La última gesta de los escaladores Pou abre una vía de atractivo internacional en los Picos de Europa leoneses
La noticia de montaña del fatídico año 2020, año de pandemias, confinamientos y temerosas desescaladas, tiene uno de los más impresionantes escenarios de León provincia: la mítica Torre Santa de Picos de Europa, en la vertiente leonesa de Valdeón.
Una cima de casi 2.600 metros a la que faltaba conquistar con escalada libre por su cara sur a través de una de las paredes rocosas más grandes del país, 600 metros de ascensión peligrosa y demoledora.
El reto se lo plantearon y lo llevaron a heróico término los aplaudidos hermanos vascos Iker y Eneko Pou, junto al argentino Kico Cerdá. La vía ya tiene nombre, Rayu, que eligieron en honor al rayo de luz natural que forma la roca en algún momento del día y del cual pudieron disfrutar en alguna de las muchas horas de ascensión y de vivac, durmiendo en vertical.
Se trata de un reto que, una vez conquistado, los protagonistas de este paso adelante en la historia montañera y escaladora de los Picos de Europa están convencidos de que “atraerá a lo mejor de la escalada internacional”.
Y es que la belleza de la ruta abierta por ellos se une a una dificultad de nivel 8c, una de las más altas cotas posibles, que aspira a convertirse en un reto clásico en el escenario de las mejores cordadas de todo mundo.
A caballo entre agosto y septiembre se desarrolló la gesta de los Pou, que deja imágenes impresionantes de uno de los techos de León, el Torre Santa -no confundir con la errónea, ridícula e indocumentada nomenclatura de Peña Santa de Castilla a la que hacen mención y que muchas veces bautiza erróneamente a este pico leonés, ni tampoco con Peña Santa de Enol o Torre de Santa María, en Asturias-.
Fueron pácticamente cinco semanas de duro esfuerzo para dominar a Rayu, una vía así bautizada a esta escarpada zona del municipio de Valdeón.
Gran parte de esas cinco semanas para la gesta fueron jornadas que en algunos casos llegaron a sumar hasta 18 horas consecutivas de escalada y largas pernoctaciones en vertical que, por otra parte, dejó escenas únicas en el mundo y de las que sólo pueden disfrutar quienes abren por primera vez una vía tan compleja y escarpada.
