Oda por Todos los Santos

Composición IA del Observatorio Astronómico del Instituto Padre Isla.

Esta noche de todos los santos estoy mirando al cielo. El pecado de las estrellas es que quieren quedar por encima; el de los vivos es la vanidad de lo corporal.

Desde que murió mi madre y mis maestros Benigno Castro, Antonio Martínez Sarrión, Alejandro Vargas y Fermín Cabal, cada año esta noche la paso en vela, en un hotel de mil estrellas, con la cabeza asentada en una almohada de plegarias, y con los recuerdos como mejor compañía.

Odio que el día primero de noviembre acabe en el cementerio del pueblo de Villalobar con una noche clara en cuyo cielo se puedan ver el número y el nombre de todas las estrellas, como dice Pablo Neruda en un poema.

Odio que esa cita de Kepler que dice que la muerte es la monotonía de Dios.

La incesante fuga de cerebros y de corazones a la que asisto con tanta impotencia cada año es algo que nunca soportaré, eso es, nunca lo soportaré. 

Y por eso una vez al año al menos hay que rendir homenaje a los santos que conformaron y sustentan el barro que somos.

Encendamos dentro de nosotros una vela y apaguémosla llorando sin que se note.

Y que se joda la poesía que ayuda absorber momentos, pero que vivan las oraciones que son como aviones bimotor que nos transportan al cielo. 

Esta noche de todos los santos estoy mirando el firmamento. El pecado de las estrellas es que quieren quedar por encima; el de los vivos es la vanidad de lo material.

Luis Artigue, “el Kurt Vonnegut español”, es un escritor leonés con seis poemarios y ocho novelas a sus espaldas. La última, Trumpsilvania, editada por Eolas este mismo año año 2025. “Solo una novela como ésta puede ser a la vez una película escrita y dirigida a cuatro manos por George A. Romero y Dario Argento, protagonizada por Brad Pitt y Marilyn Monroe y con música compuesta expresamente por Johan Sebastian Bach”, afirma la crítica.

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