El acusado de lanzar un ‘cóctel McGyver’ no declara, pero varios testigos le señalan como culpable

El acusado de lanzar un 'cóctel McGyver' durante el juicio celebrado en la Audiencia Provincial de León.

Alba Mañanes

El juicio contra el acusado de lanzar un cóctel conocido como 'Molotov' o 'McGyver' al patio del albergue municipal de peregrinos de Villafranca del Bierzo y provocar una gran explosión, pero ningún herido, se ha celebrado este martes en la Audiencia Provincial de León.

El acusado, que en un primer momento ha dicho que desconocía de que se le acusaba, ha manifestado ante el Tribunal que se negaba a “contestar a tonterías” en referencia al interrogatorio. Así, se ha mostrado inquieto durante toda la vista, incluso se le ha visto apuntar notas en un pequeño trozo de papel.

Además, en su turno de última palabra, ha considerado que se trata todo de “un montaje”. Al hacer uso de la última palabra a la que tiene derecho el acusado, después de haberse negado a declarar previamente, C.G.C., aseguró ante el Tribunal: “Esto es un montaje, según veo yo”. Según sus declaraciones, se encontraba haciendo el Camino de Santiago y ante la acumulación de nieve tuvo que “quedarse parado”, y aseguró no haber salido del albergue “por las malas condiciones atmosféricas”.

Por su parte, su defensa ha alegado que su patrocinado ha sufrido indefensión por carecer de asistencia letrada en el transcurso de la instrucción del caso. Algo que ha sido rebatido y negado por parte del Ministerio Fiscal y del propio juez.

Los testigos le señalan como culpable

También han prestado declaración varios testigos, presentes en el momento de los hechos, que han señalado al acusado como culpable de los hechos.

Uno de ellos, voluntario en el albergue en el que ocurrieron los hechos, ha relatado que le vio llegar con una bolsa, que presumiblemente llevaba el explosivo, y que aunque no vio el momento de la detonación, también vio al procesado abandonar corriendo el lugar momentos después de la explosión. Un hombre que ha prestado declaración a través de videoconferencia desde Almería y que ha precisado reconocer al procesado en la propia sala de vistas como el hombre que vio en el albergue segundos antes y después del altercado.

Otro de los testigos, también voluntario en el albergue de Villafranca del Bierzo, y que en este caso ha sido interrogado en la propia sala de vistas, también ha insistido que aunque no vio cómo el acusado lanzaba el explosivo, creía que se trataba del culpable.

Además, ha explicado que en el propio patio del albergue, donde se produjo la detonación, se encontró un ticket que recogía donde el procesado había comprado el ácido para elaborar el explosivo. Algo que, añadió a preguntas del Ministerio Fiscal, también habían corroborado los responsables del establecimiento.

Ambos testigos coincidieron en que la estancia previa del acusado en el albergue había sido “muy problemática” y que tenía roces con el resto de huéspedes ya que no respetaba las normas y era el protagonista de muchos altercados. Razones por las que decidieron pedirle que abandonara las instalaciones.

Del mismo modo, los dos voluntarios del albergue han relatado en la Audiencia Provincial de León que cuando fue expulsado amenazó con “quemar todo aquello”. “Se fue de manera amenazante, dijo que no íbamos a entera de quien era él, pero no lo tomamos en serio”, relató uno de ellos.

Relato de hechos

Los hechos, según el auto previo del Ministerio Fiscal, se remontan al 15 de febrero de 2016 cuando el procesado encontraba cerca del albergue y “con la intención de alterar la normalidad de la convivencia y el uso pacífico de los derechos de los que estaban allí alojados” se acercó por la parte trasera del edificio y arrojó una botella de plástico que contenía una mezcla de acido clorhídrico (salfumán) y papel de aluminio, conocido como 'cóctel McGyver' hacia el patio interior del albergue, donde se encontraba una peregrina de nacionalidad francesa.

El artefacto al chocar contra el suelo provocó una explosión y posterior humareda por la inflamación del hidrógeno generado, si bien no llegó a alcanzar a nadie ni produjo daños materiales, sí ocasionó un gran caos.

Los hechos, según la Fiscalía, son constitutivos de un delito de tenencia de explosivos por el que solicita para el procesado una pena de seis años de prisión y de otro de desórdenes públicos por el que reclama una condena de seis meses de cárcel.

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