Diez lobos murieron en León el año pasado entre caza furtiva, atropellos y envenenamientos
La provincia de León no sólo ostenta el récord de ser la provincia de Castilla y León en la que más lobos ibéricos han matado los cazadores con autorización oficial de la Comunidad autónoma dentro de los llamados planes de control de población de este animal al sur del Duero, un total de 186 con el parabién oficial en la Junta en los últimos ocho años.
También bate todas las marcas en el número de animales de canis lupus que fallecen anualmente por otras causas ajenas a esa caza que eufemísticamente la Junta denomina “extracción de ejemplares”. De hecho, la provincia aglutina el 40% de los ejemplares muertos en toda Castilla y León por la acción de los furtivos, por atropellos, por envenenamientos o por causas consideradas naturales.
Según se extrae de los datos oficiales de la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio de la Junta, de los 25 lobos muertos por este tipo de razones el pasado año 2021 en la Comunidad, un total de 10 ocurrieron en diferentes espacios rurales de León.
Un número desorbitado en Valladolid
La siguiente provincia en orden de este tipo de mortalidad fue Valladolid, con 5 lobos ibéricos muertos, una cifra desorbitada si se tiene en cuenta que la población de esta especie en la provincia pucelana es muy baja, en todo caso muchas veces por debajo de León.
De los animales contabilizados por la Junta como fallecimientos no producidos por la caza autorizada en la provincia leonesa, la mayoría (cinco) lo fueron por atropello. Pero destacan también como muy relevantes los tres que murieron por disparos de cazadores furtivos, sin la consiguiente autorización oficial. Estos tres casos se dieron en Velilla de la Reina el 23 de febrero de 2021; en Riaño el 17 de marzo; en Brazuelo el 25 de mayo, siempre según datos de la Consejería que preside el leonés Juan Carlos Suárez-Quiñones.
Se da la circunstancia de que ese alto grado de furtivismo contra el lobo se dio precisamente el año en el que Gobierno obligó a poner fin a su caza oficial a raíz de su inclusión en el Listado de Especies Silvestres de Régimen de Protección Especial (Lespre). También en Valladolid, de los cinco ejemplares muertos, cuatro fueron por atropello y uno más por disparo ilegal, siendo ésto junto a los tres de León los únicos fallecimientos de este tipo en toda Castilla y León.
En León, otro caso más del pasado año murió por intoxicación, es decir, por envenenamiento a través de ingesta de carne con sustancias tóxicas, y el caso que resta hasta sumar la decena de víctimas se debió a causas que la Junta no pudo determinar y por lo tanto constan como “desconocidas”. De estos últimos, el envenenamiento ocurrió en Espinosa de la Ribera (Rioseco de Tapia) en marzo de 2021 y la muerte supuestamente natural en Iruela (comarca de La Cabrera) en el mes de enero.
Respecto a los cinco atropellos, fueron en carreteras de Combarros -curiosamente en un mismo suceso murieron dos lobos, el 22 de enero del pasado año-, Folgoso de la Ribera (comarca del Bierzo) y en Villalobar y Morla de la Valdería, ambas localidades situadas al sur de la provincia.