios colectivos, aunque no subieron los salarios lo que nos hubiera gustado para acercarse a la media de los países más desarrollados de Europa. Entonces se reivindicaba el salario mínimo de 1.000 euros y llegó la fuerte crisis económica que truncó un deseo que, desgraciadamente, queda muy lejano. Hoy hay más de 300.000 trabajadores de Castilla y León que, aunque tienen empleo, son considerados pobres al no llegar al salario mínimo interprofesional de 655 euros y trabajan muchas horas al día. Todo este contexto de crisis nos ha obligado adaptarnos y a hacer ver al Gobierno lo negativo de esas reformas tan duras que ha llevado a cabo en el tema laboral o con la Ley Mordaza o el artículo que tanto coarta la posibilidad de manifestarse, con 300 personas encausadas por este motivo en toda España y algunas incluso ya condenadas judicialmente. Se trata de leyes retrógradas todas ellas y a las que nos oponemos frontalmente.
¿Qué tiene Castilla y León para conseguir la sintonía de consenso en el diálogo social que no se encuentra en el ámbito nacional?.¿Es por tanto un tesoro a proteger?
Primero que hay una voluntad clara por parte del Ejecutivo de que exista concertación, en segundo el hecho de que aquí se ha conseguido que se institucionalizara el diálogo social dentro del Estatuo de Autonomía, algo que no ocurre en el resto de comunidades, y en tercer lugar que tanto la parte sindical con UGT y CCOO, la patronal Cecale y la propia Administración hemos sido capaces de mantener el modelo en una época dura de crisis. Lo que sabemos es que al año se vuelven a negociar los acuerdos alcanzados y se intenta mejorar aquello en lo que se ha fallado. Ahí está por ejemplo el logro de la Renta Mínima Garantizada de Ciudadanía que para sí quisieran muchas comunidades y que año a año se ha ido mejorando para llegar a un mayor número de personas de la Comunidad, además de hacerla más compatible con otro tipo de prestaciones. Por supuesto que el diálogo social es un tesoro a proteger, ya que frente a las tendencias nacionalistas en otras comunidades nuestro modelo marca unas señas de identidad y debemos consolidarlo aún más.
Hay quienes entienden que el diálogo social les resta capacidad de movilización y les institucionaliza
Yo creo que quien lo dice está equivocado al tratarse de un diálogo fluido con este Gobierno autonómico que ha avanzando permanentemente y se ha plasmado en acuerdos, coincidiendo de forma paralela en el tiempo con grandes movilizaciones internas de empleados públicos de la propia Junta, huelgas en otros sectores y manifestaciones en la calle. Hemos sabido diferenciarlo por que una cosa son las condiciones de trabajo diarias que se siguen reivindicando cuando no funcionan y otra las políticas horizontales que se derivan de ese diálogo social.
Lo cierto es que el modelo del 78 parece que es cuestionado por algunos sectores. ¿Qué le parece esta postura?. ¿Hasta donde debe llegar esa regeneración de la vida pública?
Nosotros somos partidarios de reformar la Constitución aunque haya jugado un papel importante, pero no tiene que pervivir cientos de años. Si ha durado 38 años está bien al servirnos en una época muy convulsa tras pasar de una dictadura a una democracia, pero ya ha llegado el tiempo de cambiarla y no solo para que se sientan a gusto todas las comunidades. Creemos que lo positivo sería llegar a un estado federal con una caja única en todo el territorio nacional en cuanto a pensiones, sanidad, educación y servicios sociales. Y que las prestaciones sean las mismas para los ciudadanos independientemente del lugar donde residan, fijando un suelo de gasto que las garantice. En cuanto a la regeneración política y sindical, la sociedad cada vez más demanda transparencia total y tiene que ser una práctica habitual en cualquier lugar donde se gestiona dinero público. Desde el principio hasta el final debe saberse en qué se emplean esos fondos.
Entre los jóvenes, la mitad no tiene trabajo. ¿Los da por perdidos como futuros afiliados?
En nuestra afiliación también hay una buena base joven, pero dada la situación sociolaboral actual y si no encuentran un primer empleo difícilmente se podrá captar a este sector de población. Es triste que este país invierta tanto dinero en formar magníficamente a los jóvenes y que al final se aprovechen países como Alemania, donde llegan personas muy cualificadas que se tienen que ir. El dinero que se pactó desde Europa para impulsar el empleo juvenil desgraciadamente no está dando los frutos que nos gustaría y la cruda realidad es que sigue habiendo mucho paro y que los jóvenes que encuentran trabajo la hacen en precario.
Ustedes afrontan también ahora unos procesos de cambio, con el nuevo secretario general en España: ¿qué debe mantener y cambiar en UGT parra seguir siendo útil a los trabajadores?
Yo creo que lo que hay que hacer es ser cada vez más cercanos y en ese sentido ya se aplican herramientas para empezar a cambiar con el modelo de ir a tres federaciones, que de esa forma van a ser muy potentes con capacidad económica y de recursos humanos para atender de forma adecuada las necesidades de los centros de trabajo, además de consultar mucho más a los delegados en los grandes temas. Cuando se firma un convenio sectorial el beneficio es para el conjunto de los trabajadores estén o no afiliados y ese es el mejor aval al negociar de forma universal como es nuestra pretensión. El desgaste lo sufren las organizaciones que negocian, tanto económico como humano, y no se beneficia solo a los afiliados si al conjunto de la sociedad. Si se reciben ayudas publicas que cubren una pequeña parte de los gastos sindicales es por que así lo contempla la ley, ya que negociamos para todos. Las cuotas se destinan a los necesidades de los afiliados que pagan más de once euros al mes y se destinan al 80 por ciento de los costes del sindicato, mientras el dinero público que llega es por los beneficios que la negociación sindical otorga a la sociedad en general.
La unidad de acción sindical es también otro de los valores del sindicalismo. ¿Se ha llegado donde se puede llegar o hay aún más posibilidades de estrechar lazos con CCOO?
Es incuestionable y un patrimonio de los trabajadores y no nos perdonarían a los grandes sindicatos que fuéramos por separado. No se hace nada en solitario en movilizaciones de calado y juntos siempre se sabrá mejor sobre lo que se tiene que hacer. La unidad sindical goza de muy buena salud en Castilla y León y tanto UGT como CCOO la practicamos en el día a día y con esto no quiere decir que no haya problemas puntuales en alguna empresa, pero al final la unión prevalece. Ir más allá no lo veo y tener un sindicato único no sería bueno, ya que es positivo que compitan dos fuerzas de clase en las elecciones. Tratar de sacar cada una el máximo número de delegados nos hace más fuertes. Sumando esfuerzos al final se obtiene ese 70 por ciento de la representatividad sindical actual en la Comunidad, pero si no hubiera dos sindicatos de clase sería muy improbable que uno solo tuviera más de un 40 por ciento.
¿Cómo han sido en su mandato las relaciones con la patronal Cecale en Castilla y León?
Es uno de los logros que podemos apuntar en este periodo ya que llevábamos casi once años sin alcanzar acuerdos con la patronal de forma bilateral. Ya se cumplen casi un par de años en los que se está restableciendo esa relación y hasta entonces era una anomalía en Castilla y León, ya que sí existían acuerdos tripartitos en el diálogo social entre sindicatos, patronal y administración pero no uno bipartito entre fuerzas sindicales y la representación empresarial. Afortunadamente eso se ha roto y desde que está al frente de Cecale Santiago Aparicio hemos sido capaces de alcanzar consensos positivos para los intereses de los trabajadores que nosotros representamos. Por ejemplo hemos dado respuestas cuando la reforma laboral cuestionaba la retroactividad de los convenios que desaparecían y quedaban sin vigor, buscando soluciones y extendiendo además la negociación colectiva a sitios donde no la había, además de haber alcanzado otros acuerdos en el Servicio de Relaciones Laborales (Serla).
En estos casi once años al frente de UGT en la Comunidad ha habido sectores estratégicos con problemas felizmente resueltos y otros con un mal diagnóstico. ¿Se puede ser más flexible en el caso de la automoción para mantener las inversiones?
Yo creo que se ha sido muy flexible en las secciones sindicales mayoritarias de empresas del sector de automoción como Renault, Nissan o Iveco, por poner ejemplos en esta Comunidad. Se ha estado siempre a la altura cuando hay un plan industrial serio y riguroso, llegando a acuerdos de viabilidad de presente y de futuro en estas factorías. Lo que creo que toca ahora es, después de una época tan difícil en el tiempo haciendo sacrificios laborales, que el periodo de bonanza en el sector y con buenas perspectivas de venta revierta en los trabajadores. No debe pedirse a los más débiles sacrificio tras sacrificio y las empresas tienen que recuperar algunos derechos perdidos y creo que seguramente van a existir acuerdos en esa línea y tengo una gran confianza en que se logren.
¿La minería está abocada al cierre?
En el tema de la minería yo no me resigno a que desaparezca aunque de hecho ya no haya casi mineros de interior. No se puede tener una mira tan cortoplacista cuando se trata de una riqueza que está bajo nuestros pies y que puede conseguir que no dependamos energéticamente del exterior. Hay que potenciar la explotación de carbón como un sector estratégico y que la Unión Europea entienda que precisa de ayudas compatibles para mantener y reactivar un poco de lo que se ha perdido, no valiendo el argumento de que contamina la atmósfera por que otras industrias y los coches también lo hacen. La experiencia de investigación Ponferrada para reducir las emisiones de C02 en la quema del mineral está ahí, se invirtió mucho dinero y si no se siguen apoyando esos estudios no se podrán poner en práctica. Acabar con las minas es dejar a la cuencas de la Comunidad sin alternativas industriales hoy por hoy viables y, si no se actúa con rapidez y se intenta generar riqueza se las condenará a una mayor despoblación de la que ya existe.
¿Cómo le gustaría que fuera la UGT de Castilla y León en la etapa que comienza?. ¿En qué deberá hacer énfasis su sucesor al frente del sindicato?
La diferencia que existe frente a un partido político es que aquí no hay un líder si no miles en todo el sindicato, que no son otros que todos los delegados que están en los centros de trabajo atendiendo los problemas que surgen. A parte de elegir una Ejecutiva lo más importante que se hace en un congreso es decidir cuáles son nuestras resoluciones para aprobarlas, que abarcan muchos campos y quienes salgan elegidos las tendrán que aplicar y ejecutar. Ellos deberán ahondar en asentar aún más UGT y pelear con lo que toque en cada momento. Otro punto es la democratización y ya se tiene un avance al bajar de un 25 a un 15 por ciento los avales para poder presentarse a una Ejecutiva, lo que facilita la participación y enriquece al sindicato. También en los temas de gran calado se va a consultar más, con la posibilidad de utilizar los sistemas informáticos, a nuestros delegados cuando se vaya a firmar un gran acuerdo.
Usted ha dicho que la presentación de tres candidaturas es un ejemplo de riqueza del sindicato, pero ¿le hubiera gustado una mayor integración?
Como he competido por la Secretaría General en Castilla y León yo no hago un drama de eso al existir una gran riqueza democrática en la organización. A veces desde la opinión pública se nos acusa de que si hay una sola candidatura se actúa 'a la búlgara' y que no se posibilita una mayor participación. Si se ha reducido el porcentaje de avales para que haya un mayor número de compañeros que puedan presentarse eso ya es un avance importante. Puede que me gustara una mayor integración pero si los aspirantes entienden que deben presentarse en solitario me parece perfecto. Los tres que han decidido dar el paso son compañeros con un bagaje sindical importante, conocen mucho la organización y seguramente lo harán bien. No se puede forzar que se integren en una candidatura ya que tiene que salir de ellos y, si no es así, no hay que dramatizar por que los traes actúan con una absoluta limpieza y se tienen el máximo respeto al no existir enemigos si no compañeros de todos. Salga quien salga no habrá división y se adoptarán las resoluciones lógicas del Congreso para fortalecer el sindicato, que a buen seguro se aprobarán con amplia mayoría para beneficiar al conjunto de los trabajadores.
¿Las listas presentadas responden a modelos distintos del sindicato en la Comunidad o más bien a matices personales?
Está claro que la nueva Ejecutiva que salga del congreso autonómico tendrá que solventar los problemas del día a día que vayan surgiendo. Afrontarlos y gestionarlos de una manera o de otra dependerá obviamente de quién esté al frente del sindicato. Está claro que cada uno de los tres candidatos tiene su propio modelo o concepción distinta, pero no en los grandes temas en los que coincidiremos todos por que vendrán dados de las resoluciones congresuales. Es evidente que existen visiones y modelos diferentes de gestión y de ahí la presentación de tres candidaturas.
Dele algún consejo a quien resulte elegido a la hora de gestionar esta variedad, usted que también se las tuvo que ver en situaciones parecidas......
Yo consejos de futuro creo que mejor no darlos al tratarse de tres personas con ideas basadas en su gran conocimiento de la organización en Castilla y León. Todo aquello que hagan estoy absolutamente convencido de que va a ir en la línea de que UGT salga fortalecida. Tal vez, lo único preciso es que hasta llegar a las urnas todo el proceso siga con la limpieza que está teniendo hasta el momento y que, deportivamente y como no puede ser de otra manera en una democracia, los candidatos acepten el resultado de lo que el voto da y quita. Yo gané un congreso regional por cuatro votos y eso, aunque no lo parezca, es un mundo y da una victoria o una derrota aunque sea por escaso margen. Los tres aspirantes a la Secretaría General son muy demócratas y muy ugetistas y van a acatar el resultado que salga de las urnas.
Después de tantos años como sindicalista, ¿cómo afronta su retorno al mundo laboral?
Puedo pasar ya en la práctica a la jubilación con 64 años después de que contar por fortuna con una larga cotización a la Seguridad Social al haber empezado muy pronto como empleado público. Por desgracia esto ya no será así para muchos trabajadores y con la nefasta reforma laboral y de pensiones que hizo el Partido Popular, muchos tendrán que esperar a los 67 años para jubilarse y los que lo hagan antes van a perder bastante dinero. Atrás va a quedar una larga etapa de plena dedicación sindical, donde no hay jornada laboral ya que se empieza el día muy prontito y nunca sabes la hora a la que vas a acabar o si habrá actividad el fin de semana dependiendo de los problemas que surjan en cada momento. El cargo requiere de mucha dedicación, esfuerzo y tiempo pero nadie nos obliga a ello y en mi caso lo he ejercido muy a gusto. Ahora me jubilo pero no del sindicato, ya que seguiré siendo ugetista toda la vida y ayudaré y aportaré lo que pueda al sindicato como militante desde la jubilación al igual que lo haría cualquier otro en mi situación.