Gonzalo León toma posesión como nuevo jefe provincial de Tráfico de León

Peio García / ICAL El subdelegado del Gobierno en León, Juan Carlos Suárez-Quiñones (CD), escucha el discurso de toma de posesión del nuevo jefe provincial de Tráfico de León, Gonzalo León Vázquez (D), con la asistencia del alcalde, Emilio Gutiérrez (CI) y el delegado territorial de la Junta en León, Guillermo García(I), entre otras autoridades

S. Gallo/Ical

Gonzalo León tomó hoy posesión como nuevo jefe provincial de Tráfico de León, un cargo al que llega después de haber desempeñado este mismo cometido en otras provincias como Zamora, Burgos o Toledo, y en el que pretende conseguir la “tasa cero” de siniestralidad gracias a un equipo “muy preparado” con el que confía reducir esa siniestralidad “a la mínima expresión”.

Así lo declaró durante el acto de toma de posesión, en el que también estimó que los conductores, independientemente del lugar en el que se encuentren, son “conscientes” de la tarea “responsable” que supone la conducción, aunque consideró que el trabajo que hay que hacer es también el de concienciar “a los futuros conductores” de la responsabilidad que supone estar al frente de un vehículo, pero también viajar como pasajero o ser peatón.

El subdelegado del Gobierno en León, Juan Carlos Suárez-Quiñones, presidió un acto en el que también estuvieron presentes el alcalde de León, Emilio Gutiérrez, el delegado territorial de la Junta, Guillermo García, y otras autoridades locales y provinciales. Suárez-Quiñones advirtió al nuevo jefe provincial de Tráfico de que la provincia de León es una plaza “delicada y compleja” porque tiene la red de carreteras más amplia de todas las provincias de Castilla y León, con casi 6.000 kilómetros de carreteras, casi 300.000 conductores y un parque de vehículos de 350.000.

Además, el subdelegado recordó que estas vías están sometidas durante parte del año a unas condiciones meteorológicas “de las más duras y extremas” de la Península Ibérica, con una intensidad media cada día “muy alta”. Por ello, Suárez-Quiñones precisó que estos parámetros obligan a desarrollar un trabajo “muy intenso” que permita “formar, informar y señalizar el tráfico”, pero también sancionar “con todo su rigor”, ya que son acciones “a favor de la seguridad vial” y con el propósito último de alcanzar “la siniestralidad cero”.

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