Ignacio Robles: “Quienes quieren acabar con las juntas vecinales desconocen su historia y trascendencia”

Ignacio Robles La Ercina PSOE

j m lópez

Ignacio Robles García, (Yugueros, Montaña Oriental de León, 1951) ha vuelto a sus orígenes, a su tierra con la que siempre ha estado en contacto, ahora y desde febrero como alcalde del PSOE de la Ercina. Casado y padre de dos hijas, su historia se escribe, por decisión propia, en sentido contrario a la evolución lógica en una carrera política, acaso porque su condición de profesor de enseñanza secundaria, además de licenciado en derecho y filosofía, le ha dejado las manos libres. Hijo de minero y de una ama de casa, Ignacio vivió uno de los momentos más dulces del último tramo de su trayectoria en la política nacional, dos años y medio como responsable del Imserso y otro tanto como Director del Real Patronato de la Discapacidad, cuando defendió en la sede de la ONU la Ley de Dependencia, “que hoy día no reconozco”, añade. También guarda con mucho agrado en su corazón la tarea emprendida con los mayores para transformar las simples vacaciones en rutas culturales para conocer tu tierra, la inclusión de una guía de espacios termales y la opción de vacaciones para discapacitados.

Pero ahora y tras decidir, con la jubilación en la mano, devolver a su gente mucho de lo que ha recibido, Ignacio Robles se enfrenta a un momento complejo para el futuro del mundo rural. Pero no está solo, cuenta con la complicidad de los algo más de quinientos vecinos que mantienen vivos los 14 pueblos que componen el municipio.

Ha estado en la alta política y en varios cargos, orgánicos e institucionales, casi siempre ligados a la educación, pero vuelve a sus orígenes.

Lo cierto es que nunca he dejado mi tierra, en vacaciones, fiestas, fines de semana. Soy hijo de un minero que trabajó cuarenta años en una mina muy compleja que el 14 de julio de 1954 se cobró catorce vidas, algo que nunca olvidas. Leoncio Ferreras decía que esa mina, Casetas de Oceja, era un verdadero sacrificio. De un minero, que cuando acababa en la mina se iba a su pueblo a Modino y era agricultor, ganadero, y de una ama de casa: ambos hicieron muchos esfuerzos para que yo pudiera estudiar. Aquí aprendí el valor del trabajo, del esfuerzo y ahora lo que tengo ganas es de intentar devolver algo de lo mucho que me ha dado esta tierra y sobre todo sus gentes.

Pero parece que toma el mando en un momento muy complejo para el mundo rural.

Cuando se dice “me pongo en la piel de ellos”, no es verdad, hay que vivir la situación para saber cómo se piensa en el mundo rural. Las administraciones, o lo desconocen o no le dan importancia, están ahogando el mundo rural. Nos quieren disminuir el número de consultorios médicos, y en el tema de educación, que es muy importante, no es un gasto es una inversión, es calamitoso que en este municipio no contemos con ningún centro de educación infantil ni de primaria y mucho menos de bachillerato. Y en este caso, bachiller y FP, los padres se ven obligados a llevar a sus hijos a la capital. Sin médicos, pasa otro tanto, los hijos se llevan a sus padres mayores. No es posible que haya igualdad de oportunidades.

Y para colmo está en el aire el futuro de las juntas vecinales.

Es ridículo cuando se dice que deben desaparecer. Mi ayuntamiento no debe nada y nadie cobramos. Aquí hay juntas vecinales en 13 de los 14 pueblos y son fundamentales, tanto como el derecho al concejo abierto que le debemos a Miguel Cordero del Campillo con su enmienda al artículo 140 en su etapa de senador. Ellos en concejo organizan todo; los pastos, el agua, la leña, el cementerio. El que dice que sobran las juntas vecinales es que desconoce su propia historia y la trascendencia para la vida de estos pueblos.

Y si el rumbo sigue así, ni ganadería.

Es otro tremendo error si desaparece la unidad veterinaria de Boñar, como si disminuyen la conexión de FEVE. Decía mi amigo Antonio Losa que cuando se entierra a una persona en un pueblo se apaga una chimenea; es verdad, cada vez que sucede se cierra la puerta de una casa. Sí, estamos preocupados pero no podemos quedarnos de brazos caídos.

¿Qué se puede hacer?

Tenemos que luchar porque tenemos un valle rico, y tenemos que poner en valor nuestros recursos para que la gente permanezca ligada a su identidad. Queremos inventariar todos nuestros bienes, inmuebles, iglesias, ermitas, porque nos permitiría propiciar rutas turísticas y generar algo de empleo para los vecinos. Desde el ayuntamiento hacemos todo lo posible para que no perdamos esa identidad y cuando tramitan permisos de construcción demandamos a los vecinos que mantengan el exterior a tono con lo que ya existe.

Parece que guarda algún proyecto bajo el brazo para encarar el futuro.

No dejaremos de pelear para conseguir que este municipio, que llegó a tener 1.200 vecinos, no sucumba. Tenemos algunos proyectos importantes que podrían darnos alguna salida. Y contamos con el apoyo inestimable de Jesús García Recio para la promoción de la cultura de esta montaña oriental. Por ejemplo, queremos poner en valor una ruta de castros celtas que en esta zona tiene relevancia.

¿Qué le aporta esta experiencia?

Es muy gratificante. La cercanía de los vecinos te da fuerzas para trabajar, para intentar que esta comarca perviva. Las administraciones deben ser conscientes de la necesidad de mantener la vida y la igualdad de oportunidades en el mundo rural. Y aprendí, y el aprendizaje fue duro, a valorar el esfuerzo y el trabajo de los mineros y de las mujeres que además de sus laboras segaban, araban, se dejaban la vida. Ahora, insisto, me gustaría devolver lo mucho que me he dado.

Y un deseo de futuro.

Sencillo. Que la Ercina comience a recobrar población y que todos los vecinos puedan vivir aquí de su trabajo y en igualdad de condiciones que el resto de los leoneses.

Etiquetas
stats