Por la senda leonesista de Lolo: dibujo, arte, ingenio y aguda crítica
Me voy a referir, naturalmente, a José Manuel Redondo, Lolo para el gran público, por firma y deseo propio, y por supuesto para los amigos.
Cuando ambos dábamos incipientes pasos en el proceder político leonesista y defensivo, coincidimos y militamos en UPL, aquella primitiva formación de bienintencionadas personas leonesas, que algún día califiqué de románticas, y que no me atrevería más tarde, y tras avatares de unos y otros, a repetir. Quede esto último como apunte nada más.
El grado de confianza que pudimos alcanzar, en más bien breves encuentros, en especial por cuestión laboral mía, no se trata ahora de magnificarlo, por no ser lo pretendido ni necesario como algo fácil de colocar a modo de obligado obituario, en el día que llamamos “de las alabanzas”, cuando el finado, dicho en general, está en tránsito hacia el más allá. En puridad y sin desmerecer en nada, tan sólo por cuestión de rumbo, he de decir que fue corto, respetuoso y comprensivo. Me agradaba su peculiar “derramar lisura”.
Lideraba la formación leonesista, en aquellos palpitantes principios, José María Rodríguez de Francisco. La sede estaba en Ordoño II, donde se reunía el grupo leonesista. Se pretendía ir más allá de lo municipal, en Legio, desembarcar, no como aceptación, sino como defensa a ultranza, en el ente autonómico. ¡Nuestra pesadilla!
No era cuestión de no querer pertenecer a él, que también, es que dadas la condiciones de un desigual convivir, se iban descubriendo olvidos incardinados en el epígrafe de los malos tratos y abandonos, no sólo por desinterés de los autonomistas del ente, sino por el dañino proceder que iban dejando traslucir, entre engañifas.
He guardado siempre con gran interés una carpetilla, tamaño folio, con una excelente portada de Lolo que recogía la dolorosa situación hacia la que nos encaminábamos, no sólo por mor del ente, sino desde la más alta desatención del gobierno de la nación. La puede ver el lector encabezando estas letras de respetuoso recuerdo hacia el artista y leonesista. Mira que había precisión en lo contado por un provincialista, esto me alertaría sobre su arte a futuro.
Pero no puedo dejar sin recordar aquí, aun cuando no fueran propiamente de la mano de Lolo, las negativas razones recogidas en su interior, referidas a la primera década de pertenencia de la provincia de León, a la comunidad impuesta. Eran ocho puntos que no voy a reproducir, tan sólo haré alusión al último que nos situaba como “asilo de ancianos”, según datos del Insalud, al ser León la tercera provincia española con más jubilados. Negra expectativa de progreso, que él en viñetas sabría plasmar en cada momento.
Coincidiendo también en el número 10, día de mayo de 1995, por especial deseo del dirigente De Francisco, y previa convocatoria a los medios, nos reunimos ante el pórtico de San Isidoro en torno a él un grupo de personas del partido, cargos, en expectativa y afines.
En mi último libro: En Busca de un sentimiento llamado leonesismo, lo dejé recogido. Señalaba la foto como política y de familia. Justo en el extremo izquierda de ella se encontraba Lolo, nuestro dibujante, bien conocido; con su melena al aire, sempiternas gafas oscuras, en camisa negra, como la chaqueta, que, colgando de la mano, en su caer, le daba la apariencia de vestir pantalón maragato. Pura anécdota.
Leonesismo “reivindicativo y libre”
Por aquel entonces, estaba yo escribiendo un cuadernillo sobre la identidad leonesa, pueblo y vicisitudes destacables. Y propuse algo que no llegó a plasmarse, que Lolo, en base a ello o tan sólo como idea, transfiriera a comic lo nuestro, para consumo infantil especialmente. En este campo, en el infantil, se movería bien Lolo con labor destacable gráfica, didáctica, como el mejor de los recuerdos. Leonesismo historicista, “reivindicativo y libre”.
Seguro que ha dejado sin publicar interesantes cosas, pero para finalizar quiero recordar aquí el cartel que firmó para la inminente quinta Feria de terapias complementarias y arte (Mundo esotérico) de Fabero, donde, cual ruleta, un rosetón, sueños de una joven, limpia promesa, entre aisladas plumas y vampiros, tiene como fondo un paisaje gris, pero insinuando ilusionante apertura; se agotaba curiosamente el mes 10 de 2022…
Y ahí lo dejo. Buen viaje compañero.