Puigdemont propone la independencia en diferido de Cataluña condicionada a un diálogo con el Estado

Carles Puigdemont, president de la Generalitat

ileon.com

El presidente de la Generalitat de Cataluña, Carles Puigdemont, ha trasladado este martes en un discurso el resultado de la consulta ilegal del 1 de octubre asegurando que su comparecencia no iba a consistir ni en “amenazas ni insultos” y que pretendía “reducir la tensión y no incrementarla”.

Para el 'president' avanzar “requiere de una gran dosis de diálogo y simpatía” ha aseverado en el Parlament, asegurando que “la manera de avanzar no puede ser otra que la de la democracia y la paz”. “No es una decisión personal, es el resultado del 1 de octubre, del análisis de los hechos posteriores al referéndum” ha dicho ante su discurso de esta tarde.

Para Puigdemont “es la primera vez en la historia de las democracia europeas que una jornada de votación se desarrolla con cargas violentas” al referirse al desarrollo de la jornada, vinculando las cargas policiales con el “objetivo provocar el pánico generalizado y que la gente se quedase en casa y renunciase a su derecho al voto”.

“Quiero hacer un reconocimiento a las personas que hicieron de esto un éxito logístico y político”, ha afirmado Puigdemont ante el aplauso de la bancada soberanista, aprovechando para enviar un saludo de afecto a los heridos de la jornada “con imágenes que nunca olvidaremos”.

“Como presidente de Cataluña soy consciente que hay mucha gente preocupada y asustada por lo que puede pasar y pasará”, ha continuado para reafirmar el relato soberanista sobre los 16.000 millones de euros que desde Cataluña van cada año a las arcas del Gobierno central.

“El Gobierno de Cataluña no se desviará ni un milímetro de su compromiso social y económico” ha seguido Puigdemont destacando que esa Comunidad ha contribuido “tanto como el que más en España” y lamentando que el sistema político español “ha comenzado a involucionar”.

Puigdemont se ha remontado al conflicto del Estatut (2006), aprobado en referéndum y tumbado parcialmente luego por el Constitucional, para explicar la situación actual en Cataluña, “la catalanofobia ha sido impulsada de forma irresponsable por los que quería gobernar”. El político de Junts pel Sí aseguró que “los últimos 7 años han sido los peores de los últimos 40” tachando de “menosprecio” las políticas del Gobierno central hacia Cataluña, responsabilizando por ello de que millones de ciudadanos de Cataluña hayan creído que lo mejor es que “se constituya en un Estado”.

En castellano Puigdemont se ha dirigido a los ciudadanos del resto del Estado, “no somos unos delincuentes, unos locos o unos abducidos, somos gente normal que sólo quiere votar. No tenemos nada contra España ni contra los españoles, al contrario, nos queremos entender mejor. Desde hace muchos años la relación no funciona.”

Ha seguido el líder catalán argumentando que por el resultado del referéndum “Cataluña se ha ganado el derecho a ser un estado independiente”. “Las urnas dicen sí a la independencia y este es el camino que estoy dispuesto a transitar” ha afirmado, para seguir que asume presentar el resultado y “pido a los ciudadanos el mandato del pueblo para que Cataluña se convierta en un estado independiente en forma de república”.

Puigdemont ha propuesto además la suspensión del procedimiento de la declaración de independencia contemplado en la suspendida ley del referéndum, que daba un plazo de 48 horas para su la proclamación de la república catalana, para buscar un acuerdo con el Estado y “lo hago apelando a la responsabilidad de todos”.

Según la Generalitat en el cuestionado referéndum celebrado el domingo 1 de octubre, sin garantías de censo o de recuento entre otras cuestiones, se contaron 2,3 millones de votos, correspondientes al 43% del total del censo. De ellos el 90,18% votó a favor de la independencia por el 7,83% que lo hicieron en contra y el 1,98% en blanco.

Tras finalizar el debate en el Parlament de Cataluña, sin turno de réplica por el Govern, los miembros de 'Junts pel Sí' (la alianza del PDeCat, ERC y movimientos independentistas) y la CUP han firmado una declaración de independencia titulada 'Declaració dels representants de Catalunya' en la que se asegura que “constituimos la República Catalana como Estado independiente y soberano, de derecho, democrático y social”.

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