Sosas de Laciana: el lugar donde las Cuatro Estaciones no se escuchan, solo se contemplan
Quedar citado una soleada mañana de este final de primavera con el pedáneo de Sosas de Laciana, Gustavo Sabugo Otero, para hablar de como discurre la vida en el pueblo, unos días antes de una de sus fiestas, las de San Juan, es en una grata experiencia de humanidad, buen hacer y disfrute de la belleza maravillosa del entorno natural de esta pequeña localidad de la montaña leonesa.
En la comarca de Laciana, los habitantes de cada uno de los catorce pueblos que la integran gozan de unos gentilicios peculiares, que nada tienen que ver con el nombre de su localidad. A los de Sosas, se les conoce como 'bardines'. Un nombre que entre los lacianiegos se asocia a tozudos y brutos.
Algo de tozudos y tercos si tienen, o tenían, pues dicen que este nombre proviene de su pertinaz obsesión por mantener tiempos atrás su negativa a introducir nuevas razas de ganado vacuno en el pueblo. Aferrándose a la conocida como vaca 'bardina', una raza autóctona de pequeño tamaño, dura, adaptada al territorio y buena para el trabajo en el campo.
Gustavo, sobradamente conocido en toda la comarca, suma su imagen al tópico de los habitantes del pueblo. Es un hombre grande, próximo al metro noventa de estatura y con una distancia entre hombros que dobla a la de la media nacional. Cuando hablas con él, resaltan sus expresivas manos moldeadas y agrandadas por el trabajo, y para más inri el comenta entre risas, “yo lo de los ordenadores lo llevo muy mal, aun no se si van con diesel o gasolina”.
Toda esa inmensa corpulencia que despliega su apariencia física se transforma en la conversación en afabilidad, cuando te va explicando lo que hacen y pretenden conseguir con la acción continuada de sus trabajos, con el lema “facer pueblo” (hacer pueblo). “Si nosotros no luchamos por lo nuestro nadie va a venir a hacerlo, casi todo lo que hay hecho en el pueblo lo hicieron los vecinos desde siempre”.
De esta forma sencilla explica los ingentes trabajos que la Junta Vecinal está llevando a cabo desde hace ya varios años, con la inestimable y necesaria colaboración y aporte del trabajo personal de casi todo el vecindario. Incluso poniendo los vecinos sus medios materiales propios, herramientas, hormigoneras, tractores, desbrozadoras, radiales, taladros, motosierras, soldadoras, brocas e incluso lijas. Para poder abaratar costes y asumir los objetivos. Porque las ayudas o subvenciones son raras y raquíticas cuando llegan.
Han ensanchado, en muchas partes más de un metro, el trazado completo de los tres kilómetros de carretera provincial que discurre por la población, eliminando los estrechones más notables y permitiendo en casi todo el recorrido el cruce de dos vehículos. Han hecho o reforzado muros de contención donde se hicieron necesarios y limpian y desbrozan los arcenes cada primavera.
Este año han remodelado al completo el edificio de la vieja escuela, construida en 1915, con techos y luminarias nuevas, lijado de suelos de madera y repintado de todo el interior, dos baños completos, comprado mobiliario. Adecuando la escuela como salón de actos y lugar de reuniones en la planta superior y la planta baja como salón del pueblo.
Las mujeres han repintado y restaurado todo el mobiliario del pequeño parque infantil en la plaza, y son también las encargadas de colocar y cuidar las jardineras y macetas en lugares públicos y ayudadas por los más pequeños de elaborar las decoraciones navideñas y de fiestas.
Los vecinos mantienen limpio y adecentado el mobiliario y dotaciones tradicionales del pueblo, los tres lavaderos cubiertos, los tres potros de herrar. Preparan en estos días la reparación del acceso a la iglesia de San Andrés, patrono del pueblo. Y están a la espera de acometer las obras en la deteriorada ermita de Nuestra Señora de Las Nieves, también llamada de El Corpus, propiedad ya de la Junta Vecinal.
Suplen las carencias municipales de limpieza en el pueblo mantenido las calles y espacios públicos limpios y cuidados durante todo el año. Ya que los servicios municipales de limpieza trabajan poco o casi nada fuera de Villablino, una queja repetida por casi todas las pedanías.
Otro proyecto en el que tienen depositadas ilusiones es en la rehabilitación que va a cometer la Junta de Castilla y León en una vivienda cedida por la Junta Vecinal para el programa Rehabitare, que ya tiene un presupuesto de más de noventa mil euros; para ser destinada a alquiler social.
La excepción que confirma la regla
Solo este pueblo del municipio de Villablino no solo no ha perdido población en los últimos cinco años, si no que ha incrementado su numero de habitantes de los 148 de 2021 a los 150 actuales, según datos del servicio municipal de estadística.
Gustavo cree que aún no se han incorporado al censo los tres nuevos vecinos llegados recientemente desde la comunidad valenciana, que han adquirido casas en el pueblo. Una tendencia de incorporación de nuevos vecinos que se hace constante, “en estos últimos años se han vendido cass a gente de fuera, al menos cinco viviendas, y se de personas que están buscando terrenos edificables”.
Y comenta con satisfacción que en el pueblo hay al menos 28 jóvenes de menos de 23 años, dos de sus vecinas han dado a luz este año, “y otras dos que sepamos, están actualmente embarazadas”. Datos inversos a la tendencia general de envejecimiento y que además indican que Sosas de Laciana se está convirtiendo en un lugar atractivo y muy seguro para vivir.
Pese a que el invierno es prolongado y duro, tiene su atractivo para los amantes del senderismo y la montaña en límites extremos. Las otras tres estaciones anuales, primavera, verano y otoño son periodos temporales donde el esplendor de su entorno natural convierte al largo y estrecho valle en que se asienta el caserío de la localidad, en un paraje maravilloso para gozar de sus excelencias naturales.
El valle de Sosas de Laciana es el lugar increíble, donde Las Cuatro Estaciones de Vivaldi, no se escuchan, se contemplan. Sin necesidad de largos paseos, solo con abrir la ventana ya la sensación de paz y armonía nos envuelve.
Otras peculiaridades más turísticas
No se puede hablar de Sosas sin hacer mención a varias reseñas patrimoniales, etnográficas y culturales del pueblo. La más reconocida es, sin duda, la lechería 'La Popular', que recibe anualmente numerosas visitas de particulares y excursiones.
No son menos atractivos sin embargo los dos molinos existentes en el pueblo, o los tres lavaderos cubiertos. Las tres capillas, una por barrio, la de San Juan en el de Arriba; la de la Pandiecha en el de La Trapa, también conocido como barrio del medio; y la de Las Nieves en el barrio de Rebueno, llamado por muchos como el barrio de abajo.
Comentan que lo de Rebueno, dos veces bueno, tiene su origen en ser la zona del pueblo que goza anualmente de más horas de sol, al ser el valle en ese primer tramo más abierto y con menos obstáculos de sus laderas para las horas de insolación.
Otra de las reseñas pasa sin duda por la iglesia de San Andrés, situada sobre un pequeño promontorio a la derecha de la carretera que asciende desde su entronque con la CL-623. Este templo tiene una peculiaridad única en Laciana, su torre cuadrada para la ubicación del campanario, que le da un aspecto robusto de fortaleza medieval, cuando el resto de los templos antiguos de los pueblos sustentan sus campanas sobre espadañas.
Es necesario nombrar la aparición hace varios años, en las inmediaciones del templo, de unos sarcófagos de forma humana (antropomorfos), excavados en la roca, supuestamente para enterramientos medievales.
A falta de guías editadas sobre los lugares que visitar o elementos destacables en el pueblo, se puede consultar el blog personal del escritor, andarín y montañero Julio Alvarez Rubio en el que hay cinco entradas diferentes referidas a Sosas de Laciana. Sobre el cielo, las estrellas, la braña y los chozos de pastores.
Otra sobre la lechería La Popular, del 3 de octubre de 2012, con una excelente colección de fotografías, donde da cuenta de varios elementos etnográficos más. Es destacable la entrada del 4 de noviembre de 2010 con el sugerente título de 'Sosas, Museo de Laciana', en la que comenta un hecho histórico poco conocido como es el de una orden real de Fernado VII, que según escribe Julio:
“Por Real Orden de 15 de agosto de 1817, Sosas de La Ceana fue proclamada capital del sexto Partido Judicial de la Provincia de León o de la Sexta Junta de Repartimiento y Estadística que abarcaba las tierras de Luna de Abajo y de Arriba, las dos Babias y la cuenca del Omaña desde el Puerto de La Magdalena hasta Santiago del Molinillo o más allá.
La Junta se componía de una persona diputada por el Reverendo Obispo y tres legos, vecinos y arraigados en el mismo pueblo de Sosas y conocidos por su probidad, ilustración y celo que representaban a las tres clases: agricultura, oficios y comercio“.
Actividades económicas en auge
Las principales actividades económicas en el pueblo son la agricultura y ganadería y el turismo. Hay doce ganaderías activas de vacuno para carne con casi medio millar de cabezas, que aprovechan los pastos más bajos del valle y los de altura de las brañas. La Junta Vecinal dispone de una finca cerrada donde recluir a las reses que puedan resultar positivas en varias patologías, para su aislamiento, sin tener que mantenerlas en los establos.
También existen tres pequeñas explotaciones de ovino y caprino y algunos vecinos poseen varias caballerías. Los huertos familiares son tradicionales y habituales. Resulta sorprendente que, pese a este panorama de explotaciones ganaderas, al final, los vecinos utilicen mayoritariamente la leche de los supermercados para su consumo.
“Una vaca para leche es un engorro, da mucho trabajo el ordeño para solo el consumo familiar”, así expresa Sabugo su experiencia personal, “cuando alguna vaca está parida y le sobra leche de la que mama el ternero, cogemos algo de culiestros (calostros) para hacer fisuelos”.
La otra actividad económica, el turismo, cuenta con varias casas rurales y viviendas de uso turístico. Una actividad que ha recibido un nuevo impulso con la reapertura este año del emblemático restaurante 'El Campillo', que estuvo cerrado algo más de dos años. Es momento quizá de impulsar entre los jóvenes emprendedores alguna empresa de actividades turísticas o de servicios complementarios.
Si alguien piensa que puede ser un lugar que merece una visita. Este fin de semana es una buena ocasión, pues desde el sábado 21 hasta el martes 24 celebran las fiestas de San Juan, con variadas citas donde el objeto principal es sentirse uno más de la comunidad vecinal, comiendo, bebiendo, bailando, charlando o simplemente con un paseo. Unas fiestas de pueblo sin pretensiones.
Además, puedes aprender, como antaño demostraban los mozos y las mozas de estos pueblos de montaña su orgullo localista con los juegos y diversiones mas tradicionales: tiro de soga, pasabolos, carrearas con lecheras, tiro de barra, tiro de garrote o lanzamiento de pacas.
Casi todos ellos basados en algo de técnica y maña, y mucha fortaleza física. Porque Sosas mantiene vivos estos ritos con un colectivo o equipo de juegos tradicionales, que cuando logra disponibilidad el grupo, acuden a diversas celebraciones festivas locales a las que son invitados para hacer demostraciones de estas prácticas.