La cooperativa de Cantabria que se queda con LAR mantendrá el empleo, la marca y la leche en las estanterías

Leche Lar en los estantes de un supermercado de León.

Carlos J. Domínguez

'La buena leche leonesa' seguirá. La grave crisis que atenaza desde hace meses a la Cooperativa Lechera LAR de León, y que acabó con su quiebra y la entrada de la incertidumbre de un concurso de acreedores, poniendo en riesgo una marca muy consolidada y 15 empleos directos, ha llegado a un punto de luz al final del túnel.

Lo ha hecho de la mano de la potente cooperativa Agrocantabria (AGC), de la comunidad vecina, que ha cerrado un acuerdo por el valor final de 2,1 millones de euros a punto de materializarse en la fase judicial. Y lo que es mejor, sus responsables tienen claro que se mantendrá todo como hasta antes de la crisis.

Y cuando dicen “todo” es “todo”, empezando por la supervivencia de la marca, Leche LAR, que seguirá siendo posible encontrarse con este nombre en los lineales de los supermercados y en el café con leche de los bares de la provincia, y con producto recogido de las vacas leonesas. Eso a pesar de que Agrocantabria no disponía hasta ahora de marca láctea propia.

Así lo confirma a ILEÓN el director general, Jacobo Alonso, quien también asegura el mantenimiento del empleo actual de la cooperativa leonesa. Eran 15 puestos, de los cuales “se amortizarán apenas dos, el de un mozo de almacés y un repartidor”, por innecesarios como tal puesto, pero con la garantía de que a final de año la cifra será de “hasta 16” empleos, de manera que “la parte salarial será incluso más alta que la actual”. Para ese horizonte de fin de 2025 incluso prevén haber adquirido el cien por cien de la deuda de los agricultores y ganaderos: “Todos cobrarán sus productos”, asegura el portavoz.

Se trata de un plan de negocio en el que “se mantendrá todo igual en Veguellina” de Órbigo, donde seguirá estando la sede de la marca y sus instalaciones, desde una gasolinera que pronto retomará su actividad a la tienda de la cooperativa.

Allí reside, como infraestructura, también uno de los valores principales del acuerdo: el secadero de maíz, una apuesta económica que contribuyó a los problemas financieros de la cooperativa leonesa tras más de medio siglo de vida, pero que ha resultado ser muy importante para el desembarco final de Agrocantabria. “Somos grandes consumidores de maíz y nos resulta una gran oportunidad” disponer de su propia infraestructura, manteniendo el espíritu de cooperativa para su propio suministro y sin depender tanto de las multinacionales del sector. No en vano, remarca Alonso, la adquisición de LAR será una integración más para reforzar su estructura cooperativa, que en Cantabria, recuerda, “ya nació de la fusión de siete cooperativas pequeñas que nos hemos ido así reforzando para mantener un servicio de proximidad”. Ese será el espíritu en LAR ahora en sus manos.

El plan incluye “reforzar la parte comercial” y en el caso de la leche tratar de recuperar también toda la estructura de recogida a los ganaderos de la provincia previa a la grave crisis surgida, empezando pronto, “en cuanto podamos” y a lo largo de los próximos meses.

Todavía debe decidirse si eso incluye o no el pequeño volúmen de producto que aportaba la recogida en las últimas explotaciones de vacuno de leche de la Montaña leonesa, en comarcas como Babia y Omaña, y que se quedaron colgadas tras la quiebra de LAR, forzando a la Junta de Castilla y León a forzar un arreglo con la empresa Lácteas San Vicente de Navatejera, el cual se mantiene a día de hoy.

Asaja, entre aplausos y críticas con retrovisor

El cierre formal de la adquisición es cuestión de días, en cuanto se dicte el auto del proceso concursal necesario, pero mientras la nueva compañía cántabra ha aprovechado para “reunirnos con todos”, desde la parte judicial al Consejo Rector de la cooperativa leonesa o los sindicatos.

Hoy mismo, una de las organizaciones profesionales agrarias, Asaja, saludaba este acuerdo en términos muy positivos, por “la solvencia del comprador, la profesionalidad y conocimiento de la realidad de la provincia por parte del director general, Jacobo Alonso Santos, y el hecho de que en la oferta se contemplara hacerse cargo de la totalidad de la deuda con agricultores y ganaderos”.

Sin embargo, el sindicato no quiso dejar pasar la oportunidad para censurar cómo se llegó a esta situación en una cooperativa tan relevante para la provincia, valorando que la quiebra de LAR es “uno de los aspectos más bochornosos que ha vivido el sector agrario provincial en los últimos años”: “No hay disculpa posible más allá de la negligente gestión del gerente, la falta de rigor de los informes de auditoría, el escaso control de los órganos de dirección de la cooperativa y la imprudencia de las entidades bancarias aprobando financiaciones y refinanciaciones temerarias”.

Antes del actual 'pacto' con la firma cántabra, el concurso de acreedores había nacido ya unido a la oferta de un despacho de abogados, Paradela 423 Gestión de Activos, por un valor de 2,6 millones de euros por toda la unidad productiva, es decir, el negocio y las marcas pero sin la mayor parte de las deudas que seguirían debiéndose a la banca por la sociedad cooperativa, y un compromiso de mantenimiento de la actividad de tres años, la cual no fraguó en tales términos.

Ahora, Agrocantabria (AGC) toma las riendas de la nueva época de LAR, casi 60 años después de su nacimiento, en la esperanza de recuperar la fuerza y el restigio de una marca leonesa agroalimentaria de calidad.

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