El enrevesado lío de los numerales de los reyes de León, de Castilla (y de España)
“Alfonso IX no es el noveno de León, sino es Alfonso VIII de León. Quien no es Alfonso VIII es el de Castilla, que en todo caso será el I de ese reino”. Así definen algunos que buscan divulgar historia la confusión provocada por la numeración actual de los reyes de España, intentando aclarar un evidente error que se comete al nombrar al hijo de Fernando II de León como el noveno, al poner a un rey castellano un numeral anterior cuando los dos reinos estaban separados.
Esta frase contiene algo de verdad, pero no para el rey leonés, que, depende de cómo se mire, sí era el noveno o quizás, depende, era el décimo. ¿Cómo que el décimo? Sí, porque algunos cuentan reyes dejado de lado al menos dos antes de nuestro Alfonso el de las primeras Cortes Estamentales de la Historia (que en León llamamos Cuna del Parlamentarismo, porque aquí se adelantaron al Renacimiento), esos dos anteriores, como se explica más adelante.
El que está claro que nunca pudo ser el octavo fue el rey castellano, pero la defensa de Alfonso VIII de León es más que discutible porque se olvidan de, al menos, un rey leonés anterior sin numerar: Alfonso Froilaz (925-926). Muchos de estos divulgadores tienen cierta razón, pero les puede más el corazón morido de amor por León que el rigor. Si consideran a Juan I (1296-1300) como el último rey legionense (aunque los castellanos lo llamaran el Usurpador) porque se coronó en León... Alfonso Froilaz también fue monarca coronado y debe contar.
El lío de los numerales en el reino de León es tremendo. Y más cuando el primer rey alfonso leonés comienza con el numeral cuarto porque mucha gente no sabe que el Reino de los Astures (que no de Asturias ya que jamás se dijo así en aquellos tiempos, sino asturorum regnum) es el mismo que el Legionense y tuvo tres reyes con ese nombre: Alfonso I (739-757), Alfonso II (791-842) y Alfonso III (866-910). Este último, que llamaron el Magno, fue el que recuperó León como ciudad funcional en el reino astur y algunos lo consideran incluso como el primer rey de León, ya que residió largas temporadas entre sus fuertes murallas y aquí tenía su Consejo de Gobierno y Tribunal de Justicia.
Volvamos al lío. Si añadimos que tras Alfonso Froilaz, en esa primera guerra civil leonesa también hay otro rey que no cuenta, Sancho Ordóñez, pues más confusión (que vendrá después). Pero la cuestión aquí es que si se numera al hijo del rey Fruela II (924-925), sería Alfonso IV, lo que haría que Alfonso, el de 1188, sí fuera el noveno (o el décimo, como veremos luego). Rey coronado como Juan I cuenta, por tanto Froilaz es monarca y es el cuarto tras los tres alfonsos con Corte en Oviedo.
“El asunto es que en esa época hay tres bailes de reyes y hasta las propias crónicas musulmanas se lían; y algunas cristianas también. Y se desmadeja todo pues ya muy entrado el siglo XX con esos reyes que nunca se consideraron así y cuando se descurieron y certificado estudiando a conciencia”, anota Ricardo Chao, autor de Historia de los Reyes de León.
Pero claro, el problema ahí estaría en que Alfonso IV el Monje (926-931) sería el quinto, Alfonso V (999-1028) que conocemos como el de los Buenos Fueros sería Alfonso VI.
Y claro, entonces Alfonso VI (1065-1109) –el hermano de Sancho, el primer rey de Castilla el que murió en el asedio de Zamora a manos de Vellido Dolfos, el héroe leonés que recuperó el trono leonés para Alfonso sin que el Cid, noble de alta alcurnia leonesa, pudiera evitarlo– sería Alfonso VII.
Y Alfonso VII el Emperador de León sobre toda España –Imperator Legionensis Totus Hispaniae, se intituló coronándose en León por lo que llamarle de Castilla como se hace erróneamente sería como un insulto para él porque si pensara que fuera castellano lo habría hecho en Burgos titulándose Imperator Castellae– sería el octavo; o el noveno si su padrastro Alfonso el Batallador se considerara rey de León al estar casado con Urraca (como lo fue Fernando I, marido de la reina heredera Sancha).
Un cisco de cuidado, y anatema para los divulgadores leonesistas que se pudiera confundir Alfonso el de los Decreta de 1188 con el Alfonso VIII de Castilla, ya que fue contra el que se legislaron para financiar una guerra que permitiera defenderse del ataque del Alfonso castellano a León.
¿Ven cómo es un monumental lío?
Ricardo Chao, lo advierte en su libro cuando llega al momento de la primera guerra civil leonesa (925-926) cuando en ese breve tiempo hubo tres reyes. “Tanto Alfonso Froilaz como Sancho Ordóñez (926) figuran en la Nomina regum catolicorum legionensium (o Nómina leonesa, con lo que deberían ser considerados reyes de León. Sin embargo, esos nombres no aparecen en crónicas posteriores, y cuando Alfonso X el Sabio numera en el siglo XIII a todos los reyes previos, no los incluye en sus listas, aunque deberían haber sido Alfonso IV y Sancho I, respectivamente, por muy breves que fueran sus reinados”.
El problema con Alfonso Froilaz “es que fue un rey que se descubrió hace poco, en los años cincuenta en una investigación seria, y no se le había considerado como tal”, indica Ricardo Chao. “Pero por eso quedó sin numerar, porque sino habría que cambiarlo todo”, reconoce.
La medievalista y profesora de la Universidad de León Margarita Torres-Sevilla también es de esa opinión: “Si dicen que Juan I fue rey de León por haber sido coronado, con la misma razón debería ser Alfonso IV el hijo de Fruela porque también lo fue”, confirma. “Pero eso es un lío porque entonces el alfonso al que llamamos cuarto hoy, el que ganó el trono a Froilaz y Sáncho Ordóñez, sería el quinto; y claro, Alfonso V es el de los Fueros de León de 1017, y sería el sexto; por no decir que el archifamoso Alfonso VI sería el sèptimo y el Emperador... Alfonso octavo, que se confundiría con el castellano; un lío muy importante con el que no quieren meterse pese a que digan que Alfonso IX es el octavo, que no lo es no sólo por Froilaz sino por Alfonso I de Aragón el Batallador”.
Por que esa es otra. ¿Qué pasa con el marido aragonés de Urraca de León (1109-1126)? Si su abuelo Fernando I (1037-1065) fue rey de León, aunque su abuela Sancha fuera la reina heredera y él sólo conde de Castilla (y nunca rey castellano, porque jamás se intituló así). ¿Por qué no considerar que el Alfonso noveno de León fue él?
“También fue rey de León, nos guste o no –reconoce Chao–, y entonces hubo veces que se le ponía el numeral”. Vamos, que Alfonso IX no fue octavo, y sólo por tirria al ex marido de su abuela podría decirse que fue realmente el noveno. En realidad sería el décimo.
'Alfonso X el Sabio': el que comenzó a liarla parda
Fue Alfonso X el Sabio (según la cuenta oficial actual) el que se empeñó en poner los numerales a los reyes anteriores a él. Y como tenía aspiraciones de ser el Emperador SacroGermánico por la línea de sangre de su madre Beatriz de Suabia, necesitaba imperiosamente dejar claro que por parte de su padre Fernando III tenía el solio imperial legionense. Por lo que los reyes de León eran muy importantes para él y sus pretensión imperial germánica.
De hecho sí veía al aragonés, aún terminando separándose de Urraca, como monarca legítimo leonés y, ojo, hasta él mismo se consideraba el onceno, no el décimo. ¿Queríamos confusión? Dos tazas (o tres, más las que vienen).
Sin embargo, los monarcas no se habían numerado a si mismos jamás hasta entonces. “De hecho los medievales no sabían que vivían en la Edad Media, es todo una convención que usamos ahora para poder organizar la Historia”, como bien indica el profesor de Historia del Arte de la Universidad de León César García Álvarez. Esto hay que tenerlo en cuenta: lo de numerarlo todo en listas es manía moderna.
“Hay libros de Alfonso X el Sabio (1252-284) donde habla de Alfonso IX de León como Alfonso el décimo, y a sí mismo como Alfonso el onceno. Pero queda la duda porque no lo ponía en el cuerpo de las crónicas, sino en los titulillos de cada rey. Y son numerales que a nosotros nos resultan rarísimos. Si consultas una edición facsímil de Menéndez Pidal o alguna del siglo XVI que también están disponibles en Internet uno se pregunta de qué me están hablando. Tenían un cacao impresionante. Alfonso X el Sabio sí contaba a Alfonso el Batallador como rey de León”, comenta Chao.
Vamos, que la lió parda el que llaman el Sabio, pero que (spoiler) terminó arruinando las coronas leonesa y castellana sin conseguir ser el Emperador Germánico y enfrentado a su hijo mayor Sancho IV (bueno, eso depende como se verá más adelante) en una guerra civil absurda y devastadora. Culturalmente es admiradísimo, pero políticamente fue un rey que dejó mucho peor a sus reinos que cuando empezó a gobernar y que terminó con serios problemas de salud mental y física.
El jaleo con los numerales en Castilla
Y esto se traslada también a los numerales de los reyes de Castilla. Porque la cuestión de Sancho Ordóñez, que viene de aquella primera guerra civil leonesa con Alfonso Froilaz, también tiene tela. En primer lugar el rey leonés Sancho I el Craso (que quiere decir 'gordo') realmente sería el II, y el que llaman Sancho II (el I de Castilla entre 1065 y 172, el que murió en Zamora tras arrebatar el reino leonés a Alfonso VI), sería el III de León.
“Si nos ponemos pejigueros Sancho Ordóñez también es rey. Sancho de Castilla, que ya no sería segundo sino tercero, fue rey de León aunque fuera poco tiempo y como anécdota no le coronara el obispo de León”, desvela Ricardo Chao.
“Se deduce que se coronó el mismo como Napoleón. Por lo visto no hubo ningún noble leonés ni quiso el obispo, pero durante unos meses fue rey de León también. Pero también es Sancho I de Castilla, un reino al que no le dio tiempo a generar instituciones propias por que en realidad él quería ser rey de León”, estima el profesor de Historia.
Entonces el que sería el segundo rey independiente de Castilla ochenta años después del primero, que hoy llamamos Sancho III (1157-1158) no debería tener ese numeral, puesto que sería Sancho II de Castilla al estar los reinos separados tras la muerte del emperador y con Fernando II (1157-1188), su hermano, como rey legionense.
Y esto con permiso de Sancho Garcés III de Navarra (1004-1035), el padre de Fernando I de León y abuelo del Sancho primer monarca castellano, que en algún momento dicen que se intituló como rey de Castilla y también rey de León. “Sancho Garcés se intituló a sí mismo rey de Castilla y se nombraba a sí mismo de León y de Astorga. Pero también estaba Vermudo III (1028-1037), quizás como rey de Galicia. Ese es uno de los misterios por resolver porque no se sabe qué pasó ahí, si fue un acuerdo de tutoría, si fue algo cordial, si fue una guerra de la que no hay noticia. Ni se sabe. Con Fernando I está claro, en ningún momento se declaró rey castellano, siempre en los documentos se intitula como conde y reconociendo a Vermudo como su legítimo monarca. Sancho Garcés lo que posiblemente esté haciendo es propaganda, porque le hacía tilín usar el título imperial de León”, manifiesta Ricardo Chao.
Pero no lo fue. “Autores como Germán de Iruña sostuvieron en 1935 la discutida interpretación de que en 1034, tras la toma de León, se hizo proclamar Imperator totius Hispaniae, sobre la base de una moneda con la inscripción 'Imperator' acuñada en Nájera y atribuida a este monarca. Dicha moneda actualmente está considerada posterior a Sancho el Mayor y las afirmaciones que sostenían que se intituló Imperator carecen de fundamento”, según se cuenta en este artículo de Armando Besga Marroquín.
Propaganda, vaya; así que no se cuenta y no da problemas (y si lo quiere contar el lector por ponerse navarrico, sume uno a los sanchos y arreglado, pero la estará liando más aún a sabiendas).
Alfonso VIII: ¿I o III de Castilla?
¿Y el que llaman Alfonso VIII el de las Navas de Tolosa? Pues aquí sí que hay que dar la razón a quien protesta porque le intitulen como el octavo. No lo es ni de coña. Hijo del anterior, reinó de 1158 a 1214. Y el Alfonso IX de las primeras Cortes estamentales desde 1188, pero no eran reyes del mismo territorio.
Por tanto, hay un fallo claro y evidente ahí. Si no era rey de León... ¿Cómo es posible que lo pongan como octavo? “Se puede decir que todos los reyes leoneses fueron de Castilla”, explica Chao, pero recuerda que “en realidad sería el primero independiente de Castilla”.
Por no hablar del problema que da la concepción del Reino de Castilla una vez muere Sancho en 1072 en Zamora. ¿Sigue siendo reino? Si es así pues Alfonso VI sería II de Castilla y Alfonso VII el III. Pero hay dudas, muchos de esos divulgadores por corazón y no por razón defienden que Alfonso VIII sería en realidad I de Castilla. Sin embargo, es difícil defender que fuera el III de ese territorio separado de León.
La cuestión es que a su hermano Alfonso le resultó poco amigable declarar en sus diplomas que es rey de Castilla tras su muerte en 1065 en Zamora y recuperar el trono leonés, el de prestigio que le correspondió en herencia. En la inmensísima mayoría lo hace como Regnante in Legio. De hecho hay historiadores como Margarita Torres-Sevilla que consideran que “como poco Castilla pasa a ser un reino similar al de Galicia, completamente supeditado a León, que es reino sólo por protocolo pero que consideraban en la práctica como un condado de nuevo”.
A esto se suma que el historiador del Derecho Emiliano González Díez afirma que en realidad en los siete primeros años de Castilla como reino –que nace en 1065 a la muerte de Fernando I que jamás se intituló como rey de Castilla como también reconoce Julio Valdeón– “no llegó a producirse una independencia efectiva de León, puesto que no cambiaron sus leyes ni se efectuó ningún hecho administrativo que lo diferenciara”. De hecho la propia intención enfermiza de Sancho de reunir todo el territorio sobre el que gobernó su padre sobre la corona leonesa, la molona, apunta a esta circunstancia de la nula importancia de Castilla desde 1065 a 1072, y posteriormente. “La independencia de Castilla no se da como condado con Fernán González, es un mito; ni cuando se crea como reino. Se da en realidad tras la muerte del Emperador Alfonso, en 1157; esa es la verdadera independencia de Castilla del Reino de León”, asegura en esta conferencia en la UNED.
Así que el problema de los numerales de los reyes de Castilla también es gordo. ¿Es Alfonso VIII el primero o el tercero de Castilla? Pues depende de si Alfonso VI y Alfonso VII se consideran reyes castellanos tanto como lo fueron gallegos. “Cuando hablo yo de Alfonso VIII y Alfonso IX lo suelo arreglar con Alfonso de Castilla y Alfonso de León, que es lo que dice Lucas de Tuy por ejemplo”, apunta como solución Ricardo Chao.
¿Entonces Alfonso X el Sabio... es el onceno o duodécimo?
Ojo, entonces... ¿Si metemos a Alfonso el de las Navas en la cuenta, Alfonso X debería ser en realidad Alfonso XII aunque él se llamara el onceno? (Y el II o el IV de Castilla) En realidad sería el duodécimo pero por Alfonso Froilaz, que no lo contó porque no lo conocía.
Pero para después de Alfonso X el Sabio –hijo de Fernando III, el que asumió las dos coronas, la leonesa y la castellana en su propia cabeza; por eso el pendón cuartelado en que las dos son igual de importantes y por lo que se debe de decir Corona de Castilla y de León como manda la lectura heráldica del pendón, sin acortar por vagancia como se hace con el manido 'Corona de Castilla' imperante en la historiografía actual muy castellanizada–, su hijo Sancho IV el Bravo (1284-1295) sería el III de Castilla; pero esta vez sí, el cuarto de los sanchos de León, cosa que no afecta a los numerales de los reyes de España porque ninguno se ha vuelto a llamar así.
El megajaleo: los numerales de los Reyes de España
Pero la cosa no acaba aquí. El problema es que la historiografía española, muy castellanizada –tanto que hasta oculta los tres siglos del Reino de León, “al que menosprecia constante e injustamentemente” como critica César García Álvarez–, se basa en la supuesta primacía de Castilla para intitular a los reyes españoles, –ignorando de forma bastante hipócrita que pone el numeral octavo al Alfonso de las Navas con la cuenta oficial del Regnum Legionensis porque lo necesita para darle prestigio– olvidando que hay más alfonsos en Aragón, y también fernandos.
“Eso de las intitulaciones es un terreno bastante resbaladizo, porque la los reyes medievales tampoco es la visión que tenemos hoy en día de ellos: no es que consideraran reyes de naciones ni casi de territorios, eran reyes de terrenos. Un concepto territorial, pero no identitario. Ellos no usaban números. El primero fue Alfonso X el Sabio y numeró de una manera que hasta hoy es confusa”, reconoce Ricardo Chao.
El primer problema que tiene la numeración actual es que tardó mucho en asentarse. Porque dudaban. De hecho hubo hasta cinco numeraciones distintas propuestas desde el siglo XVI hasta el XIX, cuando se deja la que está vigente ahora. El segundo: qué hacemos con los Fernandos VI y VIII y con los Alfonso XII y XIII.
El primer asuntín que hay que decir es que la numeración actual se hace un poco al gusto castellano. ¿Qué hace con Fernando el Católico, que en realidad era Fernando II de Aragón? Pues lo nombra Fernando V, ya que hubo antes un Fernando IV de Castilla y de León. Asi, cuando llega el segundo hijo de Felipe V a la corona en 1746 (sí, tuvo un hermano Luis I que duró muy pocos meses), lo intitulan Fernando VI. Y al felón, Fernando VII. Pero claro, en realidad son el séptimo y el octavo sumando a Fernando I de Aragón, que fue entre 1406 y 1416 regente del Reino de Castilla nada menos.
Más alfonsos que faltan
Respecto a los alfonsos. El megajaleo: hay cuatro más que bailan. Los tres primeros, Froilaz, Alfonso I el Batallador, y Alfonso de la Cerda, el que llamaron el Desheredado, que recibió el Reino de León como herencia de Alfonso el Sabio pero se lo quitó su tío Sancho, aunque luego se coronó como rey de Castilla a la vez que Juan I de León en la minoría de edad de Alfonso XI (1312-1359), que, por tanto, es el decimocuarto alfonso de las dos coronas leonesa y castellana (o más bien de León y V de Castilla).
Y otro Alfonso más entra en la ecuación, recuerda Margarita Torres: “Alfonso de Trastámara coronado en la Farsa de Ávila para fastidiar a su medio hermano Enrique IV e impedir que fuera reina su hermana Isabel la Católica”. Rey coronado en 1465, al que la propia Real Academia de la Historia titula su entrada en su Diccionario Biográfico Español como Alfonso XII de Trastámara, dándole pábulo de príncipe-rey. Este sería entonces el decimoquinto de la corona doble... y sexto (o séptimo) de Castilla... y último, ya que a partir de aquí vienen los reyes de España.
[Nota: no sé si se habrán dado cuenta que no se está contando a Alfonso el Batallador como rey de Castilla, pero si lo fue de León y consideramos numerales para su hijastro Alfonso VII al aragonés habría que considerarle segundo rey castellano; y habría que sumarle un número más al emperador (tercero) y a los siguientes mencionados (cuarto sería el de las Navas, por ejemplo). Por tanto, tampoco es tan mala idea empezar con Alfonso el de las Navas de Tolosa como el primero con numeral castellano; por hacer más fácil la cuenta]
¿Alfonso XIII... o Alfonso XXI?
Así que vaya, tenemos gran mejunje. Y eso que no hubo más alfonsos hasta el siglo XIX, con la vuelta de los borbones con Alfonso XII (1875-1885) tras la Revolución Gloriosa de 1868 que había echado a su madre Isabel II (y el reino interín de Amadeo I de Saboya). Aquí vemos que sería el decimosexto con ese nombre.
Su hijo, Alfonso XIII, –que ni siquiera había nacido cuando murió su padre y comenzó a reinar de forma efectiva con su mayoría de edad adelantada en 1902, terminando exiliándose de España un 14 de abril de 1936 provocando la llegada de la Segunda República– debería ser, con esta cuenta el decimoséptimo.
Pero... ¡Ay! ¿Y los alfonsos aragoneses no cuentan? Ya hemos dicho que la historiografía española era muy castellanista... y se olvida de cuatro con este nombre entre los monarcas de la Corona de Aragón sin contar al Batallador (que ya lo hemos sumado). Así que en puridad debería ser el vigésimo primero. Alfonso XXI, vaya. ¿Ven como es un megajaleo?
Entran en liza los tres Felipes de Navarra y el actual sería... el IX
Con los Austrias también tenemos problemas si contamos los tres monarcas que hubo en el Reino de Navarra con nombre Felipe. Y además, el lío es monumental porque no podemos decir que Felipe el Hermoso (1504-1506) no fuera el primer Felipe de Castilla, que lo fue incluso después de los tres reyes pamploneses.
Esto provoca que Felipe II fuera el quinto de ese nombre, Felipe III el sexto y Felipe IV el séptimo. Con lo cual Felipe V, el primer borbón, rey de 1700-1746 con la breve interrupción (comprendida entre el 16 de enero y el 5 de septiembre de 1724) por causa de la abdicación a favor de su hijo Luis I (el hermano de Fernando VI, pero como dijimos antes séptimo con ese nombre), debería ser el octavo.
[Nota: mejor no contar los Felipes borbones de Francia porque ya sería la rebomba, ya que Felipe V debería haber sido rey francés, pero no le dejaron las potencias europeas tras la Guerra de Sucesión Española, aunque lo intentó porque Luis XIV lo nombró su heredero; se lo dejo calcular al lector sumando los felipes franceses que pueden ver en este enlace]
Con lo cual, con todo lo visto el actual Felipe VI desde 2014 debería ser en puridad Felipe IX, por ser el noveno con ese nombre. Desde luego, para volverse tarumba.
Lo mejor, quedarse como está ahora mismo
Como se ve, la que se mangó al comprobarse en el siglo XX que Alfonso Froilaz sí fue rey. Pero es que así funciona el estudio de la Historia. Mucha gente protesta porque “se la cambian”, pero no se dan cuenta que cuanto más dinero se pone para estudiar más cosas se encuentran y se desmienten viejos mitos. Es curioso que cuando se descubre algo nuevo en Física (que nadie entiende) se admire, pero cuando llega un descubrimiento de un documento histórico que desmiente los cuentos de la historiografía romántica del siglo XIX, que se usaba para la política, la gente proteste y piense que la Historia es mejor cuanto más antigua sea su interpretación. Pasa lo mismo que con las leyes en la Edad Media, que se pensaban que eran mejores cuando más antiguas; lo cual a día de hoy se ve que no es para nada así.
¿Alguna solución? Margarita Torres-Sevilla, la académica, sí que piensa “que se debe reformar la numeración de los reyes medievales, dejando claro cuáles son de cada reino”.
Sin embargo, no todos piensan así: “Ha habido varias numeraciones a lo largo del XVIII y el XIX. Empiezas a jugar con los números y es un no parar. Es mejor no meneallo”, apunta Ricardo Chao.
Y es que entre los historiadores se estudian muchas cosas por convenio, por acuerdo común, porque es todo muy interpretable. Es cierto que la correlación de ordinales está mal en el Reino de León (y por tanto en el Reino de Castilla), pero sería un largo y complicadísimo debate tener que cambiar lo que hasta ahora conocemos. Y mientras eso no se produzca, por injusto o erróneo que sea, lo mejor es seguir el número oficial que tenemos hasta hoy. Eso sí, teniendo siempre presente a Alfonso Froilaz y Sancho Ordóñez, los reyes olvidados. Esta infografía de Dativo Rodríguez de aquí abajo marca toda la genealogía de los monarcas del Regnum Legionensis.
Y casi que será la única forma de enterarse qué rey era quién (y quiénes eran sus familiares) después de tanto numeral fuera de lugar. Aprovechen y naveguen por ella. Es apasionante.
__Addenda: Por último, también podría liarse parda si sumáramos los seis alfonsos en los __
Addenda:monarcas de Portugalporque ya basta de líos aunque Alfonso Froilaz llegara a ser rey del condado de Portucale